El mujeriego, un estafador estafado

Seguramente en alguna ocasión te has topado con un mujeriego. Un hombre que a través de su conducta consigue que todas las mujeres caigan rendidas a sus pies. La figura del Casanova y/o Don Juan ha sido explicada en la literatura y en las películas. Cuentan las historias que era un tipo irresistible que tenía la habilidad camaleónica de transformarse en lo que sus parejas deseaban.

Este tipo de seductor tiene la capacidad de decir lo que ellas quieren escuchar. Pero generalmente terminan recibiendo el peor de los castigos: “el odio de una mujer, por la sensación de haber sido estafada”. En algunas ocasiones la conducta mujeriega aparece como resultado de un desengaño amoroso.

El hombre ha sido víctima de una situación amorosa complicado y ahora decide vengarse jugando con otras mujeres. La preponderancia en la emisión de mentiras del hombre mujeriego a veces esconde trastornos psicológicos muy importantes

Sin embargo, también puede ser que el mujeriego tenga una madre dominante con la que mantiene una gran dependencia emocional. La figura paterna es también determinante en los aspectos emocionales del mujeriego. A veces por asociación y otras por rechazo. Se dice que el hombre mujeriego nace de la cultura machista. Puede ser que la madre o el padre pueden haber inculcado un patrón de conducto específico, para evitar que su hijo sea homosexual.

Existe una gran población de hombres mujeriegos tiene dificultades severas en reconocer su homosexualidad encubierta. A veces las experiencias tempranas en la sexualidad y el trauma que puede con llevar a ser así.

Sus rasgos característicos son los siguientes:
-Se sienten adictamente atraídos por el contacto fisico femenino.

-Por prolongadas o intensas que sean sus relaciones tienen el regusto de la fugacidad e improvisación. Para estos hombres no hay pérdida insoportable ni mujer irreemplazable.

-En las relaciones prolongadas, matrimonio o noviazgo, son infieles, generalmente.

-Sus relaciones con mujeres empiezan rápidamente, con una atracción física instantánea. No hay espacio entre el deseo y su satisfacción.

-Los Casanova evitan los afectos más profundos; si la relación con la amante de turno adquiere un tinte más serio suelen huir de la misma.

-Inconscientemente clasifican a las mujeres de «buenas o malas».

-Están muy predispuestos a sufrir desórdenes obsesivo-compulsivos.

-Tratan a las mujeres como una propiedad y al contacto fisico como un objeto de consumo.

-La seducción suele perseguir una compañera de cama, generalmente lo consiguen a través de una serie de concesiones logradas mediante el encanto y la habilidad.

Estas características del Casanova se deben considerar con la cautela debida. Al igual que los síntomas de una disfunción un síntoma aislado no tiene especial significación pero si se dan varios y de forma persistente se debe considerar como algo preocupante, un desorden de los sentimientos caracterizado por la compulsiva persecución de las mujeres: El complejo de Casanova. El hombre Casanova habla de sus conductas, y de las mujeres, en términos de intercambio: «Me dan lo que necesito y yo les doy lo que necesitan».

Sea cual sea la edad cronológica o el estatus que ocupa el hombre «buscador de emociones» no puede vivir sin novedad y excitación. Es por ello que cuando descubre a una mujer que le resulta atractiva comienza su estrategia de juego y habilidad para conseguir el trofeo ansiado, sus pasos son meticulosamente calculados, lo que requiere concentración y autocontrol. La adulación se convierte en un arte a cultivar y hacen de la seducción toda una ciencia reemplazando el romanticismo con la técnica y la pasión con la precisión.

Los mujeriegos son tremendamente calculadores, persistentes, encantadores e inteligentes. Tienen que llevar el control de la relación en todos sus detalles.