Esta postura te ayudará cuando te sientas solo; pues todos en algún momento nos sentimos aislados, a pesar de estar rodeados de gente. Es importante revisar que nuestra actitud nos permita “hacer contacto con los otros”. Se amable con los demás, da palabras de reconocimiento, intenta percibir lo mejor de cada quien y bájale el volumen a tu monólogo interno.

Posición: En las dos manos, apoya la punta del pulgar en la base del anular respectivo y dobla el anular y el dedo medio por encima del pulgar. Enlaza los meñiques y une las puntas de los índices extendidos. Coloca tus manos delante del pecho.

Visualización: Imagina que estás rodeado por espejos, sonríe a los espejos y recibe la sonrisa que te devuelven sus reflejos.

Afirmación: “Sonrío al espejo de la vida y el mundo me devuelve una sonrisa, abro mis brazos y acepto la amistad en mi corazón”.

Sirve también Contra el estrés