Durante el día, millones de pensamientos pasan por tu cabeza. Cada pensamiento es una » fuerza» que se alimenta de la energía del sistema psico-nervioso. Non obstante imagínate que en vez de dejar tu mente enfocarse sobre una multitud de pensamientos, intentas concentrarte sobre un pensamiento único, así el mismo pensamiento se beneficiará de una fuerza y de una energía fantástica.
Es muy importante desarrollar la calidad psíquica de la concentración mental. Permite trabajar mejor, estudiar con más eficacia y mejorar las funciones de la memorización.

1 – Esfuérzate lo mejor que puedes
Desde luego, hay unas imponderables perturbaciones, pero cuando tienes la posibilidad de hacerlo, actúa, haciendo solamente una cosa a la vez. Cuando se queremos hacer varias tareas al mismo tiempo, demasiado a menudo, los errores son corrientes. También, usualmente esta tarea no es correctamente realizada, lo que nos obliga a volver a hacerla. En realidad, es lo que haces. Mentalmente y físicamente. Presta atención en los detalles de cada acto que realizas. Intenta que tu pensamiento esté en coherencia con la acción presente.

2. ¡Cambia tus hábitos!
Cuando observas a un niño delante de un espectáculo de magia por ejemplo, su mente es acaparada desde el primer minuto hasta el último. Su grado de admiración representa una lección formidable de concentración. ¡El interés!
Concretamente, el enemigo número 1 de la concentración es la hábito. En cambio, cuando efectúas una tarea, dite que » es la primera y la última vez que la realizo. ¡Encuentra un interés » como si » verdaderamente fuera el caso! no estarás más en pilotaje automático mental sino, al contrario completamente concentrado en tu trabajo.

3. ¡Haz un » pequeño esfuerzo » añade algunos minutos mas!
La voluntad puede jugarte una mala pasada. Es habitual de comprobar que la atención puede ser perturbada por un cansancio importante provocado por el trabajo. Ejercítate en aumentar de 3 minutos tu concentración sobre este trabajo. Aprenderás así a ser el «dirigente» de tu mente. Así tu mente no decidirá más cuando tienes que «desconectar», pero TÚ, lo harás. Sigue así, aumentando progresivamente tu » pequeño esfuerzo » adicional de concentración. Así vas a desarrollar tu resistencia mental.

4. Anota lo que perturba tu mente.
Imagina que estás estudiando un curso de historia para prepararte a un examen. Repentinamente, un pensamiento atraviesa tu mente, » Has visto un artículo que te interesa sobre tu deporte favorito”. Inmediatamente, por asociación de ideas, tu mente empieza a crear otros pensamientos en relación directa con tu pasión: el deporte. Algunos minutos más tarde, Tu » te apartas completamente ‘ de tu sujeto de estudio. Desde ahora y en adelante, para evitar el sentimiento de frustración que puede emanar de una negativa de ceder a este pensamiento, vas a anotarlo en un cuaderno. Anota que quieres leer en este artículo. Apunta en tu cuaderno que en 30 minutos lo consultará.

5. ¡Aumenta tu motivación!
Concédete algunas recompensas tan pronto consigues a «gobernar» tu mente durante un período establecido. Es importante encontrar un motivo de estimulación y de motivación al lograr tú «reto; esto para un trabajo en el cual permaneciste concentrado hasta el final – sin interrupción – y llevado con éxito. Debe ser recompensado. Ejemplo: una salida con amigos, una buena película u otra cosa que te gusta. Tu capacidad DE concentrarte la vez siguiente será asociada con el placer de tener éxito.

6. ¡Precisa tus objetivos!
Defina el objetivo preciso de lo que vas a hacer. El cerebro te devuelve al cien por cien lo que puede producir si le da la señal de lo que tiene hacer en tiempo y hora. .

Por ejemplo, tienes que estudiar un tema que pide mucha concentración. Dite interiormente » voy a dedicar 45 minutos para comprender, retener este curso. Cuanto más tu cerebro SABE lo que tienes que hacer, (fijándole una estrategia, un objetivo preciso), más abunda en recursos y capacidades con el fin de movilizar las » fuerzas mentales y nerviosas » necesarias para conseguir este trabajo.
Piensa y escribe sobre una hoja de papel (Haz una lista por ejemplo) cuánto tiempo, la cantidad, el nivel que hay que alcanzar. Comprobarás que si utilizas esta estrategia del » objetivo «, tu nivel de concentración mental será obviamente ampliado.

7. La ficha de dispersión
Es un truco muy eficaz que «se basa» sobre el principio del feed back o autocontrol. El principio es que vas a disponer al lado de tu lugar de trabajo, una ficha llamada » ficha de dispersión. El objetivo es de inscribir una «guión» cada vez que tu mente se dispersa de su tarea corriente.
Para que este método funcione, hace falta que sea sincero contigo mismo! Indica la fecha del día. Tan pronto, cuando compruebas que tu mente se echa a errar sobre un tema diferente de la acción presente, inscribe rápidamente un guión sobre la ficha de dispersión. En algunos días, anotarás algo asombroso: cada día, el número de guiones disminuirá. Tú harás un «reto» contigo mismo para aumentar poco a poco, cada día tu nivel de concentración.

8. Utiliza las secuencias óptimas de concentración
Es preferible repartir secuencias en tus actividades. Ser firme sobre tu capacidad de quedarte completamente concentrado en tu trabajo. Estarás más eficaz si lo «secciona» en pequeñas porciones, pero que necesitarán una intensa actividad mental. Piensa que si tienes una «densidad» inherente de tu actividad mental durante una secuencia limitada, eres más productivo que si intentas de terminar tu tarea de un golpe.
Las pruebas son muy reveladoras, las pequeñas secuencias son asociadas a un alto nivel de concentración, pero, es lo contrario que se comprueba si las duraciones de los fases de trabajos mentales son prolongadas.
Por ejemplo, si tienes tratar varios expedientes que necesitan una alta atención (para evitar riesgos de errores), Lo mejor es de empezar por un expediente, dedicarle la máxima concentración, luego aflojar la presión. Relajase, salga fuera algunos instantes y vuelva para emprender una nueva secuencia con otro expediente que hay que tratar.

9. Aumenta tu rendimiento
Llegarás a mejorar realmente tus resultados si efectúas los ejercicios cada día. Encontrarás a veces obstáculos, períodos de desalientos pero, sabes con certitud que las nuevas tentativas mejorarán tu rendimiento.
La concentración como todo habito positivo, se logra como resultado de cultivarla, de repetirla otra vez, hasta que se integre como parte de tu personalidad.Si hoy, pudiste mantener durante 7 minutos tu mente orientada sobre una sola acción y qué el día siguiente conseguiste hacerlo durante 8 minutos, es que hiciste un progreso innegable. Tu cerebro registrará esta nueva realización y facilitará las tentativas próximas.

10. ¡Quédate siempre atento!
Cuando se interroga a las personas quiénes llegaron a permanecer largamente concentradas en una tarea, te responderán que tratan sin interrupción de quedarse siempre atento y con interés. Perdemos rápidamente la atención de nuestro pensamiento cuando el interés es débil. Al contrario, si encuentras nuevos centros de interés en todo lo que haces. Y hay muchos aspectos que descubrir que pueden mantener vivo tu ánimo. Procura apreciar lo que estás haciendo. Cuanto menos actuaras con rutina y automatismo, más tu mente guardará un nivel elevado de concentración. Un medio eficaz de lograr lo es de dejar partir tu atención haciéndote de vez en cuando unas preguntas.

Por ejemplo:
“¿Dónde voy a encontrarlo?»
“¿Cómo mejorar?»
“¿Que (color, textura, diseño) corresponde a esto?»

Estas preguntas son destinadas a orientar tu mente hacia un centro de interés. Nunca olvides que un niño puede quedarse atento por su deseo de «saber» siempre más.