AJO NEGRO, COMO CONSUMIRLO

Más allá de sus beneficios, la verdad es que el ajo negro es delicioso.

Obviamente se tiene que ser aficionado al sabor del ajo, como es mi caso, y puedo dar fe de que no resulta indigesto como el ajo en su forma común.

Tiene un sabor profundo pero suave, con notas ligeramente afrutadas, creando una curiosa mezcla de matices dulces, ácidos y salados.Como ya he señalad o, los dientes de este ajo son muy tiernos y se pueden consumir directamente enteros sin ningún problema.

Pero esa textura blanda los hace muy apropiados para untar con ellos por ejemplo rebanadas de pan y preparar unas tostas con los ingredientes que más nos gusten.

Acompaña muy bien tanto quesos como verduras, o cualquier otro uso en el que habitualmente empleamos ajo corriente.

Las posibilidades culinarias que se nos ofrecen sólo están limitadas por nuestra imaginación.

Los grandes chefs de todo el mundo ya usan el ajo negro en algunos de sus platos, y yo espero que pronto el ajo negro se comercialice de forma más accesible, pues ha sido todo un descubrimiento.

Los beneficios del ajo negro más importantes

La diferencia del ajo en sí mismo con el ajo negro es que este último aumenta las propiedades antioxidantes y es una buena fuente de proteínas naturales.

El ajo negro no solo conserva las mismas propiedades medicinales y nutritivas que el ajo común, sino que las supera.

Es muy usado desde tiempos remotos en la cocina asiática, y cada vez su uso está siendo más extendido y conocido.

Ayuda a reforzar el sistema inmune

De la misma forma que ocurre con el ajo común, el ajo negro es muy útil a la hora de reforzar nuestro sistema inmunológico de forma totalmente natural, por lo que se convierte en una opción excelente cuando necesitamos fortalecer y aumentar las defensas.

Sobre todo su consumo se recomienda en los meses de otoño e invierno y en los cambios de estación, momentos del año cuando nuestras defensas suelen debilitarse un poco. No obstante, por su increíble riqueza nutricional es aconsejable consumirlo con regularidad durante todo el año.

Beneficios del ajo negro

Útil para reducir el colesterol y los triglicéridos

En caso de tener colesterol alto y también niveles elevados de triglicéridos, el consumo regular de ajo negro es adecuado para reducir los niveles altos de grasas en la sangre, por lo que es una opción natural excelente a la hora de prevenir la arteriosclerosis.

Increíbles beneficios antioxidantes

Como te comentábamos brevemente en las líneas anteriores, el ajo negro destaca por contener más antioxidantes que el ajo común.

Esto significa que es un alimento excelente para reducir la acción de los radicales libres, retrasando el envejecimiento celular y ayudándonos a prevenir disfunciónes crónicas y graves.

Un buen energizante natural

Aunque no lo creas, si necesitas un aporte extra de energía ¿sabías que el ajo negro puede convertirse en tu aliado, y serte de gran ayuda? Lo cierto es que el ajo negro es un maravilloso energizante natural, muy útil para deportistas, atletas de alto rendimiento y estudiantes.

Aliado contra el estrés, la ansiedad y la depresión

El ajo negro es rico en determinados nutrientes esenciales útiles en caso de ansiedad, estrés y depresión, por lo que un consumo regular de este alimento es especialmente adecuado cuando se sufre algún problema emocional, al ayudar a combatirlos naturalmente.

El ajo negro podemos usarlo para condimentar diferentes platos, para aderezar salsas y también para degustarlo untado en pan, en tostadas.

Propiedades del ajo negro

Propiedades nutricionales del ajo negro a tener en cuenta

Muy rico en proteínas: ayudan a regenerar y fabricar nuestros tejidos.

Alto contenido en vitamina C: nutriente esencial con reconocida acción antioxidante.

Elevada cantidad de antioxidantes: útiles para reducir y neutralizar la acción de los radicales libres, así como retrasar el envejecimiento celular.

Cómo comer el ajo negro

Lo más aconsejable es consumir entre 1 a 3 dientes de ajo negro diarios, preferentemente por la mañana antes del desayuno y siempre alejados de los horarios de sueño.

Por otra parte, además de consumirlo crudo o cocido es posible añadirlo a bizcochos y pan, y comerlo de la misma forma que si fuera una pasta.