Según la clasificación hecha en Occidente, se cuentan 33 vértebras empezando por arriba, o sea:
7 cervicales (nuca), más bien delgadas
12 dorsales (espalda), más bien gruesas
5 lumbares (riñón), más fuertes
5 sagradas (sacro), soldadas, formando un triángulo hacía abajo
4 coxígeas, soldadas y atrofiadas.
La columna vertebral, tal el pilar de una construcción, representa el apoyo, la protección y la resistencia.
Por lo tanto, la columna vertebral me sostiene y me protege en todas las situaciones de mi vida. Es mi pilar físico e interior.
Sin ella, me derrumbo.
La columna vertebral simboliza también mi energía más fundamental y más espiritual.
Representa mi flexibilidad y mi resistencia frente a los diferentes sucesos de mi vida.
Las desviaciones de la columna vertebral (escoliosis, lordosis, etc.) están vinculadas a la parte profunda de todo mi sistema energético.
Durante un bloqueo, dolores físicos aparecen.
Sentimientos de impotencia, un peso demasiado pesado que llevar, una necesidad afectiva o emocional insatisfecha, etc., hacen que me sienta atacado en mi solidez y en mi resistencia.
Tengo la sensación que soy el pilar en el seno de mi familia, de mi trabajo y con relación a cualquier situación u organización en la cual estoy implicada.
¿Qué sucedería a los demás si no estuviera aquí?
¿Se derrumbaría todo?
La columna vertebral está vinculada a todos los diferentes aspectos de mí ser por el esqueleto, a través del sistema nervioso central y por la distribución sanguínea central.
Cada pensamiento, sentimiento, situación, respuesta y sensación está grabado en la columna vertebral como en las partes pertinentes implicadas correspondientes del cuerpo.
Miro la región afectada e identifico la causa del bloqueo.
Poco importa la razón, acepto mantenerme abierto a la causa y la integración es más armoniosa.
Vuelvo a edificar la nueva persona que quiero ser.