COMO SACARTE A ALGUIEN DE LA CABEZA

Ya sea debido a una ruptura de pareja, sacarte a alguien de la cabeza, un amor no correspondido o un agravio de alguien ante el que ya nada podemos hacer pero que nos hace pensar en esa persona día y noche, todos podemos necesitar sacarnos a alguien de la cabeza en algún momento. Pero a menudo resulta bastante complicado porque su recuerdo acude a tu mente por su cuenta, como si tuviera vida propia y logra engancharte durante más rato del que desearías hasta generarte un estado emocional desagradable y doloroso.

No obstante, aunque sea difícil, existen estrategias que puedes probar a utilizar hasta dar con una o varias que te sirvan para conseguir un mayor control sobre tu mente.

1. Programa un tiempo para ensayar. Puede que no te resulte demasiado complicado sacarte a esa persona de tu mente cuando se cuela en ella pero no puedes evitar pensar en ella con demasiada frecuencia porque los contenidos que surgen en tu mente lo hacen porque quieren y cuando quieren. Puedes ignorarlos cuando surjan pero puedes hacer poco para evitar que aparezcan.

No obstante, hay algunas cosas que sí puedes hacer. Por lo general, cuando algo aparece en tu mente con demasiada frecuencia, se debe a que hay cosas que no has procesado del todo. Por tanto, necesitas dedicar un tiempo a pensar en eso (de un modo controlado, decidiendo cuándo y durante cuánto tiempo) y tratando de analizar lo que ha pasado, tus emociones, tus pensamientos, las consecuencias de lo sucedido, cómo te ha afectado, etc.

En resumen, selecciona un rato al día, a una hora determinada, para pensar (o mejor aún, para escribir) sobre tu relación con esa persona y su significado. Después, cuando surja en tu mente fuera de la hora programada piensa: “Ahora no, pensaré en esto a la hora programada” y centra tu atención en lo que sea que estés haciendo en ese momento.

2. Imagina a esa persona como si fuera tan solo una fotografía. Luego imagina que a esa fotografía se la lleva el viento, elevándola y alejándola de ti cada vez más hasta desaparecer por completo y desvanecerse de tu mente.

3. Tíralo a la basura. Escribe su nombre en un papel o escribe una breve descripción del pensamiento que te ha venido a la mente (por ejemplo: “me ha venido a la mente el día en que me dijo que no valgo para nada”) y luego arruga el papel y tíralo a la basura.
4. Mantente lejos de esa persona. Si quieres olvidar a alguien, es mejor que no os veáis más. Si no tienes más remedio porque, por ejemplo, trabajáis en la misma empresa, intenta que vuestra relación sea tan solo laboral y mantén con esa persona solo los contactos imprescindibles.

5. No pienses más de la cuenta. Por mucho que pienses acerca de la existencia de vida extraterrestre no vas a encontrar respuestas ¿verdad? Pues lo mismo sucede en otros muchos casos. A veces, no sirve de nada darle vueltas a las cosas. Lee el artículo Cómo dejar de pensar demasiado en algo o en alguien, pues se centra precisamente en lo que significa pensar demasiado y qué hacer para evitarlo.

6. Maneja tu emoción dominante. Primero descubre cuál es la emoción que sientes predominantemente. ¿Se trata de tristeza, ira, miedo a la soledad, sensación de desprecio o humillación, deseos de venganza…? Luego trata de descubrir qué está generando esa emoción. Para ello, analiza tus pensamientos. Pregúntate: “¿Qué estoy pensando que me lleva a sentirme así?” Por ejemplo, el miedo a la soledad puede estar motivado por pensamientos como “No encontraré a nadie que me quiera, me quedaré solo/a para siempre, no podré soportarlo…”

Es decir, las emociones que sientes te aportan una información importante sobre los te temas que necesitas tratar. Por ejemplo, cuando su pareja lo dejó, David sentía una gran ira. Tras analizarla se dio cuenta de que se sentía humillado porque veía la ruptura con él como un insulto, como un desprecio y un rechazo hacia él, sentimientos que no sabía manejar bien debido a que de niño había sufrido mucho a causa del rechazo y deprecio por parte de sus compañeros. Se dio cuenta de que podría venirle bien acudir a un psicólogo para lidiar con esos sentimientos que venían de lejos y poder rehacer su vida junto a otra persona sin que su pasado interfiriera.

7. Practica meditación mindfulness y vivir con minfulness. Dado que lo que necesitas es aprender a controlar tu mente, el mindfunes es la herramienta que te ayuda precisamente a lograrlo eso. Y es fácil de aplicar.

8. Mantente ocupado. Tener muchas cosas que hacer y mantener tu mente ocupada durante todo el día te ayuda por partida doble: por un lado, al centrar tu atención en otra cosa, impedirás que tu mente vague hacia donde no debe. Por otra parte, tener muchas experiencias diferentes a lo largo del día hará que tus días estén más llenos y te dará la sensación de que ha pasado más tiempo. Y dicen que el tiempo lo cura todo…

9. No te creas todo lo que pasa por tu mente. Especialmente cuando estamos en un estado emocional intenso (por ejemplo, muy enfadados o hundidos), pensamos de un modo totalmente irracional y exagerado que nos lleva a sentirnos aún peor y a pesar aún peor. No te creas nada de lo que pienses cuando estés en un estado tan alterado. Trata de irte al punto 1 de este artículo y dejarlo para la hora acordada, cuando estés en un estado más tranquilo.

10. Perdona. Las relaciones entre personas no son fáciles (si tienes un perro o gato ya sabes lo fácil que es relacionarse con ellos en comparación con las relaciones entre personas). No es fácil para ti y no es fácil para la otra persona. Cada uno ve las cosas a su manera, cree tener razón, se siente ofendido por cosas que no se dijeron con intención de ofender y lleva su propio equipaje emocional (heridas del pasado, problemas no resueltos, malas experiencias, etc.). Y, por supuesto, nadie es perfecto. A veces, el mejor modo de seguir adelante con tu vida consiste en reconocer que la otra persona es imperfecta, tiene sus propias heridas y tal vez lo hizo lo mejor que supo y pudo.

Perdonar y olvidar ayuda a seguir adelante y dejar atrás el pasado sin llevártelo a cuestas como una pesada e innecesaria carga sobre tus hombros.