LA RESPIRACIÓN Y EL MASAJE

Los subdoshas Prana Vata y Udana Vata, regulan el movimiento de la inspiración y la respiración. Prana se puede traducir como “el aliento de vida”, la energía vital necesaria para la vida. Actúa en la respiración, en la circulación, en la digestión y en los diferentes procesos del cuerpo, al mismo tiempo es la fuerza vital universal que compartimos todos.

El Prana lo encontramos en el aire y en los alimentos que ingerimos, podemos considerarlo también como el alimento más importante, esencial.

Es gracias a la respiración que podemos alimentarnos de Prana, y la ciencia que trata el control de la respiración es llamada Pranayama. Pranayama es una palabra sánscrita formada por dos raíces, Prana (aire vital) y Yama (doma, adiestramiento). El Prana puede almacenarse en el cuerpo, especialmente en el plexo solar.

En Ayurveda, en el Yoga, en la meditación se da gran importancia a la respiración, pues representa el abastecimiento de prana en nuestro cuerpo. El Ayurveda utiliza diferentes pranayamas como tratamiento.

En la respiración intervienen los músculos para llenar y vaciar los pulmones, son los del diafragma, los de las paredes del pecho y los de las costillas flotantes.

El diafragma es el músculo más fuerte y tiene un movimiento que se compara con el de un paraguas, se cierra y se abre a cada inspiración y a cada espiración.

Durante la inspiración se cierra el diafragma presionando hacía abajo las vísceras que hay debajo, permitiendo que el estómago se hinche de aire, al mismo tiempo que la caja torácica. Dejando espacio para que se llenen los pulmones a través de las fosas nasales o la boca, la faringe, la tráquea y los bronquios.

Cuando espiramos, el proceso se deshace. La caja torácica se relaja, los músculos abdominales se encogen y el diafragma se abre como un paraguas, permitiendo la expulsión del aire de los pulmones.

En general respiramos de forma poco eficaz. Tomamos el hábito de respirar superficialmente, utilizando sólo la parte superior del pecho, absorbiendo poca cantidad de Prana, sin oxigenar correctamente nuestro cuerpo.

Los bebés y los niños acostumbran a respirar, naturalmente, mejor, utilizando toda la capacidad, des de la caja torácica hasta el abdomen. Más cuando crecemos y estamos sometidos a tensiones, presiones sociales y personales perdemos este hábito y empezamos a respirar de una forma deficiente.

Esta pérdida de hábito tiene consecuencias destructivas para nuestra salud. Así la sangre no se purifica, no se oxigena, y no se queman debidamente los alimentos que nos aportan la energía. Además respirando superficialmente aumentamos el aire residual y viciado, almacenándose, en gran parte, entre los pulmones y la nariz.

Nuestras células necesitan respirar, tomar oxígeno y devolver el que no sirve en forma de dióxido de carbono. Gracias a los pulmones, el oxígeno pasa a la sangre para llevarlo hasta las células. Es imprescindible para el proceso metabólico del cuerpo y de ello depende también nuestra vitalidad. Se precisan grandes aportaciones de oxigeno para la combustión de los alimentos a través de los cuales obtenemos la energía para que nuestro cuerpo y nuestra mente funcionen equilibrada e saludablemente.

Una respiración insuficiente puede provocar fatiga, falta de vitalidad, jaqueca, neurastenia, acumulación de toxinas, envejecimiento prematuro.

Cuando respiramos correctamente, los músculos que intervienen en la respiración y los pulmones funcionan con más eficacia. Pretenden recuperar la memoria perdida de respirar con plenitud para el bienestar psicofísico. Pues está comprobado, y ustedes mismos pueden comprobarlo con la práctica, que además de mejorar la transformación del aire en los pulmones, purificar la sangre…nos trae calma, tonifica el sistema nervioso, simpático y parasimpático, fomenta el equilibrio y la paz mental y relaja el cuerpo y la mente. Levanta los niveles de vitalidad, aclara la conciencia, da más brillo a los ojos, flexibilidad, tolerancia, optimismo y armonía.
La respiración está formada por dos movimientos: Inspiración o exhalación, que se corresponden a la tensión y a la liberación de la tensión.

Es en la expiración dónde el terapeuta encuentra mayor predisposición para que el paciente conecte con la liberación de la tensión, que tan frecuentemente se sintomatizan en el cuerpo en forma de contracturas y dolores, cuya causa debemos reconocer en el estado de nuestras emociones, nuestras vivencias actuales en la vida y en como las encajamos interior-mente.

Esta corriente de liberación corporal se consigue a través de un estado de relajación o estado alterado de conciencia, calmando la mente, gracias al control de la respiración. Observando la respiración el paciente podemos reconducirla, si es el caso, e incluso hacer unos Pranayamas antes de empezar el masaje.

Sabemos que con el control de la respiración se llegan a estados alterados de conciencia, haciéndola más perceptiva y más amplia. En algunos masajes se usa la respiración alotrópica. Se trata de una hiperventilación, respirando por la boca y con la glotis un poco cerrada. Esta respiración provoca un estado de conciencia alterado, que permite trabajar el cuerpo desde un nivel más profundo, dando un toque a nuestra parte emocional.

Estas dos corrientes, la tensión y la liberación, la inspiración y la espiración se relacionan en Ayurveda y en Yoga con dos principales nadis: el IDA y PINGALA.

El Pingala Nadi es el lado derecho, el canal del Sol. Da poder a nuestra mente racional, que nos permite aprender y obtener la fuerza necesaria para superar los problemas mediante el esfuerzo. Es el lado más masculino de los hombres y mujeres. Los problemas típicos del lado derecho son el comportamiento egoísta o violento, la arrogancia y el orgullo.

El Ida Nadi es el lado izquierdo, el canal de la Luna. Nos da el poder de las emociones en su estado puro, proporcionando las cualidades de gozo profundo, amor puro, compasión y habilidades artísticas. Este lado es el más femenino de hombres y mujeres. Los problemas típicos del lado izquierdo son el apego emocional, la depresión, la baja autoestima, el sentimiento de culpa o el letargo.

LA PRÁCTICA DEL PRANAYAMA

En la práctica de Pranayama se da gran importancia a la corriente liberadora, el Nadi Ida, la espiración, pues así sacamos todo el aire viciado de nuestro cuerpo, permitiendo que la purificación sea más eficaz y mejore la expansión de los pulmones permitiendo una mayor entrada de aire fresco y oxigenado con la inspiración siguiente, nadi Pingala.

Así la proporción de la duración de la inspiración y la espiración es de 1:2, de manera que la espiración dura el doble de tiempo que la inspiración.

Para empezar se realiza la proporción 4:8, es decir la inspiración debe durar 4 segundos y la espiración 8. Después y con la guía de un profesor se puede ir ampliando la proporción, mas esta propuesta aquí pueden ponerla en práctica en cualquier situación y lugar.

Pueden practicar esta respiración consciente en cualquier momento del día, y es comprobadamente beneficiosa usarla a diario, acordando con nosotros mismos un tiempo para poder reeducar nuestra respiración.

Pueden usarla cuando se sientan nerviosos, inquietos, ansiosos, tristes o deprimidos, estresados, para tomar conciencia, serenarse, calmarse y aumentar su sana vitalidad y observar sus beneficios.

La respiración alterna es también muy beneficiosa. Limpia, purifica y equilibra el ída y el pingala, nuestra parte femenina y masculina en pro de una mayor estabilidad. Es interesante observar y tomar conciencia de las sensaciones físicas y emocionales-mentales que uno siente antes y después de terminar con el pranayama, seguro que algo ha cambiado en nuestro sentir.