Llegando a la Inmortalidad

La inmortalidad o vida eterna supone la existencia indefinida o infinita que consigue burlar la fin de un ciclo. A través de la historia, los humanos han tenido el deseo de vivir para siempre. Esa ansia humana crea y desarrolla el concepto de inmortalidad y constituiría el núcleo de la antropología de la religión.

La inmortalidad es considerada la respuesta a la angustia y el miedo que produce en el ser humano la consciencia de su mortalidad y contingencia. La inmortalidad supone la evasión a la fin de un ciclo.

a especie humana podría alcanzar la inmortalidad en este mismo siglo. Ésta es la conclusión a la que han llegado numerosos científicos, neurólogos, médicos, ingenieros y biotecnólogos que se han dado cita en el foro «Futuro Global 2045».

Los pasados días 15 y 16 de junio, expertos en varias disciplinas se dieron cita en Nueva York en un congreso internacional dedicado a la inversión e investigación de la inmortalidad.

El empresario que fundó «Futuro Global 2045» (GF2045 por sus siglas en inglés) es el ruso Dmitry Itskov, como un proyecto científico dedicado a la búsqueda de la vida eterna. El proyecto GF 2045 consiste en una evolución en cuatro fases que culminaría en el lustro entre 2045 y 2050. Las fases se dividen en Avatar A, Avatar B, Avatar C y Avatar D.

Uno de los científicos que ha participado en el Congreso Internacional Futuro Global 2045 de esta semana en Nueva York, es el doctor en psiquiatría español José Miguel Gaona. En declaraciones a En Casa de Herrero, de esRadio, Gaona explicaba cómo los científicos se encuentran muy cerca ya de completar la primera fase de las cuatro proyectadas: «La primera parte está ya casi totalmente alcanzada, que es la creación de un robot controlado por nuestro cerebro», decía.

La fase Avatar B: sería «una especie de transplante de nuestro cerebro a un cuerpo sintético», según explicaba Gaona. La fase Avatar C consistirá en «que de alguna manera pudiéramos trasladar el contenido cerebral a una mente sintética» y finalmente, la última fase, Avatar D, culminaría el programa con la creación de un «holograma que reemplazaría totalmente a nuestro cuerpo y nuestro cerebro, lo que supuestamente tendría que llegar en 2045», siempre según las explicaciones de Gaona.

Evidentemente, el doctor en psiquiatría explicaba en esRadio que aún existen muchos problemas «que ahora mismo se antojan insalvables». El primero de ellos, «que si queremos transplantar esa conciencia a un soporte sintético, primero tenemos que ponernos de acuerdo en qué es la conciencia y dónde se encuentra localizada para poder atraparla», algo sobre los que «aún no existe» un acuerdo siquiera entre la comunidad científica. El propio Gaona confesaba en la sintonía de esRadio su profunda convicción en que, tarde o temprano, el ser humano conseguirá ser inmortal.

De momento, además de las aportaciones financieras del magnate ruso Itskov, otras empresas, laboratorios, científicos y otros mecenas altruistas, han contribuido a financiar las investigaciones. Éstas cuentan con los primeros espadas en cada una de las disciplinas que entraña el proyecto y que tienen en la biotecnología, la robótica, la neurología y la nanotecnología algunas de sus principales áreas de estudio.

En el congreso de la pasada semana, el propio Dmitry Itskov abría las sesiones con la siguiente reflexión: «Suele decirse que lo único inevitable en esta vida es la fin de un ciclo y los impuestos. Pues bien, pronto serán sólo los impuestos». Lo cierto es que son muchos los inversores que están dedicando numerosos recursos a estas investigaciones. Itskov cuenta con el apoyo de filántropos de diferentes países.

La última fase del proyecto (Avatar D), consistiría en un holograma proyectado desde un gran ordenador central donde estaría almacenada nuestra conciencia, nuestro contenido cerebral. Desde ahí y a través del holograma, podríamos seguir interactuando en el mundo. Para estos científicos, cada día que pasa, el hombre se acerca un paso más al ansiado sueño de la inmortalidad.

La inmortalidad es una de esas cosas por las cuales el hombre siempre se ha desvivido. Hay algo claro: es imposible, al menos corporalmente, según creen algunos autores. Otros, en cambio, se toman el tema con un poco más de humor. ¿Y si mejor leemos estas frases sobre el tema y escogemos nuestra favorita?

«Hay una sola idea superior en la tierra: la de la inmortalidad del alma humana. Todas las demás ideas de las que puede vivir el hombre surgen de ella.» (Fiódor Dostoievski)

«No quieres inmortalidad porque lo dudas, sino porque la temes.» (Francisco de Quevedo)

«No quiero alcanzar la inmortalidad a través de mi obra, sino simplemente no muriendo.» (Woody Allen)

«Aunque todo lo demás falle, siempre podemos asegurarnos la inmortalidad cometiendo algún error espectacular.» (John Kenneth Galbraith)

«¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de fin de un ciclo? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.» (Jorge Luis Borges)

«Exigir la inmortalidad del individuo es querer perpetuar un error hasta el infinito». (Arthur Schopenhauer)

¿Qué tipo de futuro aspira a crear?

La intención es construir una sociedad donde las personas sean capaces de vivir en la abundancia y durante mucho tiempo, no solo en nuestro planeta natal. Aunque ya somos técnicamente capaces de enviar colonos a la Luna y Marte, con nuestra dotación biológica no sobreviviríamos allí por mucho tiempo. Los cuerpos artificiales, sin embargo, permitirían convertirnos en futurnautas, los primeros pobladores, los conquistadores del universo. Entonces no necesitaríamos ni comer ni beber, sobreviviríamos al frío o calor extremos y nos adaptaríamos a las altas y bajas presiones.