A veces vamos caminando por la calle y nos entran ganas de orinar. En esas ocasiones tenemos dos opciones, o buscamos un aseo o nos esperamos hasta nuestro destino. Aunque puede parecer una acción sin importancia, aguantarse no es muy bueno para tu cuerpo.
El cuerpo es muy sabio, y siempre sabe cómo avisar. Cuando reprimimos estas ganas de orinar durante un periodo de tiempo bastante largo, esa sensación se vuelve cada vez más dolorosa, lo cual justifica que se trata de una clara señal de que el cuerpo necesita eliminar líquidos. .
Nuestra vejiga tiene una cierta capacidad, entre 250-350 mililitros, según cada persona. Pero a medida que sobrepasa los 150, y sus paredes empiezan a estirarse, unos receptores sensoriales (de presión, dolor, volumen y táctiles) localizados en estas paredes musculares se activan, enviando señales de dolor y llenado al cerebro, indicando la necesidad de vaciado que tiene la vejiga, de ahí que sintamos esa sensación desagradable cuando tenemos ganas de orinar.
Si aguantas tus ganas de orinar de forma esporádica, no debes preocuparte. El problema aparece si aguantarte se convierte en algo cotidiano, entonces dependiendo de la frecuencia y/o magnitud, se debería consultar a un especialista ya que puede desencadenar ciertos riesgos como:
-Cistitis: Sobre todo en las mujeres. Y es que cada vez que orinamos, se produce una eliminación por arrastre de las bacterias presentes en la uretra. Se evita así la migración de estos microorganismos a áreas más profundas del tracto urinario como la vejiga que, de normal, son estériles. Si miccionamos con poca frecuencia y mantenemos la vejiga llena por más tiempo, la posibilidad de que estas bacterias migren al tracto urinario y finalmente a la vejiga se incrementa, siendo más fácil en las mujeres, ya que su uretra es mucho más corta que la del hombre
-Cálculos renales: Estos son unas pequeñas piedras que se forman en los riñones a causa de agregaciones en forma de cristales de sodio, magnesio o calcio, que de normal deberían ser expulsados por la orina, pero sino se hace con regularidad, llegará el momento en que estas piedras tengan que salir por el tracto urinario y el dolor que van a producir será insoportable.
-Reflujo y pielonefritis: Si se aguanta con mucha intensidad, se puede dar un reflujo de orina hacia los riñones, desde la vejiga, el cual, puede llevar la infección del tracto urinario hasta los riñones.
Dicho esto, es importante prestar atención a las señales que nos da nuestro cuerpo, y no aguantarnos sino es estrictamente necesario. Así que la próxima vez que tengas ganas de orinar, no des muchas vueltas y desahoga a tu cuerpo, para mantenerlo sano. Y si tu jefe o profesor te dice que no puedes ir siempre le puedes enseñar este artículo.
Malo no,es malísimo!!
No es malo, es PELIGROSO!!!!!
Lee esto Jenifer Gonzalez