Cuidar y proteger los timpanos es fundamental para mantener una buena salud en nuestro oído pero ¿cómo hacerlo posible? Te descubrimos algunos consejos que te ayudarán mucho.
El tímpano consiste en una membrana elástica, con forma cónica y apariencia semitransparente que comunica el canal auditivo externo con el oído medio, sellando esta cavidad para protegerla. Mide alrededor de 9 a 10 mm. de diámetro, por lo que tiende a ser muy fina. De hecho, se encuentra cubierta por piel muy delgada en su cara externa, mientras que en su cara interna se encuentra cubierta por la propia mucosa del oído. A su vez, posee una concavidad hacia el canal auditivo externo. Cuenta con un color entre blanco perla y gris claro.
Podríamos decir que el tímpano es el principal responsable del proceso auditivo, permitiendo la audición al percibir los diferentes y distintos estímulos sonoros perteneciente sal exterior que llegan a través del conducto externo. En esos momentos el tímpano es capaz de vibrar como un tambor, de manera que desde esa vibración comienza la conversión de las ondas sonoras en impulsos nerviosos, que luego llegan al cerebro a través de los diferentes órganos del oído interno. Por ello cualquier tipo de deterioro en la membrana del tímpano afecta a nuestra propia capacidad para oír.
Cómo proteger el tímpano de forma adecuada
Pero sus funciones no quedan ahí, ya que también cumple una importantísima función protectora, protegiendo a nuestro oído interno al presentar una forma de membrana que actúa como barrera para impedir el paso de elementos extraños (principalmente polvo), y prevenir la introducción en el oído tanto medio como interno de bacterias. De ahí que cuando la membrana timpánica se ha perforado (por ejemplo por el uso incorrecto de los bastoncitos de oído), quede expuesto a la formación de infecciones.
Consejos para proteger el tímpano y la membrana timpánica
Evita los bastoncitos de oído
Como ya te explicábamos en una ocasión anterior, si introducimos mucho el bastoncito de oído corremos el riesgo de perforar o dañar el tímpano, llegando incluso a romperlo. Si bien es cierto que estos daños tienden a curarse por sí solos, en casos graves puede ser necesario la realización de una cirugía. De hecho, las perforaciones de tímpano graves o severas pueden llegar a causar parálisis facial, vértigos y la pérdida de audición.
Por ello, es importantísimo evitar los bastoncitos de oído para limpiar el interior del oído, siendo más adecuado dejarlo única y exclusivamente para limpiar el exterior, retirando la posible cera que quede y que no haya podido ser eliminada de forma natural, así como las impurezas y el polvo restante.
No utilices auriculares y tapones de oído durante mucho tiempo
El uso excesivo de auriculares o tapones de oído, sobre todo durante largos ratos, puede ser un riesgo para la salud de tu oído y en especial para la membrana timpánica, dado que puede ocasionar un exceso de humedad e influir en la aparición de posibles infecciones. No en vano, puedes hacer una prueba: colócate un tapón en el oído y déjatelo durante un tiempo. ¿Cuando te lo retiras no notas el oído más húmedo, con una sensación algo molesta? Imagínate ahora si te lo dejas así durante largas horas.
La clave, como vemos, es tratar de utilizar cascos o auriculares de música durante algunos minutos, o una hora como máximo. Lo mismo deberemos hacer con el uso de tapones.
Evita escuchar música a un volumen alto
No hay nada más peligroso para nuestros tímpanos que escuchar música con unos auriculares y además hacerlo a un volumen tremendamente elevado. Si tenemos en cuenta que el tímpano es el que hace posible la audición, si éste tiende a vibrar demasiado debido a una música muy elevada podemos correr el riesgo de pérdida de audición, la cual será irrecuperable. Lo mismo ocurre cuando acudes a una discoteca o a una fiesta con una música tremendamente alta.
El principal culpable en esta ocasión son las ondas de presión, ya que los oídos simplemente no tienen el tiempo suficiente para adaptarse a la variación del sonido. Por ello escuchar música demasiado alta puede suponer incluso un riesgo para la salud, porque el fluido puede acumularse detrás del tímpano y si la presión se eleva mucho o es lo suficientemente contundente el tímpano puede llegar a “explotar” literalmente.
¿Cuántas veces no habrás experimentado la sensación que al estar en un concierto o en una discoteca parece que con el paso de los minutos te cuesta percibir más los sonidos de bajo nivel? El motivo es que el oído tiende a volverse menos sensible. Por suerte, basta con descansar unos minutos para que el músculo que rigidiza la cadena auditiva del oído medio se relaje, recuperando la sensibilidad normal.
Protege tus oídos cuando te sumerjas en el agua de la piscina
Conocida médicamente con el nombre de otitis externa, y popularmente con el nombre de otitis del nadador, nos encontramos ante una infección del canal auditivo que afecta al canal que transporta el sonido del exterior hacia el tímpano, la cual puede ser causada por hongos o por bacterias. ¿Su principal causa? La existencia de mucha humedad en el oído, el cual puede irritarse, abrir la piel del canal y permitir la entrada de estos microorganismos.
Para prevenirlo basta con utilizar tapones en los oídos al momento de nadar, y luego secarnos con cuidado los oídos utilizando una toalla, además de inclinar la cabeza hacia ambos lados para ayudar a que el agua drene de los oídos.