Según la medicina China el otoño y la primavera son preparaciones para entrar al invierno y verano y actúan como bisagras uniendo y permitiendo el movimiento entre estaciones. Según el Ayurveda en esta época hay que cuidar el elemento Vata asociado al viento. Los cambios en el otoño asociados con el viento son rápidos y abruptos. Un día hay sol y calor y al día siguiente ventarrones y frío. El cuerpo debe adaptarse a estos cambios, regulando su temperatura, abriendo poros para poder sudar y cerrándolos para protegerse del frío.
En otoño pasamos de haber disfrutado de sol y luz diaria a de repente tener que adaptarnos a días cortos y cada vez menos luz. Esto, aunado a los cambios de clima tiene un efecto en nuestro estado emocional. Son muchos los que sienten aflorar tristeza o melancolía. Nuestros pulmones son los más afectados en esta época y nos beneficiaremos de protegerlos pues son fácilmente dañados por factores ambientales especialmente el frío y la sequedad del otoño.
Principales complementos alimenticios para reforzar nuestro sistema inmunitari en el otoño!
El ajo y la cebolla: Poseen cualidades expectorantes y activan el sistema inmunológico, ayudando a prevenir enfermedades respiratorias.
Própolis: El propóleo posee muchas propiedades terapéuticas, entre las más destacables: antibiótico natural (bactericida y fungicida), antiviral, cicatrizante, anti-inflamatorio, anlgésico, anti-alérgico, anestésico, inmunoestimulante.La importancia como complemento alimenticio se basa en que aumenta la resistencia del organismo frente a las infecciones. Gracias a la acción antibiótica del propóleo, protege de virus y bacterias, garantizando su total asepsia.
Semilla de calabaza: Son una gran fuente de proteínas, minerales, vitaminas y ácidos grasos omega 3. Contiene gran cantidad de vitaminas antioxidantes como la vitamina A, C y E. La vitamina A es un potente antioxante natural, necesario para mantener la integridad de la piel, vista y membranas mucosas.
Polen: Gracias a su alto contenido en hidratos de carbono, vitaminas y minerales, ayuda a mejorar el sistema inmunológico. Todas sus propiedades terapéuticas tienden a tonificar el funcionamiento de nuestro organismo.
Vitamina C: Mejora el sistema inmunológico, ayudando a mejorar los síntomas del resfriado y haciendo más rápida su recuperación. Recomendada para problemas respiratorios, asma, bronquitis y alergias.
La calabaza: Esta hortaliza rica en potasio, fibra y carotenos embellece el tono de nuestra piel, es fundamental para preservar una visión cura y alegra mágicamente los platos más corrientes de sutil dulzura.
Las lentejas: Son una de las mayores fuentes de proteína que existen, libres de grasas saturadas y colesterol que contienen un alto contenido de calcio y hierro para aportar grandes dosis de energía, y mejorar el ánimo.
Por lo tanto ahora que entramos en otoño recordar:
1. Empezar el día con una infusión calientita. Una mezcla especial para está época es mezclar cantidades iguales de semillas de hinojo, semillas de comino y regaliz en un frasco. Poner una cucharadita de la mezcla en agua hervida, dejar reposar 15′ y beber (también puede añadirse una pizca de pimienta a la infusión).
Cuando no tenemos tiempo de hacernos una infusión casera nos encanta tener a mano la infusión Vata Tea del proveedor Maharishi. También tomar infusiones especiadas durante el día.
2. Hacer comidas “completas”: en Ayurveda se le llama comida completa a una comida que te deja satisfecho, en la que hay adecuadas cantidades de proteínas vegetales, granos y verduras. Empezar la comida con un poco de ensalada e idealmente acompañar con vegetales encurtidos (pikles, chucrut, etc.).
En nuestro caso hemos observado que naturalmente disminuimos la cantidad de alimentos crudos que tomamos en comparación por ejemplo al verano. Seguimos tomando batidos y acompañando las comidas con ensalada pero naturalmente nos apetece mucha menos fruta y cenamos siempre calientito. Solemos cambiar nuestro típico desayuno del verano (batido o zumo verde, fruta o tostada con tomate) por desayunos más “arropadores” (batido verde con especias, avena cocida con especias o tostada con miel y ghee).
En el otoño es imprescindible regular rutinas con los alimentos (calidad, cantidades, horarios, regularidad, etc.) de lo contrario veremos los efectos en nuestros niveles de energía y digestiones (gases y malestar). Escucha a tu cuerpo y cuida el equilibrio entre los alimentos crudos que consumes y los cocinados.
3. Disminuir lácteos (aprende a preparar yogures, quesos y leche sin lácteos ) y evitar comidas pesadas (fritos, carne, etc.) durante algunas semana. Nuestra digestión está especialmente sensible en esta época por lo que le haremos un favor a nuestro cuerpo si hacemos comidas fortalecedoras pero cuidando que no sean pesadas. Los lácteos suelen comprometer nuestra digestión además de generar mucosidad por lo que es muy buena idea disminuir o evitarlos del todo durante las dos o tres semanas de adaptación al otoño.
4. Emplear especias. Las especias juegan un papel importante en esta época para mantenernos calientes por dentro y ayudar a mantener el fuego digestivo que se “apaga” un poco con los cambios y aumento de viento interno y externo. Emplear comino, curry, jengibre, asafétida, pimienta en la cocina ayudará a mantener el sistema digestivo fuerte. Si se toman batidos o sopas crudiveganas emplear especias como el cardamomo, canela, albahaca, clavo, jengibre, hinojo o nuez moscada.
5. Descanso y horas de sueño adecuadas. Dormir horas suficientes es una de las claves de la salud pero se vuelve clave en los cambios de temporada. Si prestamos atención y durante estas primeras semanas priorizamos dormir ayudaremos al cuerpo a adaptarse mejor al cambio y a estar más fuerte.
La calidad de nuestro descanso se favorecerá si antes de dormir nos regalamos entre 10 y 20 minutos de meditación o silencio. Podemos agradecer lo ocurrido en el día, aceptar los eventos desagradables y pedir guía para poder trascender nuestras dificultades. O podemos simplemente centrarnos en nuestra respiración 10 minutos, sintiendo como nos relajamos y nos preparamos para descansar.
6.Arroparse. En otoño hay que cuidar el cuello y pies. Aunque no sabremos qué tiempo hará, podemos llevar ropa ligera pero ponernos mascada y zapatos cerrados. El cuerpo pierde mucho calor por los pies y la garganta está susceptible.
7. Ejercicio. El ejercicio nos ayudará a eliminar toxinas del cuerpo y movilizar nuestra energía. Recuerda que si sales a correr cuando hace frío mejor llevar algo que cubra un poco la garganta e idealmente la nariz (un pelín) para que no entre el aire tan frío directamente. Hacer yoga es muy buena opción pues es menos aeróbica pero fortalece y moviliza además de tener efectos beneficiosos en nuestra actividad mental (que se puede agravar en el otoño).
8. Complementos y masajes. Nosotros solemos tomar algún complemento específico y cuando podemos algún masaje terapéutico de Ayurveda (si alguien quiere el contacto de nuestra maravillosa terapeuta de Ayurveda, escríbanos, es nuestro ángel en Madrid). También podemos darnos mini masajes caseros (al salir de la ducha por ejemplo o antes de dormir) frotando el cuerpo con aceite de sésamo. Esto ayudará a prevenir la resequedad y a activar la sensación de calor y placer del cuerpo.
9. Permitir el descoloque. En esta época suelen surgir muchas emociones. Entre el tiempo cambiante, los vientos, la falta de luz y el fin del verano puede ser un momento donde algunas de nuestra emociones que habíamos tapado o aparcado un poco, surgen. Si en vez de evitarlas, les damos el “OK” y las dejamos venir, podemos observarlas, darnos espacio para sentirlas y dejarlas partir. El otoño implica un pequeño descoloque, aceptarlo y tomar acciones preventivas.
10. Disfrutar del otoño. Esto lo escribo por mi…¡Ay cómo me cuesta entrar al otoño! Yo soy de calor, de sol y más sol, crecí en México en una cuidad donde la gente saca bufanda y chaqueta en el invierno cuando hace como poco 19ºC. El resto del año fluctúa entre 23 y 30ºC, no por nada le dicen la Cuidad de la Eterna Primavera. Así que sí, me cuesta. Pero ya con casi 10 años viviendo en Madrid he aprendido a disfrutar del otoño. A darle la bienvenida a los colores, el cambio, resguardarme en casita, cambiar la alimentación acorde a la temporada y a disfrutar de la magia del otoño.
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