Antes de decidir que somos personas a las que la prosperidad parece haber abandonado deberíamos hacernos la siguiente pregunta:
¿ Qué es para nosotros la prosperidad? En nuestra sociedad tendemos a asociar la prosperidad únicamente con nuestro saldo monetario.
Si tenemos dinero nos consideramos prósperos, si nos falta no.
El significado que le otorgamos al dinero está dado por nuestras motivaciones para tenerlo. No debemos confundirnos, el dinero no es la solución mágica a todos nuestros problemas, sólo es un medio para concretar sueños y objetivos.
Esto quiere decir, que no es la cantidad de dinero que tengamos lo que importa, sino lo que queremos obtener con él: placer, seguridad, viajes…
Así que antes de continuar haz un repaso a los distintos campos de tu vida ¿ eres tan poco próspero como pensabas cuando toda la definición de prosperidad pasaba por nuestro saldo económico?
Recuerda que el dinero es sólo una parte de nuestra prosperidad, como diría Joaquín Sabina refiriendose a Cristina Onassis: ” Era tan pobre que no tenía más que dinero”
Recuerda que vivir bien es un derecho que nos brinda el universo y cuando estemos seguros de nuestro derecho a la abundancia sólo debemos enfocarnos en saber escoger los métodos y tener la perseverancia necesaria para alcanzar el éxito.
Es importante tener en cuenta que ganar dinero y obtener riqueza no es algo carente de espiritualidad. Por el contrario, es la manera de realizarnos de forma plena.
Quiero enseñarte diez reglas básicas de la abundancia, pero antes una importante premisa a tener en cuenta.
Si decidimos venir a este mundo fue para ser los ejecutores de nuestra propia vida, el Universo es abundante, próspero, y todo está dispuesto para que hagamos nuestra esa abundancia, pero TENEMOS QUE HACERLO NOSOTROS.
Una metáfora, a modo de chiste, para entender esto:
” Había un señor muy creyente que se vió sorprendido por una inundación. Subió al tejado de su casa y empezó a pedirle a Dios que le salvara. Casi al instante por debajo pasó un bote con algunas personas y le invitaron a saltar.
-Dios me salvará, pensó él
Y dejó pasar el bote mientras seguía rezando. Al tiempo pasó un helicoptero y le arrojó una cuerda.
-Dios me salvará, pensó él
Y dejó pasar el helicóptero. Al tiempo cayó al agua y murió. Cuando estuvo frente a frente con Dios le preguntó cómo podía haberle dejado morir si siempre había cumplido todas las reglas morales y religiosas a lo que Dios contestó:
-Te mande un bote y un helicóptero, tú decidiste no salvarte…”
Y ahora sí, las reglas de la prosperidad:
- Todo vuelve a quien lo crea, generalmente, tres veces. Así que, escojamos bien, porque los beneficios son enormes, pero también los perjuicios.
2. Todo cuanto podamos imaginar es realizable. Nuestra capacidad es ilimitada. Lo imposible es una ilusión.
3. Primero: usted. Es fundamental que desarrolle sus propias capacidades y sus medios materiales. ¿cómo va a ayudar a los demás si no es capaz de ayudarse a sí mismo?
4. No entre en la dinámica de la competitividad. Si no hay límites para la creatividad, para qué competir, esto supone distraer nuestra energía de los objetivos que buscamos.
5. No desperdicie tiempo queriendo dominar a quienes lo rodean. En cuanto empiece a tener resultados, verás que controlar a otros te desvía de tus metas.
6. No se empeñe en acumular bienes. Si puedes movilizarte hacia donde quieras y cuando quieras, podrás disponer de la autonomía suficiente parta lograr tus propósitos.
7. Debes cuidarte de intervenir en la vida de otras personas afectando sus decisiones. La intromisión en la libertad ajena, ya sea de allegados o de familiares puede involucrarte en situaciones de difícil resolución. Podrías verte envuelto en conflictos que te desviarán de tus objetivos.
8. No comunique sus deseos más íntimos. Tus trabajos de visualización debes mantenerlos en secreto hasta que logres los resultados esperados; una vez obtenidos, podrás compartir tu experiencia con quien desees.
9. Sea coherente con las cosas que pretendes. Por ejemplo, si inicias una empresa y cambias tu estrategia a mitad de camino, no lograrás alcanzar ninguna meta. Tus mensajes serán confusos, al igual que tus resultados.
10. Permanezca alerta en todo momento. Debes tener confianza en que todo resultará de acuerdo a tus deseos. No trates de forzar situaciones. Recuerda que los resultados no siempre surgen de la manera en que los imaginamos. A medida que vayas realizando tus sueños verás que la plenitud y la satisfacción llenarán tu corazón.
Espero que a partir de hoy puedas tomar conciencia de estos maravillosos mandamientos y sean parte desde hoy en tu maravillosa vida, verás maravillosos resultados en tus acciones. Te envió muchas bendiciones en tú camino.