hábitos para una buena figura
hábitos para una buena figura

6 hábitos para una buena figura sin dietas

A continuación te compartimos algunos hábitos para una buena figura sin dietas, para adoptar hábitos que beneficien tu salud e imagen, y así puedas disfrutar plenamente de los bienestares de la vida

El culto por la imagen que impera en nuestros días es una realidad a la que nadie es ajeno. En mayor o menor medida nos ajustamos de alguna manera a sus exigencias y sugerencias.

Si eres de los sinceros que se animan a reconocer sin culpas que sí les importa su imagen, pero no estás dispuesto a vivir contando calorías, alejarte del alcohol, no consumir grasa, azúcar o comer un aguacate antes de ir a una fiesta para no abrir la boca en toda la noche, existen otras estrategias más razonables y sostenibles de las que puedes valerte para tener una buena figura sin obsesiones ni altibajos.

Como todo en la vida, la mejor manera de encarar un buen hábito alimentario es hacerlo paulatinamente y sin fanatismo. Recordemos que las modas gastronómicas y las dietas caprichosas y extremas provocan más que un dolor de cabeza, pues generan trastornos de salud irreversibles.

6 hábitos para una buena figura:

El desayuno es religión y tú debes ser su devoto número uno

Todo lo que comas en el desayuno lo quemarás durante el día. Es la comida que despertará al cuerpo y a la mente, dándonos mayor energía y niveles de concentración. La gente que se alimenta bien en el desayuno es mucho más delgada que aquella que no lo hace o no lo prioriza. Ten en cuenta que si desayunas de manera abundante y variada, tardaras más tiempo en necesitar alimento, por lo que tu hora de comida podrá llegar sin necesidad de estar llevándote snacks pesados a la boca.

Evita las harinas

Esto no significa que no puedas disfrutar un canapé o un pastel de vez en cuando porque morirás de obesidad. Significa que en ocasiones te lo permitas, pero como regla general evita este alimento. Las harinas se convierten en grasa si no son aprovechadas como energía, así que cuando no salen de nuestro sistema, nuestro cuerpo lo resiente.

Bebe dos litros de agua al día

Si te parece aburrido o no te gusta beber agua sin sabor, puedes preparar de jamaica, de limón, de pepino, de menta, etc., por supuesto, evita ponerle azúcar. Puedes combinar la de sabor con la natural.

Además de refrescarte te ayudará a mantenerte hidratado. Muchas veces cuando tenemos la sensación de estar hambrientos, es en realidad una señal de deshidratación. Toma esta cantidad de agua a lo largo del día, no en un par de horas.

Haz una lista de compras

Evita comprar botanas, papas fritas, dulces, etc., cuando vayas a hacer tu despensa. Si antes de salir de casa haces una lista con todo lo necesario para alimentarte de manera saludable, tendrás una guía que te llevará por los pasillos donde se encuentran los productos que te hacen falta, así no harás un viaje por cada uno de ellos, topándote con alimentos que contienen azúcares, con refrescos, jugos, etc. Si no los tienes a mano, será más difícil tentarte.

Haz 30 minutos de ejercicio todos los días

Lo más recomendable es que todos los días, durante una hora, te ejercites; trabaja masa muscular y cardio, pero como sabemos que lo más recomendable no es lo más practicado, haz tan sólo 30 minutos, dándole prioridad a las actividades aeróbicas que aceleren tu metabolismo, quemen calorías y ayuden a desarrollar músculos fuertes. Puedes bailar, trotar o simplemente caminar, créeme, si lo conviertes en un hábito, notarás rápidamente la diferencia.

Cena ligero

La hora de dormir es el momento de descanso mental y físico por excelencia. Cuando nuestro cuerpo entra en un estado de reposo no hay oportunidad para gastar energía; si cenamos en gran cantidad, o ingerimos alimentos con alto nivel de azúcar que se convertirá en energía, hay dos posibilidades: no podremos dormir o toda esa energía se convertirá en grasa.
Después de un desayuno fuerte, un almuerzo ligero y una comida balanceada, la cena debe ser ligera; prueba ingerir ensaladas (sin aderezo ni frutas por la noche) o atún, notarás el cambio.

Poniendo en práctica estos consejos, que en aproximadamente dos meses (66 días en promedio) se convertirán en hábitos, podemos garantizarte que perderás varios kilos, te sentirás mejor de salud y anímicamente; no vivirás preso de conductas alimenticias extremas que te pongan en riesgo, imposibles de sostener a largo plazo.