Disolver piedras en el riñón con Rompepiedras

Lepidium latifolium
(Lepidium Latifolium)
Descripción: El lepidio es una hierba vivaz, de tallo y ramas tiesas, que no suele alcanzar más de tres palmos de altura. El tallo es completamente lampiño; las hojas se encuentran esparcidas por el tallo, existiendo grandes diferencias de tamaño entre las hojas inferiores y las superiores. Son de forma aovada y lanceolada, con la parte superior prolongada, los bordes parcialmente aserrados y a menudo terminadas en una puntita, lo mismo que el tallo y las ramas. Las flores forman ramilletes terminales en panícula y son pequeñas y blancas. Se cría a orillas de arroyuelos por toda la Península, pero sin ser característica de ninguna zona. El lepidio florece de mayo en adelante, siendo normal encontrar alguna planta florida a finales del verano. De la recolección con fines médicos interesa la planta entera, la cual se debe recoger cuando se necesita, ya que lo que se utiliza es la planta fresca. Por tanto, de nada vale acapararlo en grandes cantidades, ya que para cuando vayamos a usarla posiblemente haya perdido todas sus propiedades. Contiene una esencia en todas sus partes; esta esencia presenta altas cantidades de azufre en su composición. En cuanto a las semillas parece que son ricas en una sustancia llamada mirosina. Sus virtudes parece que son similares a las de otras crucíferas del mismo tipo. Es una planta no muy activa desde el punto de vista práctico, pero que se puede usar sin el peligro de otras crucíferas. De sus propiedades analgésicas se puede decir que antiguamente se usaba para los dolores de ciática, con excelentes resultados, pues además se le atribuyen propiedades antiinflamatorias.

Es una planta con hojas grandes con sabor a mostaza, con minúsculas flores blancas y diminutas semillas negras con forma alentejada que se cría en zonas húmedas y boscosas. Se ha destacado que «se puede comer en estado fresco, en ensaladas, puesto que las hojas tienen un sabor a mostaza muy agradable. Cuando está en floración desprende un olor a miel».

Aplicación:
Se utiliza la parte aérea entera. Su máximo efecto se ha conseguido cuando se utiliza la planta fresca.
De la composición del Rompepiedras se conoce muy poco, se sabe que contiene una esencia sulfurada a la que se le atribuyen propiedades aperitivas, tónico estomacal y diurético.
Contiene también otra sustancia llamada lepidina a la cual se deben sus propiedades citotóxicas (antimitótica, se ha comprobado en animales de experimentación), antifúngica, acción contraceptiva, mejora la acción sobre el metabolismo del páncreas (lo que la hace útil en caso de diabetes mellitus) y acción antileishmania a nivel hepático sobre todo (esta acción es muy importante, ya que se considera como un nuevo tratamiento, siendo la leishmaniosis, una disfunción endémica en muchas regiones de España).
También contiene gomas y mucílagos.
Sin embargo su propiedad fundamental, constatada en pocos libros, es su capacidad de disolución de cálculos de vías urinarias. Indudablemente su composición todavía no justifica esta interesante particularidad, pero se trata de un hecho comprobado experimentalmente por diversos fitoterapeutas, desde hace siglos. De estas experiencias, se deduce que es sobre todo activa en los cálculos de oxalato cálcico. En ningún caso ha producido efectos indeseables.

En uso externo su acción es rubefaciente (semejante a la de la mostaza) por lo que suele emplearse en caso de dolores artrósicos, ciática, etc.

Se ha utilizado en caso de Leishmaniosis, digestiones lentas y pesadas, pero sobre todo nosotros lo recomendamos en casos de litiasis renal, tanto para disolver los cálculos (sobre todo de oxalato), como para su tratamiento preventivo y evitar la formación de dichos cálculos, ya que además de tener capacidad para disolverlos, es diurético, por lo que forzará la diuresis, dificultando con ello cualquier tipo de depósito o precipitación a nivel renal.

Como hemos dicho, se le conoce como rompepiedras por su propiedad de disolver los cálculos urinarios, especialmente los de oxalato cálcico. Es el Lepidium latifolium, una planta que comercializa Soria Natural, empresa dedicada a la fitoterapia. Javier Macarrón, asesor médico de esta empresa, explica que el Lepidium actúa, además, contra las infecciones urinarias, las alteraciones prostáticas, los problemas de vértigo y la leishmaniasis.

«El Lepidium latifolium o lepidio es una puerta abierta al tratamiento natural, principalmente, de los cálculos urinarios», ha explicado Javier Macarrón, asesor médico de Soria Natural, empresa española dedicada a la fitoterapia.
También se conoce a esta planta con el nombre de rompepiedras por su propiedad de disolver los cálculos de oxalato cálcico, los causantes del 80 por ciento de los cálculos de riñón.

Según este experto, se obtienen de ella mayores beneficios terapéuticos y mayores principios activos si se utiliza la planta en estado fresco.
«Prácticamente no hace falta someterla a ningún proceso de elaboración: la seleccionamos, la limpiamos, la introducimos en nitrógeno líquido para ultracongelarla y después la micronizamos y simplemente la mezclamos con glicerina vegetal, un conservante muy idóneo que nos permite un tiempo de conservación de 5 a 7 años, con el fin de que podamos consumirla en cualquier época del año».

La planta también se ha mostrado beneficiosa, según Macarrón, contra los cálculos urinarios que van acompañados de infección de las vías urinarias por la irritación que ofrece el cálculo sobre las propias paredes de la pelvis o del uréter.

Es útil incluso para pacientes con problemas de vértigo, ya que el oído interno es otra de las zonas donde el calcio tiende a formar concreciones. «Existen patologías, como la otoesclerosis o la otopetrosis, donde dentro del sistema del vestíbulo y los canales semicirculares del oído interno se forman pequeñas concreciones calcáreas que dificultan la normal circulación de la endolinfa». Si estos canales semicirculares encuentran un obstáculo, como pueden ser esas concreciones calcáreas, «la endolinfa no se redistribuye bien y al cerebro le llega una información errónea».

Otra de las peculiaridades del Lepidium es su acción contra la leishmaniasis, una disfunción parasitaria que se da en determinadas zonas de España, transmitida al hombre por los mosquitos y que afecta al hígado, bazo y mucosas.

Aunque aún no hay evidencias concretas, Macarrón advierte que uno de los componentes del Lepidium, el benzil-glucoxidolato, podría ocasionar algún ligero efecto secundario en personas con hipertiroidismo, y en pacientes con antecedentes de patologías tiroideas podría causarles un inicio de bocio.

Administración:
.- Infusión. Se pone un litro de agua a calentar y cuando esté hirviendo se añaden unos 40 g de la planta bien seca; se deja enfriar y se cuela. Si el sabor no resulta muy agradable, se puede endulzar con azúcar.
Esta planta frecuentemente se asocia a otras hierbas diuréticas a fin de aumentar su efecto. En farmacia es fácil encontrarla tanto sola como mezclada con otras.

En presentaciones dietéticas, observar las dosis recomendadas.

Floración y recolección:
La planta florece a principios de año, casi en primavera, aunque puede seguir floreciendo hasta el verano. La recolección se realiza en el mismo período de floración, ya que es en este momento cuando la planta es más rica en principios activos. Es importante que una vez secada se conserve en tarros herméticos y fuera de la luz

Puedes conseguirla en herbolarios.