Parte 1 de 6: Entender tus habilidades
AUTOCONOCIMIENTO: TUS FORTALEZAS Y DEBILIDADES
Aprecia tu esfuerzo. Debido a que estás dispuesto a analizar los puntos donde ya eres fuerte y donde podrías mejorar de alguna manera, significa que ya eres una persona fuerte. Se necesita valor para sentarse y realizar esta tarea. Dale a tu increíble “yo” una palmada en la espalda y recuerda que eres una persona increíble.
AUTOCONOCIMIENTO: TUS FORTALEZAS Y DEBILIDADES
Anota las actividades que realices. Con la finalidad de identificar tus fortalezas y debilidades, deberás pensar en las actividades en las que más participas o las que te parecen más satisfactorias. Pasa aproximadamente una semana escribiendo todas las actividades que realices durante un determinado día, clasificándolas del uno al cinco con base en lo mucho que las disfrutas o participas en ellas.
Los estudios han descubierto que el hecho de escribir un diario es un excelente método para ser más consciente de uno mismo y reflexionar sobre las fortalezas y deseos personales. Esto puede ser tan simple como enumerar los momentos más memorables de un determinado día hasta escribir narraciones detalladas acerca de tus pensamientos y deseos más profundos. Mientras más llegues a conocerte, más fácil te será identificar tus fortalezas personales.

Reflexiona sobre tus valores. En ocasiones, puede ser difícil identificar nuestras fortalezas y debilidades debido a que no nos tomamos el tiempo para aclarar nuestros valores fundamentales. Estos últimos son las creencias que moldean tu forma de pensar acerca de ti mismo, de los demás y del mundo que te rodea. Son fundamentales para tu manera de abordar la vida. Tomarte un momento para identificar tus valores te permitirá decidir si los aspectos de tu vida son fortalezas o debilidades para ti, independientemente de lo que los demás puedan pensar al respecto.
Piensa en algunas personas que respetes. ¿Qué admiras de ellas? ¿Qué rasgos poseen que valoras? ¿Cómo ves dichos rasgos en tu propia vida?
Imagina que pudieras cambiar algo de tu comunidad. ¿Qué sería? ¿Por qué? ¿Qué crees que eso demuestra con respecto a lo que es más importante para ti?
Recuerda un momento de tu vida donde te hayas sentido muy satisfecho o consumado. ¿Qué momento fue ese? ¿Qué ocurrió? ¿Con quién estabas? ¿Por qué te sentiste así?
Imagina que tu casa se incendia (pero que todas las mascotas y personas están a salvo) y que puedes salvar tres objetos. ¿Qué salvarías y por qué?

Examina tus respuestas para los temas y patrones. Una vez que hayas reflexionado sobre tus valores, examina las respuestas para las cosas que podrían repetirse. Por ejemplo, quizás admiras a Bill Gates y a Richard Branson por su espíritu emprendedor y creatividad. Esto sugiere que tal vez valoras la ambición, la competitividad y el ingenio. Tal vez cambiarías la pobreza en tu comunidad para que todos tengan un hogar y alimento. Esto sugiere que podrías valorar a la comunidad, al hecho de ayudar a la sociedad o a hacer la diferencia. Puedes tener varios valores fundamentales.
En Internet, puedes encontrar listas de palabras que representan valores en caso de que necesites ayuda para expresar los tuyos por escrito.

Determina si tu vida es congruente con tus valores. En ocasiones, podemos pensar que tenemos una debilidad en un área particular cuando nuestras vidas no son congruentes con nuestros valores fundamentales, por cualquier razón que sea. Vivir una vida congruente con tus valores se conoce como “congruencia de valores” y puede dar lugar a sentimientos de satisfacción y éxito más grandes.
Por ejemplo, tal vez valores la ambición y la competitividad, pero te sientes atascado en un trabajo sin futuro donde nunca tendrás un desafío o una oportunidad para demostrar lo que vales. Tal vez sientas que tienes una debilidad en esta área porque tu vida actualmente no es congruente con lo que es muy importante para ti.
Por otro lado, tal vez acabas de dar a luz a tu hijo y deseas volver a tu trabajo como docente porque valoras el estatus intelectual. Podrías pensar que “ser una buena madre” es una debilidad porque tu valor (el de alcanzar el estatus intelectual) parece estar en conflicto con otro valor (orientado hacia la familia). En este caso, puedes averiguar la manera de equilibrar tus valores de modo que puedas honrar ambos. Tener el deseo de regresar a tu trabajo no significa que no quieras disfrutar de tu nuevo hijo.

Considera los significados situacionales. Piensa en lo que constituye fortalezas o debilidades con relación a las convenciones o costumbres sociales dentro de tu contexto local. Las convenciones sociales son un conjunto de reglas que rigen las interacciones personales y que se han establecido como funcionales dentro de una determinada área o cultura geológica con la esperanza de ayudar a mantener los límites sociales saludables. Conocer la manera en que dichas convenciones sociales difieren dependiendo del lugar en el que vives puede ayudarte a determinar lo que podría verse como una fortaleza o una debilidad en esa ubicación geográfica específica.
Por ejemplo, si vives en una zona rural donde todos trabajan con las manos, los miembros de esta comunidad probablemente valoren atributos relacionados con el trabajo físico y con las largas horas laborales durante el día. Sin embargo, si vives en una gran ciudad, esos atributos podrían no parecer tan importantes, a menos que tengas un empleo que requiera trabajo manual.
Determina si el entorno en el que vives contribuye a tus propias fortalezas y atributos personales. Si no lo hace, piensa en cómo puedes cambiar la situación o dirígete a un entorno donde tus fortalezas personales puedan ser más valoradas.

Parte 2 de 6: Realizar el ejercicio de “Mejor Yo Reflejado”

Busca a personas a quienes preguntarles. Para poder determinar cuáles son tus fortalezas y debilidades, puedes realizar un ejercicio de “Mejor Yo Reflejado” (RBS, Reflective Best Self). Este ejercicio te ayudará a descubrir lo que otros piensan de ti con la finalidad de poder encontrar tus fortalezas. Para empezar, piensa en las personas en todos los aspectos de tu vida. Incluye a tus colegas del trabajo, a colegas de trabajos anteriores, a exprofesores, así como a amigos y familiares.
Pensar en las personas a quienes preguntar en todas las diferentes áreas te ayudará a evaluar tu personalidad en muchos niveles y situaciones.

Solicita retroalimentación. Una vez que hayas elegido a tu candidato, envíale un correo electrónico en el que le preguntes acerca de tus fortalezas. Pídele que te dé ejemplos específicos donde te haya visto empleándolas. Asegúrate de mencionar que estas fortalezas pueden estar basadas en habilidades o en tu personalidad. Ambos tipos de respuestas son importantes.
Por lo general, el correo electrónico es la mejor manera de hacerlo porque libera de la presión de hacerlo en un lugar específico, le da a la persona tiempo para pensar en su respuesta y le permite ser más honesta. Además, te ayuda a tenerlo todo por escrito para poder realizar un análisis posterior.

Busca las cosas en común. Una vez que recibas todos los resultados, deberás buscar las similitudes. Revisa cada respuesta y piensa en su significado. Intenta extraer los rasgos que señala cada persona y lee los ejemplos específicos para ver si surge algún otro rasgo. Después de interpretar todas las respuestas, compáralas entre sí y busca los rasgos similares que muchas personas mencionan.
Podría serte útil elaborar un cuadro con una columna donde coloques el nombre del rasgo, una para cada respuesta y una tercera para tu interpretación.
Por ejemplo, varias personas en tu vida te dijeron que puedes manejar bien las cosas bajo presión, que eres bueno en situaciones de crisis y que puedes ayudar a otras personas a controlarse en situaciones estresantes. Esto significa que puedes mantener la calma bajo presión y que probablemente eres un líder fuerte y natural. También puedes interpretarlo como una persona compasiva con los demás y como alguien social.

Haz un autorretrato. Una vez que tengas todos los resultados, escribe un análisis tipo autorretrato de tus fortalezas. Asegúrate de incorporar todos los diferentes aspectos que las personas señalaron en su discusión sobre ti y todos los rasgos que sacaste a relucir en tu propio análisis.
Esto no pretende cumplir la función de un perfil psicológico completo, sino la de un retrato profundo de tu mejor yo. Te recuerda las características que utilizas en tus mejores momentos y puede ayudarte a dirigir tus acciones futuras de una manera en que puedas emplearlas más.

Parte 3 de 6: Enumerar tus acciones

Escribe acerca de tus acciones. Considera la manera en que reaccionas en determinadas situaciones que requieren acción, pensamiento y perspicacia. Antes de hacer algo más concreto, trata de controlar tus reacciones espontáneas a las experiencias que ya has tenido en la vida. Compra o consigue un diario en el que puedas escribir tus pensamientos.
La razón para hacerlo es que las reacciones espontáneas te dicen mucho acerca de cómo reaccionas en situaciones comunes e intensas. Puedes escribirlas para poder descifrar tus acciones y habilidades.

Piensa en una situación difícil en la que algo malo haya ocurrido. Puede ser un accidente de tránsito o la aparición repentina de un niño frente a tu auto mientras pisas los frenos. ¿Cómo reaccionaste cuando te enfrentaste a la situación espontánea? ¿Te callaste y te retiraste o enfrentaste el desafío, reuniendo las herramientas y los recursos para abordar la situación?
Si tomaste el control y actuaste como un líder, probablemente sientas que ese valor y la capacidad de controlar estas situaciones son una fortaleza. Si reaccionaste llorando incontrolablemente, sintiendo impotencia o arremetiendo contra los demás, mantener el autocontrol durante una situación difícil podría ser una debilidad.
Asegúrate de considerar las cosas desde varios ángulos. Por ejemplo, sentir impotencia después de un accidente automovilístico es una reacción perfectamente natural ante el estrés de la experiencia. No obstante, si le pediste ayuda a alguien, podría significar que buscar la ayuda de los demás (colaboración) puede ser una fortaleza. No siempre tienes que hacer todo por tu cuenta para ser alguien fuerte.

Busca una situación menos desafiante. Piensa en una situación en la que afrontaste una decisión difícil pero que no haya sido de vital importancia. Por ejemplo, ¿cómo reaccionas cuando entras a una habitación llena de gente?, ¿quieres entablar una conversación con todos los que conoces o prefieres buscar una esquina tranquila, lejos del ruido y relacionarte con solo una persona?
La persona que se relaciona con los demás es buena para socializar y ser extrovertida mientras que la persona más tranquila es buena para relacionarse a nivel individual y para escuchar. Ambas fortalezas pueden utilizarse para beneficio natural de la persona.

Considera los momentos en que afrontaste una situación personal difícil. Piensa en un momento en el que te hayas encontrado en una situación difícil y hayas tenido que reaccionar inmediatamente. ¿Qué tan rápido aprendiste y te adaptaste a las situaciones nuevas? ¿Piensas con rapidez y te recuperas de manera satisfactoria cuando un compañero de trabajo hace un comentario sarcástico o tiendes a absorber, pensar y luego reaccionar en dichas situaciones?
Recuerda que cualquier fortaleza que puedas haber desarrollado a veces puede tener ventajas y desventajas. Por ejemplo, si pasas la mayor parte de tu vida leyendo y escribiendo, podrías no ser tan apto para tener charlas pequeñas con las demás personas, pero probablemente tengas una habilidad especial para encontrar la trama de un libro y para hablar de temas profundos con los demás. También podrías haber crecido con hermanos menores, lo que significa que tal vez seas compasivo, paciente y bueno para disipar las tensiones.
Es importante tener en cuenta que el mundo necesita muchas personas diferentes con distintos tipos de fortalezas e intereses con la finalidad de ser tan diverso como es. No necesariamente debes ser bueno en todo, solo en lo que consideras importante para ti.
La persona que sabe salir de situaciones adversas o que resuelve un problema con rapidez podría tener como fortaleza un ingenio agudo y quizás la concentración en los detalles pequeños como debilidad. La persona que se toma el tiempo para pensar podría tener como fortaleza la capacidad para planificar y tal vez una agudeza mental limitada como debilidad.

Parte 4 de 6: Enumerar tus deseos

Pregúntate cuáles son tus deseos. Tus deseos o deseos dicen mucho acerca de ti, incluso si has pasado mucho tiempo negándolos. Considera la razón por la que quieres completar esas actividades o metas y lo que necesitarás para lograrlo. Lo más probable es que sean tus pasiones y sueños en la vida, los cuales suelen ser áreas de gran fortaleza. Muchas personas caen en la trampa de hacer lo que sus familias quieren y seguir carreras de medicina o derecho cuando preferirían haber sido bailarinas o excursionistas. En una sección distinta de tu diario, escribe tus deseos y deseos de la vida.
Hazte la siguiente pregunta: “¿Cuáles son mis deseos en la vida?”. Ya sea que estés postulando a tu primer empleo o acabes de jubilarte, siempre debes tener metas y deseos en la vida. Determina qué es lo que te impulsa y qué te hace feliz.

Decide qué es lo que disfrutas. Comienza a preguntarte qué cosas son las que más disfrutas en la vida. Anota las respuestas a la pregunta “¿Qué tipos de actividades considero satisfactorias o atractivas?”. Para algunas personas, sentarse frente al fuego con su perro al lado es sumamente satisfactorio. Para otras, sería mejor hacer escalada en roca o realizar un viaje por carretera.
Haz una lista de las actividades o las cosas que te hagan feliz y te brinden placer. Lo más probable es que estas áreas donde encuentres tus pasatiempos sean algunas áreas fuertes para ti.

Determina tus motivaciones. Además de tus deseos, debes determinar qué te mantiene motivado en la vida. En tu diario, escribe tus respuestas a la siguiente pregunta: “¿En qué momento me siento con energía y motivación?”. Piensa en los momentos de tu vida en que te sientes listo para apoderarte del mundo o inspirado para pasar al siguiente nivel. Las áreas que te inspiran y motivan suelen ser aquellas donde eres más fuerte.
Ten en cuenta que muchas personas sienten deseos desde muy temprana edad, lo que indica el autoconocimiento infantil que muchos llegan a perder cuando la familia, los amigos y las expectativas sociales o presiones financieras hacen que los deseos iniciales se hundan en las profundidades.

(En le próximo post la segunda parte de este tema)