«Perder la paciencia es perder la batalla»
Mahatma Gandhi

Ser paciente no significa ser pasivo, simplemente es saber esperar con serenidad. Ser paciente es una fortaleza personal que va disminuyendo, porque la sociedad en el siglo XX esta acostumbrada a tenerlo todo al momento. En este artículo te proponemos algunos consejos para que aprendas a ser más paciente.

1.Ser impaciente daña el corazón. ¿Lo sabías?
Si hasta ahora te considerabas una persona impaciente –o convives con alguien que lo sea–, es mejor que vayas tomando cartas en el asunto para resolverlo. La incapacidad para esperar no solo daña tus relaciones familiares y sociales sino también tu corazón. Según ciertos estudios, aumenta tu tensión y te va predisponiendo a sufrir enfermedades cardiovasculares porque incrementa tu nivel de ansiedad y te convierte en alguien más hostil.

2. A más impaciencia, menos serotonina
Los impacientes tienen menos serotonina circulando por su organismo. Se ha descubierto hace poco. Y si hasta ahora se creía que esta sustancia era responsable de que nos sintamos más o menos felices, ahora se sabe que en realidad justifica nuestro nivel de paciencia. Aunque no resuelva del todo tu comportamiento impetuoso, procura que en tu alimentación haya alimentos ricos en triptófano (necesario para sintetizar serotonina) como frutos secos, huevos o chocolate negro.

3.La terapia del “dolce far niente”
Siempre que tengas algo de tiempo –y no nos referimos a horas; basta con disponer de unos minutos– escápate a algún lugar tranquilo rodeado de naturaleza. Un parque, la playa, un balcón con buenas vistas… Y, simplemente, observa. Sé consciente del placer que te produce rodearte de esos espacios abiertos pero no esperes que ocurra nada. Solo observa y escucha. Además de desconectar de la inmediatez enfermiza que la sociedad actual demanda, estarás ganando salud física y mental.

4.¿Sirve contar hasta 10?
Imagínate delante del ordenador. La web que quieres visitar tarda demasiado en cargarse. Tras dos segundos comienzas a impacientarte; a los 10 ya te has ido. No es ficción sino realidad y así lo aseguran las estadísticas. Es un ejemplo más de lo poco que hacemos para ganar paciencia. Te recomendamos que cuando te encuentres en una situación similar (esperando a que ocurra algo, sea lo que sea) dejes de pensar en ello. Cuenta hasta 10 muy despacio dibujando mentalmente los números, o visualiza una imagen agradable (tú paseando por la playa desierta, por ejemplo). Todo eso ayuda, poco a poco, a aprender a esperar.

5.Analiza a otro impaciente
No hay nada como ver a otra persona impaciente para darse cuenta de lo que molesta esa actitud. ¿Lo has probado? Pues la próxima vez que la tengas delante analízala: su comportamiento, sus palabras, sus gestos… E imagina que eres tú quien lo hace. Seguramente te provoque gran rechazo y eso te ayudará a frenarte la próxima vez que tú desees algo inmediato.

6.Evita la multitarea
No vamos a pedirte que lo hagas un día cualquiera de la semana, cuando estés acuciada por las obligaciones diarias, pero sí cuando dispongas de algo más de tiempo. Oblígate a hacer una única tarea y recréate en ella según las recomendaciones del Mindfulness –o pensamiento consciente y pleno– porque los especialistas avisan de que realizar muchas actividades a la vez (hablar por teléfono mientras ves el televisor y haces la comida, por ejemplo) nos vuelve impaciente porque nos acostumbramos a ver varios resultados a la vez.

7.Imagínate el futuro
Dicen los economistas que vivimos en la cultura del “no ahorro” y del gasto continuo porque somos incapaces de imaginarnos dentro de unos años. Sin embargo, vale la pena hacerlo porque puede ayudarnos a ahorrar un céntimo hoy; otro mañana… Traslada esa “visualización” del futuro –inmediato o a largo plazo– a cualquier situación: peleas con familiares, requerimientos en el trabajo, colas en el súper…. Imaginarte el después te ayudará a no ser impulsiva en el ahora.

8.Haz y crea algo manual
Tejer, hacer patchwork, un gran puzzle, miniaturas o maquetas… Todas esas actividades ayudan a cultivar la paciencia porque el resultado no es inmediato sino que se va consiguiendo paso a paso. Una vez que encuentres tu hobby manual ideal –y que experimentes esa paz que necesitas– comprobarás que no eres capaz de vivir sin él.

9.El picoteo dulce
Te pedimos ahora que te pongas a prueba y que evites en todo momento los actos impulsivos, en este caso, con la comida. Cuando te apetezca, por ejemplo, una onza de chocolate, colócala sobre el mármol de la cocina. Obsérvala detenidamente y márchate. Ya en otra estancia imagínate saboreándola pero poco a poco, sin gula ni glotonería. Imagina cómo la introduces en tu boca, cómo se deshace allí, el sabor que tiene… Después de unos minutos ocupados en esa figuraciones vuelve a la cocina, coge tu onza de chocolate y recréate en ella saboreándola muy despacio.

10.Ahorrar
Las personas que consiguen hacer un “rinconcito” de ahorros monetarios son más felices y pacientes. Así lo aseguran investigadores de la Universidad de Negocios de Nottingham (en Reino Unido). Es lógico si pensamos que desarrollan una visión a largo plazo que les facilita la espera. Y eso, si lo desean, pueden trasladarlo a otras esferas de la vida.