Recuperamos los beneficios de este antiguo cereal, considerado como un poderoso alimento sagrado y terapéutico por la Medicina Tradicional China.

Este cereal que se consume habitualmente en Oriente es el único cereal alcalinizante, además de ser un gran remineralizante.

Propiedades

-No contiene gluten, por lo que es fácil de digerir y apto para celíacos e intolerantes a esta proteína

-Es rico en fibra, por lo que ayuda a regular casos de estreñimiento, colesterol, glucosa, y triglicéridos.

-Es una buena fuente de magnesio, un mineral que mejora el tono muscular y el sistema nervioso.

-Contiene vitaminas del grupo B, como la vitamina B1 (refuerza la actividad mental, la coordinación, la depresión y mejora estados de cansancio), la vitamina B9 o ácido fólico (previene la anemia y mejora el estado de la piel; es fundamental durante el embarazo), la vitamina B6 (mejora el sistema nervioso, inmunitario y hormonal) y la vitamina B2 (favorece la actividad oxigenadora intercelular y la regeneración de tejidos y mejora la salud visual).

-Es una fuente natural de fósforo, un mineral imprescindible en la formación y desarrollo de huesos y dientes y durante la lactancia, y favorece un buen rendimiento intelectual y de la memoria.
-También contiene ácidos grasos, hierro (un mineral que permite la renovación de las células sanguíneas y previene casos de fatiga y anemia) zinc, yodo y vitamina E.

-Es importante destacar que el mijo alcaliniza el organismo, al contrario que otros cereales acidificantes, por lo que equilibra nuestro pH y nos ayuda a compensar los efectos acidificantes de una mala dieta.

-Estos excelentes valores nutricionales lo convierten en un alimento muy beneficioso, y que puede ser muy terapéutico para personas que sufran problemas digestivos. Según la medicina natural, el sistema digestivo condiciona nuestra salud general, así que este cereal puede ser muy útil a personas que padezcan acidez, úlceras, estreñimiento, diarreas, gases, etc.

Además, por sus propiedades también se recomienda consumirlo en casos de anemia ferropénica, diabetes, embarazo y lactancia y etapas de estrés y agotamiento.

¿Cómo se cocina?

Gracias a que tiene una textura muy compacta una vez cocido, es un cereal muy práctico para hacer croquetas, hamburguesas o pasteles vegetales.

Primero hay que lavarlo para limpiarlo bien. Después lo ponemos a hervir con la proporción de cinco partes de agua por una parte de mijo. Se cuece 35 minutos.

Su sabor suave y con un toque dulce permite combinarlo con sabores más fuertes o bien cocerlo con bebida vegetal, zanahoria, manzana rallada, pasas y miel para hacer cremas para el desayuno.

A las personas que quieran disfrutar de sus beneficios les recomendamos consumirlo al menos tres o cuatro veces por semana. Pueden empezar el día con una crema dulce de mijo para obtener energía o bien preparar una crema de verduras y mijo por la noche para obtener un sueño reparador.