Fitoterapia para el embarazo

Embarazo: las plantas para aliviar dolores menores
Hay un cierto número de plantas que son seguras y pueden utilizarse durante todo el embarazo. Algunas de estas, sin embargo, sólo deberían utilizarse en el último mes debido a su acción tónica en el útero: las hojas de frambuesa o de zarza, por ejemplo, deben reservarse para tres o cuatro semanas antes de la fecha del parto.

Náuseas: el jengibre. Podemos hacer infusiones de jengibre fresco rallado o liofilizado o tomarlo en cápsulas. La mejorana y la melisa también alivian las náuseas.

Estreñimiento: semillas de psyllium (dejarlas en agua hirviendo durante 10 minutos y beber la mezcla de agua y semillas antes de acostarse), raíz de malvavisco y flores de malva (en tisana o cápsula). Se toman preferiblemente antes de acostarse. «Normalizan el tránsito intestinal durante la noche».

Hemorroides: infusión de hamamelis. El castaño de indias está contraindicado en las mujeres embarazadas.

Infecciones del tracto urinario o cistitis: infusiones o cápsulas de brezo.

Acidez gástrica: un alga marina, la lithotame. Se toma al comienzo de las comidas tanto en polvo como en cápsula.

Acné del embarazo: raíz de bardana, pensamiento y ortiga (no la raíz). «Se puede hacer una mezcla de los tres».

Angina, gripe, resfriados: infusión de tomillo. Ayuda a prevenir las infecciones y es antiséptico. El serpol, de la misma familia, también se puede tomar como tisana. «En caso de fiebre está indicada la flor de saúco».

Piernas pesadas: la vid roja y el hamamelis, ayudan a la circulación.

Dolores en general, dolor de espalda: manzanilla alemana (matricaria) combinada con ulmaria y lavanda, en forma de infusión o cápsulas.

Ansiedad, angustia, insomnio: particularmente cuando se acerca la fecha del parto, se puede tomar lavanda, flor de naranjo, melisa o tila. En caso de problemas para conciliar el sueño se puede recurrir a la pasiflora.

Plantas prohibidas en el embarazo
Algunas plantas están contraindicadas en el embarazo. «Simplificando, hay cuatro grupos de plantas que se deben evitar: las que tonifican el útero, las que tienen un efecto hormonal, las plantas que interfieren con la coagulación de la sangre y las que irritan los intestinos».

Plantas útero-tónicas (semillas de alholva, hojas de zarza, hojas de menta-poleo, flores de gayuba, hojas de artemisa). Pueden producir contracciones y un aborto involuntario.

Plantas irritantes para los intestinos (corteza de cáscara sagrada, hojas de sen o senna, corteza de arracián o frángula, raíz de ruibarbo de China). Pueden causar espasmos que a su vez desencadenen contracciones.

Plantas que entorpecen la coagulación sanguínea: raíz de ginseng y angélica china o dong quai. Los factores de coagulación ya son altos en las mujeres embarazadas y suponen un riesgo de coágulos de sangre y por lo tanto, de flebitis.

«También se desaconseja la equinácea, para prevenir el riesgo de alergia en el feto». Otras plantas prohibidas en el embarazo son la valeriana, la hierba de San Juan, el propóleo y la cúrcuma.

Si estás embarazada y deseas utilizar las hierbas medicinales, habla con tu médico primero y luego busca el asesoramiento de un farmacéutico o un herborista. Solo ellos podrán decirte qué llantas utilizar y cuáles evitar durante los meses de gestación.

Plantas de acción hormonal (hojas de salvia, rizoma de cimicifuga, soja, lúpulo, estevia, raíz de ginseng y eleuthero). No se recomiendan durante el embarazo ya que el aporte de estrógenos puede dificultar que el óvulo fecundado se fije a la mucosa del útero durante el primer trimestre del embarazo.