Barcelona Alternativa

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Culpable o responsable

por | Nov 8, 2015 | Psicología | 2 Comentarios

Uno es para siempre responsable de lo que domestica
Antoine de Saint-Exupery

¿Cuántas veces, ante algún problema, las personas lo primero que hacen es buscar el/la culpable? Solamente tenemos que leer o ver las noticias para ver cómo unos/as y otros/as lanzan balones fuera para eximirse de posibles “culpas”.

Cuando señalamos a alguien como culpable, nos posicionamos en una situación de víctima, y desde esa posición podemos entrar en una zona de queja poco orientada a buscar soluciones.

Por este motivo, pienso que es más sano que ante un conflicto, problema o situación difícil seamos “responsables”.

A lo largo de nuestra vida todos hemos hecho o dicho algunas cosas que probablemente han herido u ofendido a otra persona, muchas veces a seres queridos. Y antes o después nos hemos sentido arrepentidos y culpables de ello. Y según la magnitud de nuestros actos hemos conseguido superar la culpa o aún vivimos con ella a nuestras espaldas.

Además, en nuestro interior nos parece que está bien, que es el precio que debemos pagar por haber actuado de determinada manera con determinada persona. Nos decimos que actuamos mal y lo pagamos mediante la culpa. Y según en que casos podemos encontrar personas que viven y vivirán el resto de su vida cargando con sus culpas, completamente merecidas desde su punto de vista. Esto ocurre porque tenemos la creencia de que si nos sentimos lo suficientemente culpables de nuestros actos llegara el día en que seamos exonerados de los mismos. Vamos que por muy grave que sea lo que le haya hecho a tal persona, si me siento culpable durante mucho tiempo (¿semanas? ¿años?) al final enmendo mi error.

La culpa, el sentirse culpable, consiste en un autocastigo, en fustigarte con un látigo o clavarte un puñal cada vez que recuerdas tu comportamiento. Y eso no te ayuda ni a ti ni a la persona a la que hiciste daño. De hecho la culpa te ancla al pasado y consume tus energías presentes lo que deriva en un estado de infelicidad, tristeza, etc. que en nada ayuda a nadie.

Entonces ¿qué hacemos? ¿actuamos sin pensar en las consecuencias y ya está?

No exactamente, claro que no.

Cada uno de nosotros, cada persona es responsable de sus actos y de las consecuencias derivadas de los mismos. Y ser responsable implica aceptar las consecuencias pero sin torturarse a uno mismo. Implica asumir nuestros errores, tratar de arreglarlos en la medida de lo posible y de no volver a cometerlos en el futuro. Es una postura activa, que exige esfuerzo y energía, que lleva a soluciones o al menos a un aprendizaje, frente a la postura pasiva y sufridora de la culpa.

Resumiendo, no somos culpables de nada, somos responsables.

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