Kundalini (literalmente “La Enroscada”) es la energía que sostiene el cosmos. En el cuerpo humano reside en la base de la columna. Tiene el poder de purificar y curar la mente y el cuerpo, mediar en la apertura espiritual y llevarnos a un nivel superior de conciencia.

La kundalini durmiente se representa tradicionalmente como una serpiente, enroscada tres veces alrededor del ligam, el símbolo fálico del poder generativo masculino. Entre las situaciones que pueden despertar Kundalini están la meditación intensiva, la intervención de un guru o maestro avanzado, ciertas maniobras específicas y ejercicios de Kundalini yoga. A veces el parto y el coito pueden tener un papel crítico. En ocasiones el despertar puede ser instantáneo , en la vida cotidiana y sin origen evidente.

La Kundalini activada se transforma en su forma más violenta, o Shakti, y sube por la columna, fluyendo por los canales del cuerpo sutil. Elimina todo a su paso, antiguos traumas y condicionamientos, abre los siete centros espirituales (denominados chakras) localizados en el cuerpo sutil a lo largo de la columna.

A pesar de distintas experiencias difíciles que acompañan este proceso de purga, los que describen el despertar de Kundalini narran estados de éxtasis asociados al logro de niveles superiores de consciencia. (Samadhi, o unión con lo divino, que se produce cuando el proceso alcanza el séptimo chakra (Sahasrara) o coronilla).

Este proceso tiene sus grandes peligros sobre los que llaman la atención continuamente los conocedores de esta energía. Idealmente, la gente que sufre un intenso despertar de la Kundalini debiera tener la guía de un maestro espiritual experto.

La energía Shakti, desplazándose a lo largo del cuerpo, lleva a la conciencia una amplia gama de elementos antes inconscientes: recuerdos de traumas físicos y psicológicos, secuencias perinatales y distintas imágenes arquetípicas. Cuando esto sucede se experimenta una amplia gama de manifestaciones emocionales y corporales denominadas kriyas. Tienen intensas sensaciones de energía y calor a través de la columna y sus cuerpos se ven desbordados por violentos espasmos y calambres.

La potencia de esta energía al pasar por nuestro sistema físico podría compararse, con una instalación eléctrica preparada para soportar 220 v. de potencia y que, de repente, debe soportar la avalancha de miles de vatios. De ahí que las antiguas tradiciones dedicaran años de preparación física y psíquica para este acontecimiento.

La psique se ve desbordada de pronto por fuertes oleadas emocionales, como ansiedad, ira, tristeza, gozo o rapto extático. Un sobrecogedor temor a la fin de un ciclo, la pérdida de control y una locura amenazadora son otros elementos concomitantes a las formas extremas del despertar de Kundalini.

En este proceso puede resultar difícil controlar el comportamiento durante las fuertes subidas de la energía, a veces se emiten sonidos involuntarios y el cuerpo se mueve con pautas extrañas e inesperadas. Risa incontrolada, gritos, hablar en distintas lenguas, cantar canciones, cantos espirituales desconocidos hasta ese momento, adoptar posturas y gestos de yoga, e imitar sonidos y movimientos de animales.

Las manifestaciones sensoriales del despertar de Kundalini pueden ser muy variopintas y variadas. Las descripciones refieren coloridas visiones de bellos dibujos geométricos, luces brillantes de belleza sobrenatural y complejas escenas de deidades, demonios y santos.

Se experimentan sonidos internos que van desde susurros, voces, zumbidos y canto de grillos hasta música celestial y coros de voces humanas. Se pueden oler perfumes y bálsamos exquisitos; algunos se refieren a la dulce fragancia de un néctar exquisito. Son comunes especialmente excitaciones sexuales y sensaciones orgásmicas y las hay tanto estáticas como dolorosas. Esta honda conexión entre Kundalini y la energía sexual es el fundamento del Tantra, en la que la unión sexual ritual se utiliza como vehículo para provocar experiencias espirituales.

Algo a lo que occidente está teniendo acceso sin la información pertinente y con terribles consecuencias. (Como no viene de perlas ser un “místico tantrico” para dar salida a la lívido dando así las explicaciones oportunas al juez ético y moral que todos llevamos dentro).

Palabras de Barbara Grof, actual esposa de Stanislav Grof:
“Recibí “shaktipat” (alguien capaz (mediante una mirada, toque o palabra) de despertar la energía latente). Muktananda me miró y golpeó con su mano mi frente varias veces. De repente sentí como si hubieran enchufado a un cable de alto voltaje y empecé a estremecerme de manera incontrolable. Mi respiración entró en un ritmo rápido y automático más allá de mi control. Aparecieron gran número de visiones.

Lloré mientras experimentaba un nuevo nacimiento; experimenté la fin de un ciclo, me sumergí en el dolor y el extasis, la potencia y la suavidad, el amor y el temor, las profundidades y las alturas. No podía contenerme a mí misma. En los meses posteriores todo cuanto creía ser y tener desapareció.

Mi matrimonio terminó, y con él, mi trabajo, dinero y estatus. Me vi inmersa en la necesidad de meditar permanentemente. Amigos y familiares me abandonaron, sorprendidos y asustados. Los ataques de pánico, ira y temor se sucedían y al mismo tiempo, era consciente de una sosegada y profunda energía, desconocida para mí.

Una fuente en mi interior que emanaba alegria y serenidad. Ya no sabía quién era o adonde iba. Mi identidad en el mundo se había esfumado y dejé para siempre de sentirme en posesión de mi vida.”

Aunque todo ello es muy intenso y rompedor, es curativo y transformador. Sin embargo, en el curso del despertar pueden intensificarse temporalmente distintos síntomas antiguos, así como manifestarse otros que estaban latentes con una intensidad incontrolable. A menudo, de no acudir a un médico conocedor de todo esto (pocos poquitos) todos estos síntomas serán diagnosticados como problemas médicos y psiquiátricos.

Existen paralelos importantes en muchas culturas, como la danza en estado de trance de los africanos Kung, bosquimanos del desierto de Kalahari. Rituales que duran toda la noche. Las mujeres se sientan en el suelo tocando tambores y ellos bailan en círculo con movimientos rítmicos y monótonos.

Los participantes van entrando uno tras otro, en profundos estados alterados de conciencia, con explosiones de emoción muy fuertes (ira, ansiedad, temor) y se ven sacudidos por violentas contorsiones. Después entran en rapto extático. Según la tradición de los bosquimanos, la danza libera desde la base de la columna una fuerza cósmica curativa, denominada “ntum” o “medicina”. Luego se pasa de una persona a otra mediante el contacto físico directo.

Los Hopis, indios norteamericanos, describen centros de energía psíquica que se parecen mucho a los Chakras. Joseph Campbell señalaba en sus estudios elementos paralelos en los dibujos que ellos hacían en la arena.
De igual manera se hallan ideas relacionadas en el budismo tibetano, el yoga taoista, el zen coreano y el sufismo.

En la tradición cristiana se han descrito manifestaciones parecidas a la Kundalini en la práctica de las llamadas plegarias a Jesús o “hesychasm”. Signos similares se están observando en occidentales modernos. Gopi Krishna pasó muchos años intentando alertar a occidente sobre la existencia e importancia de este fenómeno.

El mérito de llevar el concepto de Kundalini a la atención de los círculos profesionales occidentales se debe al psiquiatra californiano Lee Sannella. En su obra The Kundalini Experience: Psychosis or Trascendente, describe y pone especial énfasis en los síntomas: Psicosis, histeria, desórdenes oculares, ataques de corazón, enfermedades gastrointestinales, infecciones pélvicas, epilepsias incluso esclerosis múltiple.

Por esta razón recomienda efusivamente un examen médico a cargo de un profesional informado en este tipo de emergencias…agujas en un pajar amos…