La ansiedad es un espejismo de un temor, que no existe en realidad.

Pero la persona que lo sufre si lo cree real. Esta creencia le produce un bloqueo de disfrutar de la vida y le distorsiona continuamente el presente.

Su actividad diaria consiste en andar preocupado todo el tiempo, sin tregua.

La persona que sufre ansiedad esta con la mirada dirigida al pasado, y siempre encuentra referencias de lo que a unos u otros les sucedió, para seguir reforzando su sentimiento de miedo.

la imaginación en este caso esta al servicio de los dramas y desastres que podrían llegar a ocurrir.

No ayuda.

Cuando te veas sumergido-a en una crisis de ansiedad la manera de superarla es primero ser consciente de que estas en plena crisis y lo segundo es que tomes referencias y contacto con el PRESENTE.

Aceptate a ti mismo tal cual eres, sin tener que convencer a los demás de tus cualidades o virtudes. y lo mas importante, sin tener que esconder tus defectos.

Permítete fluir con las circunstancias sin paralizarte, tus palabras claves son: presente y fluir.

Algunos síntomas que acompañan a la ansiedad son: dolores de cabeza, calores, rampas, palpitaciones nerviosas, grandes transpiraciones, tensiones, aumento del caudal de la voz, llantos e incluso insomnios.

Esta enfermedad «estruja» literalmente el cuerpo, la garganta, el corazón,… creando una sensación de desconexión entre el mundo físico y mis percepciones.

Es como sentir que se ha perdido totalmente el control de la situación. Sobre todo la ansiedad se fija mas en concepto que no se controlan en absoluto como pueden ser: la fin de un ciclo, lo que no se o que no veo, pero que podría ser que pasara, incrementando mi miedo.

Para revertir la angustia tenemos que trabajar esto: tener fe y creer que lo bueno también nos puede suceder, darle un espacio y permitir que entren las cosas buenas en nuestra vida. Aceptar la parte buena de la existencia, porque nos lo merecemos.