Las conductas obsesivas

En el día a día de las personas suelen presentar un sin número de conductas que, por ser realizados en forma automática pasan con mucha frecuencia desapercibidos, aunque sin darnos cuenta se pueden convertir en importantes causas de estrés y hasta pasar a ser verdaderos trastornos del comportamiento, con consecuencias muy negativas para el desarrollo de la persona en los distintos espacios de la vida, bien sea el familiar, social o laboral.

Entre estos comportamientos queremos hacer mención a las llamadas obsesiones y compulsiones. Hay algunas personas que tienden a preocuparse demasiado por los problemas de cada día y a dar «vueltas y vueltas» a situaciones, conversaciones o imágenes sin poder controlar y parar en un momento determinado este torbellino de representaciones. También hay personas que presentan unas altas tendencias de perfeccionismo, el orden, la limpieza, el detalle en el vestir, comer, la atención a los hijos, etc.

Algunas personas conviven amigablemente con estas conductas, sin embargo la gran mayoría, por lo menos mantiene un cierto nivel de estrés permanente, dado que en su día a día comienzan a tener dificultades que suelen reflejarse en sus relaciones, en la administración de su tiempo, en ataques de angustia al sentirse incluso esclavas de tales comportamientos.

Del pensamiento al comportamiento
En todo comportamiento obsesivo existe un componente básico del pensamiento. Es el pensamiento lo que le da el carácter de obsesivo. En otras palabras, las obsesiones son ideas, pensamientos recurrentes que se experimentan como intrusos, no deseados e inapropiados y causan ansiedad o malestar significativos. Por ejemplo, pensar que todo está contaminado, sentirse o verse siempre con sobrepeso, tener constantes pensamientos sobre la fin de un ciclo, etc.

El problema se agrava a medida que existe una mayor conciencia de que tales pensamientos no necesariamente van cónsonos con la realidad y que suelen ser producto de su propia mente, lo que hace que la persona intente ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien trata de neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos, dando lugar a conductas compulsivas como un mecanismo de defensa frente a la angustia que le generan tales pensamientos.

Por su parte las conductas compulsivas se presentan como comportamientos de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar, como consecuencia de las ideas o pensamientos obsesivos. Su objetivo es la reducción de la angustia o la prevención de algún acontecimiento negativo. De allí que estos comportamientos compulsivos a veces también se llaman rituales. Por ejemplo, una persona puede tener pensamientos obsesivos como tener miedo de los gérmenes y en consecuencia la persona puede pasar horas lavándose las manos después de usar un baño público.

A manera de ejemplo se pueden mencionar algunas de las ideas obsesivas más comunes y conductas compulsivas que suelen derivarse de tales ideas:

Miedo a contaminarse por gérmenes o bacterias: Limpiar exageradamente todo, lavarse repetidas veces las manos, tomar baños varias veces al día o cepillarse los dientes una y otra vez.
Preocupación de no hacer bien las cosas o dudas de haberlas hecho: Revisar puertas y cerraduras de la casa y /o del carro para ver si están cerradas, si puso la alarma, si pasó bien las llaves. Revisar aparatos eléctricos para asegurarse de que están apagados.

Preocupación por el orden, simetría y exactitud: Ordenar y disponer cosas de cierto modo, prestar atención excesiva en los detalles, ponerse la ropa en el mismo orden todos los días, guardar las pertenencias en la habitación en un orden muy especial y molestarse si este orden se altera.
Pensar en ciertos sonidos, imágenes, palabras o números todo el tiempo: Contar una y otra vez hasta cierto número, repetir palabras dichas por uno mismo o por otros; formular en repetidas ocasiones la misma pregunta.

Mantener la idea que todo se puede necesitar en el futuro: Guardar periódicos viejos, objetos que no se usan, publicidad por correspondencia, envases de plástico vacíos.
Preocupación excesiva por las imperfecciones de su cuerpo: Insistir en someterse a varias cirugías plásticas, pasar un número excesivo de horas en el gimnasio, probar todo lo que considere puede mejorar su figura.

Ser perfeccionista o ser obsesivo
Cuando hablamos de una persona perfeccionista no significa que estemos ante un obsesivo. Aunque el perfeccionista suele llegar a estados de angustia porque las cosas no le salen a la perfección, lo que realmente suele manifestar son frustraciones que pueden reflejarse más con síntomas de depresión. Su estructura rígida le impide la plasticidad necesaria para adaptarse a cambios necesarios.

El ser perfeccionista no se considera un problema patológico, sino una forma de ser, un rasgo de personalidad. Sin embargo, como todo rasgo de personalidad puede sufrir descompensaciones por fracasos, frustraciones o resultados negativos, que lo pueden llevar a manifestar un síndrome depresivo. O también puede presentar problemas a nivel de sus relaciones, bien sean estas familiares o laborales.

El obsesivo, por su parte manifiesta una gran angustia que le genera su estado obsesivo. Racionalmente entiende que su manera de pensar es absurda, pero aún así no puede evitar tales pensamientos y comportamientos. Es como si una parte de sí entiende que estos pensamientos obsesivos son irracionales, pero la otra parte teme que los pensamientos sean verdaderos.
En todo caso, existe en mayor o menor grado un problema de comportamiento.

Con el desorden en su casa, un perfeccionista puede generar molestias desde reproches hasta actitudes y acciones bastante agresivas, mientras que el obsesivo centrado en el orden, manifiesta una crisis de angustia que genera en él un gran desequilibrio emocional.

Todas las personas en algunos momentos vamos a presentar tanto pensamientos como comportamientos obsesivos y compulsivos, e incluso pueden resultar positivos en distintas facetas. Por ejemplo un trabajador puede ser obsesivamente responsable y ello resultarle altamente beneficioso en su desempeño y por ende en su desarrollo. No obstante, tal responsabilidad extrema en su trabajo puede ocasionarle problemas en el hogar cuando, como no puede dejar nada para el día siguiente, se lleva trabajo a casa, o se avoca sin medida al trabajo descuidando sus responsabilidades de esposo, padre, hijo, etc.
De manera que el problema se presenta cuando perdemos el control y tales comportamientos comienzan a interferir en el normal desenvolvimiento de nuestras vidas.

En este sentido es importante evaluar nuestros comportamientos y los de nuestros familiares, ya que dependiendo del nivel del problema, la frecuencia, el tipo de pensamientos y comportamientos, se puede estar ante un verdadero problema. Desde situaciones aisladas y simples hasta el Trastorno Obsesivo Compulsivo.
Muchas investigaciones han encontrado ciertos trastornos neurológicos en personas con Trastornos Obsesivo Compulsivos, que sugieren que existe una deficiencia de un neurotransmisor químico que se encuentra en el cerebro llamado serotonina. De allí que medicamentos que pueden regular la serotonina, son en oportunidades recomendados.

En todo caso, siempre es importante saber que, con la ayuda profesional se puede canalizar el proceso para ayudar a las personas a superar tales problemas y que existen distintas alternativas, que van desde los fármacos, la psicoterapia, Programación Neurolingüística, Neuroterapia, Terapias conductuales.
Cada caso siempre es único y la combinación de estas alternativas terapéuticas va a variar según favorezcan en mayor o menor grado a la persona

G. J. Velásquez D.