APENDICITIS: Relación emocional

Esta disfunción es una inflamación del apéndice, que provoca un dolor que se irradia por todo el abdomen, acompañado de trastornos digestivos, náuseas y vómito, detención del tránsito intestinal, ausencia de evacuaciones e intolerancia alimentaria. La apendicitis que se deja evolucionar demasiado puede degenerar en peritonitis, que es una complicación grave.

Como en todas las disfunciónes que terminan en itis, la apendicitis se manifiesta cuando la persona siente una ira reprimida, por ser demasiado insegura y dependiente de los demás como para
expresarla. También tiene mucho miedo a la autoridad de alguien que la hizo enojar y no se atreve a expresarlo, a dejarlo salir. Tiene la impresión de «no tener salida». Este temor se
relaciona con una situación sucedida justo antes de la crisis de apendicitis.

Esta disfunción procede de una cólera vinculada a una tensión o a una situación aguda que no consigo arreglar y que me hace “hervir” interiormente. Lo más frecuentemente, se trata de una situación en el plano afectivo que viene a desequilibrar mi sensibilidad y mis emociones. Mi miedo puede haber suscitado este acontecimiento porque entretenía pensamientos negros y me preocupaba, lo cual hizo que se manifestara.

Me siento como en un “callejón sin salida” (es la forma del apéndice) porque tengo el sentimiento de estar oprimido, lo cual activa en mí miedo, inseguridad, cansancio, abandono. Lo más frecuentemente, esta contrariedad está relacionada con el dinero y particularmente el dinero de bolsillo. Puede ser también algo o alguien que yo quería que “se añadiera” o “se incorporara” a mi vida pero una circunstancia se lo impide.

Por ejemplo, quizás quiero que mi cónyuge venga a vivir en mi casa, pero él o ella no quiere o no tengo bastante sitio para albergarlo, etc. Hay una “obstrucción” al flujo de la vida e inhibo multitud de emociones. Esto puede ir incluso hasta el miedo a vivir.

Ya no consigo filtrar eficazmente las nuevas realidades para protegerme de ello. No veo otra salida a mi vida. Necesito hablar de lo que vivo, necesito “vaciar mi bolsa” porque tengo dificultad en digerir lo que sucede, encuentro que esto es feo y decepcionante. Los síntomas habituales son el calor, el ardor vinculado a la inflamación, y el dolor vinculado a la tensión. Siento un sufrimiento intenso cuando la apendicitis se transforma en peritonitis (reventón del apéndice).

Dejo fluir la vida y acepto las situaciones de mi existencia como lo que es mejor para mí. Me mantengo abierto al nivel del corazón y dejo caer mis protecciones (barreras) suavemente y armoniosamente.

En vista de que esta disfunción puede degenerar en una complicación grave, el mensaje que tu cuerpo te envía es que no esperes más para expresar lo que sientes. Ya hace demasiado tiempo que te contienes, si sigues aguantándote, puedes estallar.
 
Tu cuerpo no te dice que huyas de la situación que provoca esta cólera y este miedo, sino que lo vivas en el amor, tomando en consideración tus límites y los de los demás.