CANDIDIASIS Y SU RELACION ESPIRITUAL

Cuando hablamos de candidiasis vaginal – candidiasis vulvovaginal, hablamos de una infección micótica que se desarrolla debido a diversos factores, fundamentalmente por una excesiva actividad de este hongo y de una rápida expansión por la zona genital, en este caso de la mujer.

Como ya sabemos, la candida es un hongo que, siempre que se mantenga en los límites normales, está presente en el organismo de forma natural.

Es cuando sobrepasa esos límites cuando podremos empezar a hablar de infección por cándidas o candidíasis. Es decir; cuando se rompe el equilibrio orgánico y se permite una rápida colonización del organismo por esta levadura.

Esta ruptura del equilibrio puede ser de origen hormonal pero también puede surgir por cambios en los procesos químicos del flujo vaginal, alteración de la acidez por ejemplo. Cuando este equilibrio se quiebra, aparecen los síntomas de la candidiasis.

Hongos vaginales, según “La Enfermedad como Símbolo”, del Dr. Ruediger Dahlke.

Plano corporal: vagina.

Plano de los síntomas: conflicto sobre la elección de pareja íntima, conflicto con la pareja en el área de la intimidad ; la entrada al área íntima no recibe suficiente fuerza vital y no se protege eficazmente; separación (inconsciente) de los temas del vientre, sexualidad sin amor; autoagresión.

Realización: revivir el mundo subterráneo mediante una sexualidad placentera; descubrir el vientre como el prado de juegos de la alegría vital; preocuparse por unas mínimas condiciones de limpieza; hacer una nueva elección.

Resolución: intentar una relación armónica y satisfactoria llena de vitalidad; oscilar al propio ritmo femenino; defender con franqueza la propia feminidad.

Candidiasis, según Louise L. Hay en su libro: “Sana tu Cuerpo”.

Malestar y causa probable: Sensación de estar muy disperso. Mucha frustración y rabia. Exigencia y desconfianza en las relaciones.

Nueva pauta mental: Me doy permiso para ser todo lo que yo puedo ser; merezco lo mejor de la vida. Me amo. Amo y aprecio a los demás.

Para las mujeres afectadas de candidiasis vaginal crónica, les aconsejaría leyesen el capítulo dedicado a los hongos vaginales del libro: “El Mensaje Curativo del Alma Femenina” del mismo autor. Habla Silvia de su problema por si puede ser de alguna ayuda a las miles de mujeres aquejadas por esta dolorosísima afección. Cuando entré en un foro, hace unos cuantos años, no pude más que llorar al leer el testimonio de tantas mujeres desesperadas, para las que nadie encontraba cura.

Un dolor, una afección… siempre tienen una causa. Si no se repiten en el tiempo, podemos pasarlos por alto, aunque podríamos cuestionarnos sobre su origen sin obsesión. Pero si un problema o una disfunción se hacen crónicos, no podemos pasarlos por alto y es nuestra obligación atender a la llamada de atención que nos brinda nuestro cuerpo.

Al principio, tuve como todas las mujeres candidiasis vaginales esporádicas, que curaba sin cuestionarme con medicinas alopáticas. Me quitaba el síntoma y me olvidaba del tema. Con el tiempo y después de haber abusado de ciertos óvulos, tuve que cambiar de tratamientos.

La cosa se puso bastante fea cuando llevaba cierto tiempo separada. A pesar de cuestionarme cada vez que recaía, sobre si debía atender o no a mi ardor interior, si debía o no aceptar cierta parte lujuriosa de mi misma… entré en la fase de cronicidad. En aquel entonces renuncié incluso a tener contacto fisico con digamos una relación amistosa, porque ya no nos aportábamos nada el uno al otro y creí que así solucionaría mi conflicto. Pero me equivocaba. Mi ginecóloga de entonces era incapaz de ayudarme, ni los tratamientos con Blastoestimulina para reequilibrar la flora vaginal, mejoraban mis infecciones vaginales recurrentes.

Cuando dejé de venderme por contacto fisico y siguió manifestándose la afección, me di cuenta que mi problema era aún más profundo. Así que me senté y sentí mis emociones. Lo que descubrí – y sabía desde hacía mucho tiempo pero por mis traumas no atendí – es que yo estaba simplemente obsesionada (como la gran mayoría de los hombres y muchas mujeres) por el contacto fisico, por el bienestar, y por querer sentirme deseada… Recuerdo que fue una tarde de un sábado lluvioso. Decidí acudir por última vez a una farmacia de guardia para comprarme una única pastilla, temblando de miedo por si no me hiciese efecto. Hablé cariñosamente con ella y con mi cuerpo al que prometí renunciar a ésta obsesión.

A partir de este momento, cada vez que pensaba demasiado en el contacto fisico, optaba por preocuparme por otra cosa o buscaba algo que hacer, una alternativa. Al fin y al cabo me fui adiestrando con fuerza de voluntad y cuando recaía, recordaba el dolor vivido.
¡Y funcionó!

Al cabo de mucho tiempo, no recuerdo si fue por los sueños, o por un material externo, sentí que era el momento de abrirme a una nueva experiencia. Sin estar obsesionada, acepté que la vida me podría brindar la llegada de un nuevo amante. ¡Reapareció la candidiasis! No me lo podía creer. Si me había curado al dejar de ser obsesiva. ¿A qué se debía entonces esta recaída?

Tuve que volver a meditar, volver al sentir mis emociones y ellas me desvelaron que tenía miedo, miedo a una nueva intimidad, miedo a – por el bienestar o por la necesidad de cariño – aceptar quizás un amante que no respetase mi ritmo, miedo a que me juzgase, miedo a que pudiese compararme con otra más fogosa que yo, miedo a que dejase de desearme… y como me dijo una amiga antes de ayer, decidí no permitir que un miedo a no gustar a un hombre, me destruyese mi salud, echase por alto el perfecto equilibrio de mi cuerpo.

Ya no permito que un hombre carente de cualidades excepcionales, comparta mi intimidad y mis sensaciones. Por otra parte mis emociones, mis sentimientos, mi alma me ayudan a percibir que incluso existen personas maravillosas con las que sé, yo podría pasar momentos muy placenteros, pero con las que no me siento compatible del todo, personas con las que no llego a sentir ésta afinidad tan especial que demanda la sexualidad sublime.

La causa de la cronicidad en la candidiasis vaginal es distinta para cada una de las afectadas. Yo os dejo mi testimonio como una parte de mis propios traumas, un mero ejemplo para que cada una de las enfermas crónicas que lee este artículo, pueda tener una idea de cómo enfocar su problema y como buscar sus propias soluciones.
Otro punto a recalcar para sanar es recordar que lo que nos venden en los medios de comunicación es simplemente MENTIRA.