Los mareos cervicales están presentes en nuestras vidas, lamentablemente, de manera muy habitual. Se pueden deber a varios motivos: demasiada tensión o estrés, alteraciones de la postura, los conocidos latigazos cervicales,… Pueden ser llegar a alterar nuestra rutina por impedirnos realizar las actividades más frecuentes de nuestra vida diaria.
Cuando se tensionan nuestras vértebras o cervicales, es cuando podemos sentir los síntomas que acompañan a esta dolencia:
– Mareos.
– Rigidez en la nuca.
– Alteraciones de la temperatura.
– Calambres y hormigueos.
Qué causas motivan estos mareos cervicales?
Cuando las vértebras sufren cambios degenerativos, se genera una compresión neurovascular que se manifiesta en rigidez. Esta posición de las vértebras cervicales hace que el flujo sanguíneo no llegue correctamente y se presenten los temidos mareos y vértigos.
Remedios naturales para los mareos cervicales
– Alimentación. Incluir en nuestra dieta vitamina B6. Esta vitamina está presente en alimentos como patatas, plátanos, espinacas, coliflor, productos integrales, frutos secos, pescado,… También podemos tomarla como suplemento vitamínico en forma de capsulas (en herborísterias). Esta vitamina ayudará a mantener la salud de nuestros huesos y actuará para aliviar los mareos y vómitos.
– Plantas. Tomar algunas plantas en forma de infusión puede ayudarnos a mejorar la circulación sanguínea, a controlar la ansiedad, los vómitos y mareos, los dolores de cabeza,… Para ello, usaremos ginko biloba o árbol de los cuarenta escudos, flor de la pasión, jengibre y vid roja.
– Actividad física. En la medida de lo posible, evitaremos un trabajo físico intenso que favorezca la inflamación cervical.
– Descanso. Nuestra rutina de sueño tiene que ser lo más estable posible, durmiendo las horas suficientes para favorecer un estado de ánimo óptimo y poder controlar los momentos de estrés.
– Ayuda con la fisioterapia. Trabajar con un profesional para ir reduciendo la rigidez de las vertebras es esencial para poder tener una buena recuperación.
– Contrastes frío-calor. Alternando frío, aplicándolo con una bolsa de hielo sobre la zona afectada, con calor mediante bolsa de agua o compresas calientes, conseguiremos aliviar un poco la tensión de la zona. Podemos usar aceites esenciales para el año, como aceite de lavanda o de romero, para aprovechar su beneficio antiinflamatorio y relajante.
Maria Rosa
Gracias 🙂
Mira Mayra Vega Sanchez
Cristina Sanchez marga Marga Deya Marti
Mira Vanessa Cipriano-Meneses