Un sabio médico me dijo una vez: «He estado practicando la medicina durante más de 30 años y he recetado muchas cosas. Pero tras estos años he aprendido que lo que más ayuda a un ser humano, la mejor medicina, es el AMOR».
«¿Y qué pasa sino funciona?» Le pregunté.
«DOBLA la dosis». Me contestó.

Antes de la medicina actual, moderna, de escuela, alopática, antes de los antibióticos y la cirugía (“únicos tratamientos de la medicina moderna”) ¿como trataban a los enfermos los médicos?.

En diferentes culturas, así fueran chamanes, curadores, curanderos, hombres medicina, etc. Los que trataban a los enfermos, existían dos factores presentes (y no eran, por supuesto, los antibióticos y la penicilina) en el acto de la curación, curación, recuperación de la salud.

Un factor sería la persona en si que dedicaba su tiempo al enfermo (el chaman, el curador, …) prestandole atención, escuchándolo, entendiéndolo, aconsejándolo, guiándolo, dedicándole su tiempo (todos actos de amor). El segundo factor eran los rituales que debía de llevar a cabo el enfermo o/y los brebajes que tenía que tomar. Tanto los rituales, ofrendas etc. que debía hacer el enfermo eran llevados a cabo por familiares, parientes, amigos suyos, o por el propio curandero si el enfermo no tenía familia (todos actos de amor). Los brebajes también se los hacían y suministraban familiares (muestra de atención y de amor).

¿Todo esto?. Solo necesitaba un Abrazo y un poco de Atención

Hacemos aquí un llamado de atención para explicar que está más que demostrado que los enfermos que reciben más visitas de parientes, amigos y familiares mejoran más rápidamente que las personas que se encuentran solas, y que los médicos que prestan más atención a los pacientes y se interesan por sus progresos son los que mayores éxitos clínicos consiguen.

Nos tenemos que hacer en este momento la siguiente pregunta ¿qué curaba al enfermo en ese entonces, los brebajes que se tomaba o la atención, consideración (amor) que le prestaban tanto el curandero como sus familiares y amigos?

Si nuestra sociedad, en especial nuestro país Chile es uno de los mayores consumidores de farmacos de Latinoamérica está hablando de una sociedad enferma, de una sociedad que no sabe amar.

Citar alguna fuente es oportuno también. tal como lo comenta el Dr. Bernie Siegel en uno de sus libros: Todos tenemos la capacidad de curarnos a nosotros mismos. Si bien, eso sí,

es necesaria la presencia del amor –hacia uno mismo, hacia el entorno- y de una actitud ante la enfermedad marcada por la comprensión, la aceptación y la interacción directa con quienes nos rodean, incluso con el propio médico.

No cabe duda de que no existe remedio a los males humanos si no es el corazón de otro ser humano. Solo con amor se puede solventar la ausencia de amor (raíz de toda enfermedad).

Si lo has intentado todo sin resultado alguno es hora de replantear tus tratamientos. Ya sabes que las llamadas curas milagrosas no son mas que la transformación de tu vida en amor.