Cambia tus hábitos para cambiar tu mente: ¿Cómo cambiar hábitos para que seas dueño de tu mente? ¿Qué es lo que hace que actuemos de una forma o de otra? ¿Porque existen personas que consiguen tener un aspecto saludable sin esfuerzo, como si fuera algo natural?

Las personas de apariencia cura, las que siempre lo han sido y las que han conseguido serlo, no están constantemente a dieta para seguir así.

Lo que tienen en común son unos HÁBITOS DIARIOS que les permite alimentarse, disfrutar de lo que comen y, al mismo tiempo, tener un cuerpo sano y un peso ideal.

Los hábitos son COMPORTAMIENTOS repetidos en el tiempo, cosas que logramos hacer casi automáticamente, sin mucho esfuerzo y sin pensarlo demasiado.

Como todas las cosas en esta vida, existen dos caras de una misma moneda: existen hábitos buenos (ducharnos, lavarnos los dientes…) y hábitos malos, hábitos que nos ayudan a tener una calidad de vida mejor y otros que, al revés, nos limitan y nos bloquean.

Lo curioso es que ambos se han formado para cubrir una NECESIDAD ESPECÍFICA que en un momento dado de nuestra vida NO estaba CUBIERTA.

En otras palabras, hemos empezado a comportarnos de una determinada manera con una INTENCIÓN POSITIVA.

En el caso de los hábitos buenos esto es más evidente y fácil de entender: Nos lavamos los dientes todos los días porque desde que somos niños, nuestros padres nos enseñaron a hacerlo; nos “obligaron” a repetir este acto todos los días hasta que empezamos a hacerlo sin preguntarnos el porqué.

Ahora que somos adultos seguimos lavándonos los dientes para cuidar de nuestra salud dental (NECESIDAD ABIERTA) y haciéndolo obtenemos la ventaja de sentirnos a gusto, con el aliento fresco y limpio (INTENCIÓN POSITIVA).

Siempre hay una intención positiva en lo que hacemos. Esto no significa que nuestro comportamiento sea justificado, sino que actuamos para sentirnos bien o para dejar de sentirnos mal.

Imagínate esta situación: María tiene 6 años y todas las veces que se porta bien se le premia dándole una chuchería. Esto hace que se sienta querida por sus padres y que pueda disfrutar del placer instantáneo típico de este tipo de comida.

Pasan los años, ahora María tiene 19, está gordita y está trabajando mucho para aprobar sus exámenes en la universidad. No sale de casa y estudia todo el día.

Está cumpliendo con sus deberes y por eso se concede un descanso y un pastelito de chocolate.

Su mente ha creado un PEQUEÑO RITUAL que le premia por el esfuerzo diario y que se ha convertido en un camino automático para descansar y mimarse (INTENCIÓN POSITIVA).

Sin embargo, al mismo tiempo, no se siente satisfecha con su cuerpo y sus hábitos no le ayudan a mejorar la situación.

La buena noticia es que María puede crear un nuevo camino, un nuevo “circuito neuronal” que le ayude a mimarse y a cuidarse de forma diferente y compatible con tener un peso saludable.

La mente es muy poderosa: cuando tomamos conciencia de sus mecanismos y de cómo funcionan, entonces retomamos el control sobre ellos y podemos cambiarlos.

La excelencia es un hábito no un acto

Cómo cambiar hábitos para que seas dueño de tu mente

Quiero hablarte de cómo cambiar tus malos hábitos para que seas dueño de mente.

El primer paso es TOMAR CONCIENCIA de cuáles son los hábitos que te afectan y que te están impidiendo lograr tu peso saludable, por ejemplo, mejorar la relación con tu cuerpo y así conseguir quererte de forma más plena.

Vamos a hacer un ejercicio. Sigue los 4 puntos y contesta a las preguntas.

1. Identifica cuáles son tus hábitos malos, aquellos que crees que no te están apoyando en el desarrollo de tu mejor versión, o simplemente aquellos que ya no quieres tener en tu vida.

2. El siguiente paso es descubrir cuál es la NECESIDAD que intentas satisfacer actuando de esta forma. Pregúntate:
¿Por qué empezaste a actuar así?
¿Cuál era la necesidad que intentabas cubrir?
¿Cómo te sentías cuando te comportabas de esta forma al principio? Y ahora, ¿qué ha cambiado?

3. Identifica la INTENCIÓN POSITIVA relacionada con tu hábito. Para encontrar la ventaja relacionada con este comportamiento pregúntate:
¿De qué me estaba alejando?
¿A qué estaba intentando acercarme?
Ejemplo: Me sentía solo y empecé a comer de forma descontrolada para llenar un vacío y para alejarme esta sensación de soledad.

4. El último paso consiste en elegir nuevos hábitos que puedan cubrir tus necesidades pero de FORMA POSITIVA.
Imagínate, por ejemplo, que cuando vuelvo a casa del trabajo, para descargar mi nivel de estrés, suela comerme 3 rebanadas de pan con nocilla. Para conseguir lo mismo podría prepararme un baño calentito con sales perfumadas, velitas y música relajante. ¡O incluso ir a clase de pilates!

Cómo incorporar un nuevo hábito a tu vida

Para que un hábito se consolide es muy importante repetirlo de forma constante y con una cierta FRECUENCIA.

Si quieres incorporar en tu vida el hábito de correr 20 minutos por la tarde, hazlo todos los días y mejor, a la misma hora.

Puedes ayudarte aprovechando de UN HÁBITO POSITIVO que ya tengas firme en tu vida.
Por ejemplo, si quieres beberte una infusión todos los días, hazlo después de algo que ya haces de manera automática (desayunar, controlar el correo electrónico, llamar por teléfono a tu cliente…).

Otro truco es incorporar el nuevo comportamiento en el momento en que se suele tener el viejo hábito. Si sueles comer patatas fritas viendo la tele, por ejemplo, empieza a comportarte de la nueva forma (por ejemplo, beber agua o una infusión, respirar profundamente para relajarte, …) en este momento.

No te asustes: los viejos hábitos al principio seguirán en tu mente, te tentarán y te acordarás mucho de ellos, pero te puedo asegurar que si eres constante, ¡VAS A GANAR TÚ!

Cualquier cambio es posible… ¡sólo depende de ti!

¡Qué liberes la mejor versión de ti mismo!