Bienestar con pensamientos positivos

Tu bienestar no se nutre sólo de alimentos. El bienestar también hay que alimentarlo de pensamientos positivos.
Bienestar con pensamientos positivos
Sé por experiencia que no siempre es fácil y menos en este momento en que estamos sumidos en una crisis, que en mayor o menor grado, nos afecta a la mayoría. Si no es en tu propia casa, es en la del vecino.

Hoy 1 de mayo se celebra en todo el mundo el día de los trabajadores y somos precisamente los trabajadores los que más estamos padeciendo la crisis, bien porque nos recortan sueldos y derechos o bien porque nos quedamos sin trabajo. Eso afecta completamente a nuestra vida y a nuestro entorno.

Afecta a nuestra economía y a la posibilidad de disfrutar de muchas cosas -más o menos necesarias- que se pagan con dinero. Escucho a personas que trabajan en supermercados que cada vez se vende menos, que cada vez hay más personas robando para poder comer algo… Son los casos más extremos, se trata de personas que (ya) no tienen sus necesidades básicas cubiertas.

Si atendemos a la jerarquía de necesidades humanas o pirámide de Maslow, tenemos que ir escalando posiciones de abajo hacia arriba, cubriendo diferentes niveles de necesidades, y desarrollar necesidades y deseos más elevados.

Somos lo que pensamos

Sin embargo y pese a todo, me atrevo a decir que todo nace en uno mismo y cómo se siente uno, parte de uno mismo. Está en tu mano tomar una actitud u otra, está en tu mano decidir si quieres sentirte bien o no, nutriendo tu mente con pensamientos y mensajes positivos, intentando mantener un espíritu optimista incluso en las adversidades. ¿De qué te sirve lo contrario? ¿Qué te aporta? ¿Ha cambiado algo por mantener esa actitud?

Ya, ya sé que no es fácil, ya lo he dicho antes, pero no creo que sólo por el hecho de mantener una buena nutrición vayas a sentirte plenamente bien. Tienes un largo camino recorrido si es así, pero también tienes que alimentar tu bienestar mental.

Probablemente haya personas más indicadas que yo para hacer este tipo de sugerencias o recomendaciones, pero aquí van las mías. Yo te animo a que reflexiones y que, al igual que con la alimentación y otros relacionados directamente con tu cuerpo, empieces a adquirir hábitos saludables para nutrir tu espíritu, mente o llámalo como quieras. Puedes empezar por conocer tus derechos asertivos.

Pensamientos positivos para nutrir tu bienestar mental

Asume tus problemas o circunstancias. Es el primer paso para salir de ellos.
Todo depende de cómo lo mires: prueba a mirarlo desde otra/s perspectiva/s, seguro que encuentras alguna que te haga sentir mejor o te sirva de plataforma para iniciar un cambio.

Quéjate menos y aprecia más lo que tienes. Valorarlo y ser consciente de ello te hará sentir bien. Pasar el día el día quejándote no te aportará nada más que frustración. Si algo te preocupa lo suficiente como pasarte el día lamentándote, entonces ocúpate de ello.

Lo dijo Paulo Coelho: “Los problemas nunca se acaban pero las soluciones tampoco”. Todo en esta vida tiene solución menos la fin de un ciclo. Búscala, no vendrá sola a ti.

Valora las pequeñas cosas de la vida, de la tuya. No eres un personaje de una película en la que suceden grandes cosas, ¿o sí?

No te compares con los demás. Sólo sirve para infravalorarse y generar sentimientos negativos y frustrantes. No somos iguales, no tenemos que serlo y ahí radica tu valor.

Juzga menos a los demás.

La culpa no es toda de los demás: cada uno tenemos nuestra parte de responsabilidad en lo que nos sucede, en mayor o menor medida, tanto a nivel individual como colectivo.

Si quieres que las cosas cambien, empieza tú primero. Eres una pieza de un engranaje, si te mueves, las piezas de alrededor tendrán que hacerlo también para poder encajar. ¿Por qué esperar que hagan los demás el primer movimiento?

En ocasiones el problema está en que pensamos una cosa y sentimos otra. Haz un ejercicio de reflexión sobre ti mism@. Es natural que hayas cambiado porque evolucionamos como personas y nuestras circunstancias también. Tal vez no seas consciente de quién eres tú ahora.

Haz las cosas que te gustan, las que puedas permitirte. ¡Seguro que hay alguna! Y hazlo por ti y para ti. Luego si quieres compartirlo, ya es otra cosa, pero repito, hazlo por ti y para ti.

Aléjate de las personas destructivas. Pueden hacerte mucho daño. Relaciónate con personas que tengan una actitud mental positiva y déjate contagiar.

Utiliza un lenguaje positivo.

Sonríe, sonríe, sonríe. ¿No has oído hablar del poder curativo de la risa? Pues es gratis.