El helenio es una planta vivaz que puede llegar a crecer sustancialmente si se encuentra en condiciones óptimas. Es decir, puede llegar a tener un robusto troncho que alcanza más de 1,5 metros. de altura, y, en la base, grandes hojas de cerca de 1 metro de largo.

El tallo, irregularmente rollizo, está revestido de un vello muy corto, lo mismo que las hojas.

Éstas son blandas, de figura lanceolada, con venas muy salientes en la cara inferior y bordes entre festoneados y dentados, de un verde claro o tirando a pajizo en la haz, algo blanquecinas en
el reverso a causa de la densa pelusilla que las recubre.

La lámina de la hoja se estrecha de manera gradual y se pierde en el rabillo, que tiene una canal muy ostensible; las hojas superiores carecen de pezón.

En lo alto, el tallo se ramifica y forma grandes cabezuelas hasta de 10 cm. de diámetro, cada una de las cuales está protegida por un conjunto de brácteas u hojuelas involúcrales, las
exteriores más anchas y casi acorazonadas ; las interiores algo más estrechas, y las de dentro de todo muy angostas y con el ápice membranoso.

Las lengüetas del borde de la cabezuela forman largos y estrechos radios de un hermoso color amarillo, y muestran tres dientecitos en su extremo ; en el centro de la cabezuela hay un ancho
botón, también amarillo, con numerosas florecitas tubulosas. Los frutos, de unos 5 mm., son lampiños y tienen diminutas estrías y un vilano a modo de penacho rubio, formado de pelos simples.
Las hojas del helenio tienen sabor amargo persistente y desagradable.

Florece desde mayo en adelante, según el tempero de la localidad. Se cría en los prados, setos, etc., acá y allá, muy raras veces asilvestrada, como resto de antiguas plantaciones. Esta especie se supone originaria del Asia Central.

Propiedades curativas

Pocas serán las plantas a las cuales se hayan atribuido más, porque sólo Dioscórides dice de ella que es provocativa de la orina y del menstruo, útil contra la tos y el asma, la ruptura y el
espasmo de los nervios, carminativa, buena para calmar los dolores ciáticos, confortativa del estómago, apta para atajar las hemoptisis.

Diecisiete siglos después , en la « Flora española » (tomo III, pág. 152), el Dr. Quer todavía dice de ella lo siguiente : « La raíz de esta planta, esté seca o fresca, es de mucha utilidad
para el uso de la Medicina, y un potentísimo pectoral estomacal; es diurética, uterina, aperitiva, vulneraria, alexifármaca y sudorífica.

Esta raíz es muy específica contra toda dificultad de respiración, afecto asmático húmedo, dividiendo y atenuando los humores crasos y glutinosos que están asidos o detenidos en el pecho y
pulmones. Esta admirable raíz es de los mejores específicos para deterger y limpiar las úlceras de los pulmones en la tisis… ». Y Quer prosigue con las alabanzas hasta llenar casi dos páginas
de su « Flora ».

Actualmente se estima que el rizoma y las raíces del helenio, por su contenido en esencia, tienen su más adecuada aplicación médica en la afecciones catarrales de las vías urinarias y de los
bronquios, por las propiedades antisépticas de aquélla.

El Dr. Leclerc afirma que la raíz de helenio podrá ser utilizada en las bronquitis catarrales con tos quintosa y expectoración abundante que suceden a la gripe.

Infusiones y remedios con helenio

Infusión con helenio para la tos: Hervir, por 10 minutos, 5 gr. de helenio en 100 gr. de agua. Pasado ese tiempo, retirar del fuego y colar. Dejar refrescar y tomar 3 ó 4 tazas al día,

Infusión con helenio para la bronquitis:: Verter 20 gramos de raíz desecada de helenio en un litro de agua y hervir por 10 minutos. Tapar y dejar en reposo por 30 minutos. Transcurrido ese
tiempo, colar y beber una taza de esta preparación antes de las comidas para conseguir un efecto expectorante balsámico.

Remedio con helenio para la buena digestión: Verter 5 onzas de raúz de helenio, previamente lavado y picado, en 100 gr de vino de buena calidad o vino de Jerez. Dejar en maceración, por 9 días. Beber 3 vasitos al día, después de las comidas.