Paso 1. Lo primero que necesitas son unos granos de kéfir y un tarro de cristal. Introduce los granos dentro.

Paso 2. Echa leche sobre él. Puedes utilizar cualquier tipo de leche: desnatada, semidesnatada o entera, de vaca, de cabra o de oveja.

Debes tener en cuenta que la leche desnatada produce un kéfir muy diluido. Para disfrutar de su textura y sabor, es recomendable usar leche semidesnatada o entera.

También puedes hacerlo con bebida de soja. Su sabor es algo más suave que el que produce la leche.

Una vez hayas echado leche, debes cerrar el tarro de cristal con su tapa e introducirlo dentro de un armario. Se trata de que no le dé la luz.

Ahora déjalo ahí 24 horas. Cuanto más tiempo lo dejes, más espeso y fuerte se hará.

Paso 3. Llega la hora de cambiar el kéfir. Necesitas un colador, una cuchara y un recipiente para guardar la bebida obtenida.

Paso 4. Nada más sencillo que echar poco a poco el contenido del tarro sobre el colador e ir colando el líquido, que será más bien denso.

Paso 5. Con ayuda de la cuchara, vamos removiendo con cuidado el kéfir en el colador hasta que sólo nos quedemos con los gránulos.

Paso 6. Ya tenemos lista la bebida de kéfir por un lado y los gránulos por otro.

La bebida ya se puede tomar. Si prefieres beberla fría, déjala unas horas en el frigorífico.

Vuelve al paso 1. Vierte los granos en el tarro de cristal para seguir produciendo kéfir. No es necesario que laves el kéfir, ni en este momento ni en ningún otro: recuerda que el medio donde trabaja es la leche.

El tarro donde haces kéfir no hace falta tampoco que lo laves todos los días. Cuando lo hagas, eso sí, sécalo bien.

Algunos consejos para su preparación y conservación
Aquí tienes algunos consejos que te ayudarán a preparar kéfir en casa y a conservarlo en perfectas condiciones y durante mucho tiempo

1) Los gránulos de kéfir deben mantenerse siempre fuera del frigorífico. El lugar ideal es un armario de la cocina.

2) Los gránulos de kéfir pueden estar separados o juntos como si fuera una coliflor. Si se separan, no te preocupes. Seguirán creciendo y volverán a juntarse con otros granos o a formar ellos mismos una masa de kéfir mayor.

3) Si quieres repartir gránulos de kéfir, con que ocupen lo mismo que una pelota de golf es suficiente para que trabaje sin problemas. Regálalo siempre en un recipiente de cristal y con leche, para que el kéfir no extrañe su medio.

4) El yogur o bebida de kéfir sí puede conservarse en el frigorífico y dura entre 2 y 3 días. En frío gana mucho.

5) El kéfir está listo en 24 horas. Cuanto más tiempo lo dejes, más denso se hará y más fuerte será su sabor. En verano, por el calor, trabaja más rápido, algo que deberás tener en cuenta.

6) No es cierto que el kéfir muera en contacto con el metal y que no se pueda colar en un colador metálico.

7) Si tu kéfir crece con mucha rapidez, no tienes a nadie a quién regalarlo y no quieres tirarlo, lo puedes congelar. Utiliza preferentemente un recipiente de plástico y mételo en el congelador, con un poco de leche.

8) Para descongelarlo y que reviva, déjalo en la zona menos fría del frigorífico hasta que se descongele. Una vez descongelado, sácalo del frigorífico y ponlo en leche.

9) Transcurridas 24 horas, desecha el yogur de kéfir que ha producido y déjalo en leche de nuevo. Esta nueva producción sí podrás tomarla, aunque puedes desecharla también y quedarte con la siguiente. Puedes congelar y descongelar el kéfir tantas veces como quieras.

10) El kéfir puede morirse si no lo cuidas bien. Lo sabrás porque ya no fermentará la leche y su olor no dejará lugar a dudas. Si lo cuidas bien, es raro que suceda.

Siguiendo estos consejos podrás disfrutar de una cura y deliciosa producción de kéfir en tu propia casa. Disfruta de su sabor y de todos los beneficios que ofrece para tu salud.

Propiedades y beneficios del kéfir

1. Mejora la piel. Como antioxidante natural, sus beneficios se notan en la piel. Ayuda a mejorar su aspecto y elasticidad y, en algunos casos, mejora algunas afecciones de la piel.

2. Favorece la salud cardíaca. El kéfir ayuda a limpiar los vasos sanguíneos, lo cual contribuye a regular la presión sanguínea. De este modo se logra una mejora en la salud cardiovascular.

3. Mejora las funciones cerebrales. El kéfir se considera muy beneficioso para el cerebro; entre otras cosas, favorece la concentración, los reflejos y la memoria y ayuda a combatir el estrés.

4. Potencia el sistema inmunológico. El kéfir ayuda a fortalecer el organismo y mejora las defensas de manera natural.

5. Ayuda a perder peso. Como buen probiótico, uno de sus efectos es originar una ligera aceleración del metabolismo, lo que se traduce en una mejor gestión de las grasas y en un mayor consumo de energía que puede ayudar a perder peso.

6. Protege el sistema respiratorio. Sus propiedades antibióticas otorgan una protección especial a los pulmones, mejorando así los problemas respiratorios comunes, como los provocados por un resfriado, y aliviando los síntomas de otros más graves, como la bronquitis y el asma.

7. Es un excelente tratamiento antiedad. Los antioxidantes que contiene el kéfir combaten los radicales libres, ayudando así a reparar y proteger las células contra el envejecimiento.

8. Posee propiedades antibióticas y antifúngicas. Mejora algunas afecciones de la piel y ayuda a tratar algunas infecciones fúngicas, como la candidiasis.

9. Combate la intolerancia a la lactosa. El consumo regular de kéfir ayuda a las personas que carecen de lactasa, la enzima necesaria para poder digerir bien la leche y sus derivados. Algunas de las bacterias del kéfir ayudan a romper esta enzima, de manera que los intolerantes a la lactosa pueden tomar kéfir.

10. Regula el ritmo intestinal. El kéfir ayuda a mejorar las digestiones, mantiene sano el tracto intestinal y favorece la excreción de residuos al regularizar los movimientos intestinales.

11. Reduce los niveles de azúcar en sangre. El kéfir ayuda a reducir los niveles de glucosa y a mantenerlos estables en la sangre.

12. Tiene efectos antiinflamatorios. Algunos procesos inflamatorios responden muy bien a la ingesta de kéfir. La pancreatitis, la gastritis y el síndrome de colon irritable, entre otros, experimentan una cierta mejoría cuando se toma kéfir.

13. Disminuye los niveles de colesterol. Tomar kéfir con regularidad y en combinación con una dieta saludable ayuda a reducir los niveles de colesterol y prevenir, así, afecciones cardíacas y otros problemas cardiovasculares.

14. Proporciona vitaminas y minerales al organismo. El kéfir contiene vitaminas, como algunas del grupo B, y minerales como el calcio y el magnesio que ayudan a mantener y mejorar la salud.

Aunque el kéfir es un alimento natural que proporciona multitud de beneficios para la salud, es necesario incluirlo en el marco de una vida cura. Hacer deporte con regularidad y llevar una dieta saludable es fundamental si queremos aprovechar todas las propiedades que nos ofrece.

Los beneficios y ventajas de tomar kéfir están fuera de toda duda. El kéfir puede ayudarte a que te sientas mejor, pero no debe usarse como sustituto de ningún tratamiento médico. Si tienes problemas de salud, siempre debes acudir a un profesional.

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