A VECES LO QUE NOS ENGORDA ES EL HAMBRE EMOCIONAL:

SÍNTOMAS

A nivel biológico nuestra sensibilidad aumenta: los ojos van a registrar todo, la banda vídeo. Los oídos van a registrar la banda audio, la piel la temperatura frío calor, si me tocan, la ropa. El gusto para todo lo que es gustativo, lo que estoy comiendo, y el olfato, todo lo relacionado con la banda olfativa. Todo esto va a ser guardado en la memoria. Es un estado de alerta continuo que estresa al cuerpo y genera muchísima tensión. Observate.

La comida a veces satisface nuestros sentimientos o sensaciones y cuando esto ocurre sin hambre el resultado es la ganancia de peso. El comer emocional es una de las causas que conducen al aumento. Por eso, es importante prestar atención a cuándo comés y por qué lo hacés.

Un estudio realizado en la Universidad de Texas demostró que existen diferencias entre el hambre física y el hambre emocional:

* El hambre emocional comienza repentinamente; el hambre físico ocurre gradualmente.

* Cuando estás comiendo para mitigar un sentimiento no importa si tu estomago está lleno o vacío, solo necesitás comer. Y en este caso elegís una comida específica y no te satisface cualquier alimento. Cuando comés porque realmente tenés hambre física, estás abierta a todas las opciones.

* El hambre emocional necesita ser satisfecha inmediatamente con el alimento que deseás; el hambre física puede esperar.

* Aún cuando estás llena, si estás comiendo para satisfacer una necesidad emocional comerás aún más. Si lo hacés por hambre física, es más probable que dejes de comer cuando estás llena.

* El comer emocional incluye siempre sensaciones de culpa; el hambre física, no.

Por todo esto, necesitamos aprender comer. El primer requisito previo a comer es tener hambre: hambre genuina, no apetito. El concepto de comer solamente con hambre parece simple y obvio pero, en realidad, es el consejo dietético MÁS DIFÍCIL de aplicar en la práctica diaria.

Cuando hablo de este tema con un paciente, mis consejos son:

* Si estás a punto de comer y lográs darte cuenta de que no tenés hambre verdadera, sino que querés hacerlo para mitigar alguna emoción, lo mejor será esperar por lo menos una hora y ver cómo esta sensación va cambiando. ¿Qué hacer en esa hora? Sin duda una actividad física aeróbica hará mucho más saludable la espera.

* La actividad física regular es un aliado importante en el manejo de este tipo de hambre “falsa” que te resta salud al conducirte a un incremento del peso.