LA CURACION POR VISUALIZACIÓN POSITIVA

Este es un ejercicio curativo, la imposición de manos ha sido considerado como milagroso, sin embargo, es un poder que todos poseemos y que se puede ir incrementando con su práctica diaria. Esto se conoce como manos de luz. Lo bueno es que podemos auto-aplicarnoslo con la meditacion de una visualizacion creativa. La mayor parte de las religiones han utilizado la imposición de manos como parte de la transmisión de las manos de Dios mismo. En todo caso, todos somos parte de Dios, las manos incluidas.

Al visualizar la sanación si canalizas espiritualmente, tus manos de luz serán posibles. Pero, realmente es como lo sientas. Muchas personas agnósticas aplican el poder de curación a través de las manos exitosamente.

Es decir, no se trata de creencias, sino de evidencias personales que todos podemos, y tenemos el poder de hacer.

Todas estas prácticas se hacen en meditación, relajación, activando los puntos de energía, llamados también chakras.

Se trata de sanar tus disfunciónes con la fuerza del chi.

Los maestros de grandes civilizaciones, como la china, poseían el conocimiento, hoy ratificado por los científicos modernos, de que la mente, en el plano subatómico, actúa directamente sobre la materia.

La materia es creación de nuestra mente. Y nuestra mente, sintonizada con la Gran Mente Cósmica, adquiere poder infinito.

EJERCICIO DE VISUALIZACIÓN CREATIVA

Practicando este ejercicio de visualización positiva, con asiduidad, sin prisas por ver los resultados, puedes estar seguro de que ninguna disfunción se te va a resistir.

Busca un lugar tranquilo y silencioso. Siéntate en postura de meditación, con piernas cruzadas, o bien en un banquito, en una silla con la espalda erguida, en un sillón, sofá o cama. Cierra los ojos y haz un ejercicio de relajación y de armonización de cuerpo y mente. Una vez sintonizada tu mente con tu cuerpo, entra en sintonía con la naturaleza, con el chi cósmico.

1- Lleva tu atención a la parte de tu cuerpo enferma. Sonríele internamente y agradécele las funciones que desarrolla, o ha desarrollado, en tu cuerpo, animándola a sanarse para seguir cumpliendo con su cometido.

2.- Visualiza el proceso de recuperación de esa parte enferma, sosteniendo la imagen de ese proceso curativo, durante el mayor tiempo posible.

3- Oblígala a recuperarse, suave y amablemente. (Si te es útil, usa, por ejemplo, un haz de luz que la va iluminando al tiempo que disuelve la sombra de la disfunción, lenta y progresivamente. O un sonido curativo que la va inundando)

4.- Visualiza esa parte ya curada.
Si te sorprendes habiendo perdido la imagen, no te alteres, permanece con los ojos cerrados, descansa la mente, vuelve a la concentración y a la visualización.

Practica este ejercicio, cinco minutos, al menos, dos veces al día, durante tres a ocho meses, hasta obtener la curación, que llega.