5 CLAVES PARA SANAR NUESTRA FEMINEIDAD
5 CLAVES PARA SANAR NUESTRA FEMINEIDAD

5 CLAVES PARA SANAR NUESTRA FEMINEIDAD

Pretender que hombres y mujeres somos iguales es no querer ver lo maravillosos de nuestras diferencias, biológicamente y emocionalmente diferentes somos la expresión de las maravillosas energías femenina y masculina, ambas indispensables. Pero la mujer necesita sanar de siglos de ataque a esta energía, te proponemos 5 claves para sanar nuestra femineidad para poder aportarla al mundo como se merece.

Sanarnos como mujer significa encontrar ese vínculo esencial con nosotras mismas para aferrarnos a nuestras fortalezas y crecer en libertad, en integridad y, sobre todo, en felicidad.

Como ya sabemos, la vida suele dejarnos muchas heridas internas que, a pesar de no verse desde fuera, se cargan como pesos invisibles, capaces de apagarnos cada día y casi sin que nos demos cuenta, hasta nos enferman.

En una sociedad donde poco a poco vamos gozando de más poder y de mayor acceso a esos espacios públicos hasta no hace mucho liderados por la figura masculina, hay diversos aspectos que parecen no cambiar todavía.

Una mujer a día de hoy puede acceder a múltiples salidas profesionales, sin embargo, las discriminaciones siguen existiendo de forma muy patente (brechas salariales, dificultad para ascender, problemas en la conciliación…)

A ello, hemos de sumarle que a la responsabilidad laboral se le suma además la familiar (la casa, los hijos e incluso, en muchos casos, también el cuidado de familiares ancianos).

Todo ello hace que en ocasiones, nos acabemos olvidando de nosotras mismas. De sanarnos como mujer.

Hoy en nuestro espacio te invitamos a tener en cuenta estos pilares con los cuales poder reflexionar durante unos momentos.

1. Entiende tus ciclos

Si la vida, por lo general, son fases y ciclos que afrontar y aceptar, en lo que se refiere a la naturaleza femenina esta dimensión adquiere una mayor trascendencia.

El cuerpo de una mujer está regido a lo largo de un periodo más o menos extenso por el ciclo de la menstruación. Más tarde, se entra en una nueva etapa vital: la menopausia.

Hemos de tener en cuenta que cada cuerpo es único y cada mujer tendrá sus propios retos que, sin duda, tendrá que entender.

Hay mujeres que afrontan menstruaciones dolorosas; otras, sin embargo, deben hacer frente a una menopausia temprana.

Más allá del ciclo menstrual, también hemos de hacer frente a las propias etapas de la vida. La juventud es una etapa fabulosa que en ocasiones vivimos con nuestros baches, con nuestros errores.

No obstante, llegada la madurez, entramos en otra etapa que hemos de vivir de forma plena, de forma íntegra aceptando el paso del tiempo pero, a su vez, disfrutando de esta fase en la cual luchar por nuevos retos para ser igual o más felices.

2. Mantén un vínculo intuitivo con tus necesidades y con lo que te envuelve

La intuición no es más que la voz de la conciencia y de esa sabiduría implícita adquirida a través de nuestro aprendizaje y de esas “corazonadas” que siempre vale la pena entender.

En ocasiones, nosotras mismas “apagamos” la voz de la intuición, porque estamos muy focalizadas en los demás, en las responsabilidades y en esas presiones del exterior.

Para sanarnos como mujer debemos ser capaces de escucharnos, de atender nuestras necesidades y de ser intuitivas con todo lo que hay a nuestro alrededor.

3. Eres una persona completa 

La mujer que se concibe a sí misma como una mitad incompleta que debe buscar a una pareja para levantar su vida y hallar su felicidad se equivoca.

Quien pone su propia felicidad en el bolsillo de los demás deja de tener el control sobre su propia vida. No es lo adecuado.

Somos personas maduras, con capacidad para ser felices por nosotras mismas y con gran habilidad para luchar por lo que queremos, por lo que necesitamos.

El amor puede aparecer en el momento más insospechado, pero no por ello debemos tener ninguna obsesión por encontrar a esa persona perfecta para ser felices.

Convirtámonos primero en la persona que deseamos ser, seamos nuestra mejor compañía.

4. Cuídate cada día de tu vida, aunque otros te llamen “egoísta”

Seguro que en alguna ocasión te habrá ocurrido lo siguiente: necesitas tiempo para ti misma, estás tan saturada por todo lo que te rodea que te tomas la tarde libre.

Cuando algún familiar o alguna amistad te pide que lo acompañes a cierto sitio y te excusas, se enojan. También son frecuentes esas situaciones que no tenemos más remedio que cortar de raíz porque ya no podemos más, porque nos están haciendo daño.

Cuando damos el paso y nos liberamos de ciertas situaciones, alguien nos puede llamar “egoístas” por pensar solo en nosotras.

No le des importancia. Esas palabras, esos reproches son solo ruido malintencionado. Nadie es egoísta por cuidar de sí mismo, por poner límites para poder protegerse, para poder seguir siendo uno mismo y no una marioneta guiada por los demás.

5. “Cose” los pedazos rotos

Para sanarnos como mujer debemos “coser” todos esos pedazos rotos que habitan en nuestro interior: fracasos, abandonos, decepciones…

En caso de no hacerlo, acumularemos tantos vacíos internos que dejaremos de amar la vida y, peor aún, de amarnos a nosotras mismas y de volver a confiar en lo que nos envuelve para construir nuestra felicidad.

Así pues, remienda esas heridas internas a través de nuevas ilusiones, de nuevos caminos que emprender con coraje y valentía. Los pedazos rotos necesitan un hilo más fuerte y lo encontrarás a través de la resiliencia, de esa maravillosa capacidad de la que todos disponemos…