Beber té puede ayudar a reducir los accidentes cerebrovasculares

Según un estudio realizado en China, beber durante un tiempo prolongado té puede ayudar a reducir el riesgo de padecer accidente cerebrovascular (ACV). El trabajo fue llevado a cabo por científicos de la Universidad Curtin de Tecnología, en Perth, Australia, quiénes estudiaron a un total de 838 hombres y mujeres chinos, con una edad media de 69 años.

El equipo liderado por el doctor Andy Lee encontró que aquellos que consumían al menos una taza de té por semana durante más de 30 años tenían hasta un 60 por ciento menos de riesgo de padecer un ACV isquémico.

Recordemos que un ACV isquémico se produce cuando los vasos que irrigan el cerebro se bloquean parcial o completamente.

Si bien los científicos no pudieron esclarecer bien porqué el té tendría este efecto protector contra los ACV, los responsables remitieron a que ya otros estudios previos sugerían que el té o algunos de sus componentes actúan sobre la presión arterial, normalizándola, así como reduciendo otros factores de riesgo de los ACV.

En este estudio, los expertos pudieron establecer también otros porcentajes promedio: quiénes bebían más de dos tazas de té por día tenían alrededor de un 40 por ciento menos de riesgo de este tipo de ACV. Además, se halló que este riesgo era aún menor en los que consumían dos tazas diarias de té verde y oolong, en un 72 y un 79 por ciento, respectivamente.

Otro detalle que se rescató de este trabajo es que la cantidad de hojas empleadas para realizar la infusión también estaba vinculada: el equipo observó un 73 por ciento menos de riesgo de ACV asociado con una cantidad mayor de hojas de té usadas en la infusión .

Finalmente, y aunque estos resultados sean significativos, el equipo de Lee ha sugerido que se realicen estudios similares en poblaciones de otros países, ‘ para asegurar que el consumo de té puede mejorar la supervivencia de los pacientes con ACV’

Los resultados del trabajo, que han sido publicados en la revista Psychopharmacology, revelan que las propiedades antioxidantes del té verde aumentan la conectividad entre la corteza frontal y parietal del cerebro. Para llegar a esta conclusión los investigadores realizaron un estudio con 12 voluntarios sanos con una edad media de 24 años. La mitad de los participantes recibió una bebida basada en leche que contenía 27,5 gramos de extracto de té verde; la otra mitad recibió la misma bebida, pero sin el té. Ninguno de los participantes sabía qué contenía la bebida que les habían ofrecido para el estudio.

Tras esto, los integrantes del estudio llevaron a cabo una serie de tareas relacionadas con la memoria mientras su actividad cerebral era analizada mediante resonancia magnética. El examen de los resultados determinó que los participantes que habían consumido la bebida con té mostraron una mayor conectividad entre el lóbulo parietal superior derecho y la corteza frontal del cerebro, ambos asociados a un mejor desempeño de las tareas relacionadas con la memoria de trabajo.