Dile adiós al insomnio cambiando tus muebles

Haz de tu dormitorio el mejor santuario para conciliar el sueño y despedirte del insomnio. Muchas veces no podemos dormir porque cuando entramos en nuestra habitación en vez de ser un spa de relax, es un desastre total, lleno de trastos, muebles, cuadros y ropa… un desorden que en vez de inspirar calma para prepararnos al sueño, nos ayuda a acumular stres.

Abres los ojos. Sientes que has dormido bien; que has dormido unas ocho horas muy sanas y reconfortantes. Pero al ver el reloj te das cuenta que son las tres de la mañana y que puedes volver a dormir un poco más. ¡Qué alegría! Sólo que no puedes hacerlo; aunque lo intentes y lo intentes, te resulta imposible volver a dormir.

Cuando estas noches aumentan, también lo hace el malestar. Los especialistas se lo atribuyen a muchas cosas: el estrés, pensamientos negativos, una crisis provocada por un cambio drástico en tu vida, una mala dieta, o incluso ansiedad.

Todos estos síntomas pueden disminuir con el poder del interiorismo: espacios pensados para satisfacer alguna necesidad del que habita un lugar. En lo que sigue, veremos algunos consejos decorativos que repercuten en las rutinas de sueño más caóticas.

Elimina distracciones

Cada habitación tiene una función. Aquí cocinamos; aquí vemos la televisión y aquí dormimos. No mezcles funciones. Se recomienda por ejemplo, no tener escritorios de trabajo dentro del dormitorio, ya que será un constante recuerdo de tus deberes al día siguiente, lo que puede producir estrés o ansiedad.

La televisión, si no se usa adecuadamente, puede tener el mismo efecto con los programas de noticias. Dormir con el celular en otra habitación también es buena idea ya que no te molesta la luz azul de las pantallas, ni los sonidos de algún mensaje no deseado. El dormitorio es para descansar. Y para ello necesitas algunas cosas: una buena cama, la correcta temperatura y la ausencia de ruidos.

Prepara el ambiente

Dormir es casi un ritual. Usamos una vestimenta especial que llamamos pijama. Nos lavamos, apagamos las luces y nos disponemos a entrar a un mar de cobijas. Este ritual puede ser distinto para cada uno de nosotros. Algunos duermen mejor con música de fondo, otros con una luz encendida. No le temas a experimentar con distintos ambientes.

Acomódalos según tus resultados. Los consejos generales son: evita objetos electrónicos que produzcan estrés o ansiedad; usa colores terrosos y no vibrantes, ya que estos inducen a la relajación; regula la temperatura de la habitación; procura alejarte de ruidos abruptos, como los provenientes de la calle.

Duerme en una habitación ordenada

Una habitación ordenada, es una habitación controlada. Y como tal, tienes la capacidad de discernir todo lo que pasa y lo que no pasa en ese lugar. Cuando logras esto, el estrés y la ansiedad reducen enormemente. Deja a la mano cosas que puedes usar en la noche. Como un vaso de agua, un libro y una pequeña lámpara.

Cuando has cuidado cada uno de estos detalles, queda realizar el esfuerzo más grande de todos: relajarte. Olvídate del mundo externo. Dentro del dormitorio tú eres lo único que importa. Es un lugar donde puedes aislarte, donde puedes detener el mundo para visitar otros a través del sueño.