Como vamos Evolucionando

EL PROCESO DE TRANSFORMARSE

Cuando comenzamos a profundizar en nuestra mente subconsciente, a través de la voz de nuestro Corazón, iniciamos el proceso de Transformación, a Alinear nuestra voluntad emocional con la de nuestro Yo Superior (llamado también Yo Álmico o Sobre Alma) y de esta manera con la Voluntad Divina del Creador; permitiendo a su vez, que esta se convierta en el guía y director de nuestras experiencias vitales; elevando y refinando la consciencia de nuestro cuerpo emocional, lo cual es gratificante e iluminador.

Proceso de Transformación

Cuando deseamos y manifestamos subir por la Escalera de Jacob, es decir, la escalera de la Ascensión, aprendemos a ver los eventos de nuestra vida desde un punto de vista más elevado y comenzamos a escuchar la voz de nuestra consciencia, que es nuestro Yo Consciente; entonces a partir de allí, nuestros cuerpos: emocional y mental comienzan a resonar con frecuencias vibratorias mucho más altas, más armoniosas.

Ahora estamos listos para enfocar nuestra atención en el refinamiento, elevación y armonización de nuestro cuerpo mental; el cual conjuntamente con nuestro Yo Superior comienzan a revisar nuestras creencias, nuestros hábitos y la calidad de nuestra consciencia mental, reevaluando los principales juicios y actitudes que nos han sido transmitidos por nuestros mayores; así como por los líderes culturales, religiosos y gubernamentales, mientras gradualmente salimos de los patrones de la consciencia colectiva, de los planos astrales inferiores y los superamos.

Una vez que hayamos pasado por el doloroso proceso de ruptura o sanación de los pactos o acuerdos con aquellos con quienes hemos experimentado interacción kármica, podemos cortar conscientemente cualquier cordón energético remanente entre nuestras almas.

En este proceso, comenzamos a obtener una comprensión de las Leyes Universales de la Manifestación, empezando a usarlas activamente, mientras vamos lentamente refinando nuestras habilidades como co-creadores en el Plano Terrenal de la existencia.

Por Zolemgeh Estrella