Los brazos son los miembros más utilizados puesto que tienen múltiples funciones.
En general, los necesitamos para realizar cualquier tipo de acción -para tomar algo, abrazar a otra persona, para jugar… Un dolor de brazo afectará entonces una o varias de estas funciones.

Este problema es frecuente en la persona que no se siente útil en su trabajo y que duda de sus capacidades.

Se siente apenada y triste, lo cual la lleva a replegarse sobre sí misma sintiendo lástima de su sufrimiento.

También puede padecerlo la persona que tiene dificultar para abrazar a los que ama y se siente culpable por ello.

Le ayudaría mucho revisar y averiguar qué es lo que le impide estrechar a alguien.

Un dolor en el brazo puede también indicar que la persona se siente incapaz de mostrar su fuerza para ayudar a otro.

El brazo derecho se relaciona con el acto de dar y el brazo izquierdo con el de recibir.

Este dolor se suele presentar también en la persona que tiene todo lo necesario para elegir una situación nueva pero deja que sus pensamientos o los de los demás influyan demasiado en ella, lo que le impide pasar a la acción.

Por ser la extensión de la región del corazón, debemos utilizar los brazos para expresar nuestro amor y no para sentir el peso de alguien o de algo, es decir, no debemos creernos forzosamente obligados a hacernos cargo de los demás o a protegerlos.

No es por azar que los brazos estén colocados en ese lugar del cuerpo. Debemos abrazar a una persona o una situación con amor y trabajar con amor.

Esto es lo que nuestro corazón desea.

Si el dolor aparece en el brazo derecho, es posible que la persona no se sienta capaz de ser el brazo derecho de alguien.

Si eres de los que dudan de sí mismo, de tus capacidades y de tu utilidad, es porque dejas que te moleste una vocecita en tu cabeza que intenta convencerte de que no tienes la capacidad necesaria para emprender lo que deseas.

También es posible que pienses que no tienes los conocimientos necesarios para hacerlo.

Si tienes miedo de no poder ser el brazo derecho de alguien, ¿verificaste si esos temores están bien fundados?

Cualesquiera que sean los mensajes de tu ego, debes decidir pasar a la acción con confianza y debes creer que posees lo necesario para lograrlo.

Tus dudas son las únicas que pueden detenerte y hacerte perder tu objetivo.

Si no actuar fuera bueno para ti, no te dolerían los brazos.

El dolor que sientes se ha hecho presente para hacerte comprender que tu manera de pensar te hace daño. Si observaras a alguien como tú en acción, ¿qué cualidades le encontrarías? El hecho de admirarte a ti mismo te dará mucha energía, cosa que no ocurre cuando dudas de ti mismo.

Si tu dolor tiene que ver con tu dificultad para demostrar tu afecto y tu amor a los demás abrazándolos, el mensaje quiere ayudarte a vivir una nueva experiencia atreviéndote a hacerlo.

Esto no quiere decir que debas hacerlo siempre, sino que te concedas el derecho de cambiar tu actitud mental con respecto a tu manera de demostrar el afecto. No sigas creyendo que eres una persona fría. Si el dolor está situado en el codo, ver también dolor de codo.

Los dolores de los brazos están vinculados con la dificultad de manifestar el amor en lo que hago, en mi trabajo o en mis acciones de cada día.

Es un bloqueo de energía, una inhibición de hacer algo para mí – mismo o para los demás. Puedo entonces sentir rigidez muscular, dolor o calor (inflamación).

Mis brazos se vuelven menos móviles y más tensos, mis articulaciones (hombros, codos) más dolorosos.

Sé que el papel de mis brazos está en su capacidad de coger las nuevas situaciones y las nuevas experiencias de mi vida.

Quizás esté en reacción frente a una nueva situación; ya no encuentro que mi trabajo sea motivador; estoy frustrado o irritado porque no consigo expresarme convenientemente, o porque tengo dificultad en realizar un proyecto.

Una situación que califico de “fracaso” podrá exteriorizarse por un dolor en los brazos.

Generalmente son los huesos de mis brazos que estarán afectados cuando no soy capaz de hacer tan bien como antes una actividad profesional o deportiva en la cual era excelente.

No consigo coger la gente a quien amo en mis brazos; rechazo reconocer que estoy harto de una situación que era nefasta para mí (tener los brazos cansados).

En general, tener dolor en los brazos significa cojo demasiado. O bien es algo que no cojo o que me niego a coger. Ya no tengo ganas de comunicar con los demás en el nivel del corazón, dudo de todas mis capacidades en realizar algo.

Ir hacía delante en la vida me parece difícil. Los dolores son pues un modo inconsciente de enseñar que padezco.

Quizás, deba “soltar”, “dejar ir”, una situación o una persona que quiero “retener” a toda costa.

Una dificultad con la autoridad puede manifestarse en el brazo derecho, mientras que será mi brazo izquierdo el que estará afectado si vivo un conflicto para expresar mi amor y mi bondad.

Los hombres tienen una tendencia natural a querer híper – desarrollar los músculos de sus brazos que son un símbolo de fuerza y poder, lo cual denota su dificultad y su resistencia en expresar la energía del corazón y el lado dulzura.

Inversamente, los brazos más delgados y débiles me indican una timidez en la expresión de mis emociones y una resistencia en dejar correr la energía.

Me freno para hundirme en la vida y aprovecharme al máximo.

Mis brazos corresponden más a mi expresión interior.

Mis ante – brazos, en cambio están conectados con la expresión exterior, el “hacer”.

“Me arremango y paso a la acción!

La dulzura representa el lado interno de mis ante – brazos, manifiesta mi sensibilidad y puedo tener dudas antes de expresar físicamente cosas en el Universo.

Quizás deba cambiar mis costumbres, o mi modo de hacer y esto me es tan difícil, en razón de mi rigidez, que mis ante – brazos también se pondrán rígidos.

Una irritación cutánea a nivel de brazo está conectada a una frustración o a una irritación en lo que hago o no hago, en el modo de expresarme y en lo que puede sucederme después de la intervención de los demás.

Debo manifestar más amor en lo que hago, investirme, abrirme con confianza a los demás, apretar en mis brazos con amor y cariño a la gente que amo (la imagen del padre que aprieta a su hijo en testimonio de amor).

Recuerdo que la acción de apretar a alguien frecuentemente es terapéutico.

Estimo mis bellas cualidades de comunicación, ternura y apertura.

Coloco mi atención en las actividades interesantes.

Me ejerzo en ver los buenos lados de cualquier situación.

Lo hago realizando que es maravilloso, que estoy mejor de lo que pensaba.

Me cambio las ideas porque lo necesito.