La piel obtiene todos los nutrientes que precisa para su correcto funcionamiento de dos fuentes distintas: los alimentos y la cosmética. Los productos de belleza que se aplican sobre ella llegan directamente al torrente sanguíneo y después, éste se encarga de distribuirlos allí donde más se necesitan.
Al igual que las sustancias que ingerimos, los activos cosméticos se convierten en elementos esenciales para la renovación de los tejidos. Es por ello que el Ayurveda concibe los cosméticos como “alimentos para la piel”.
Una de las diferencias más remarcables entre los productos de belleza tradicionales y los de origen ayurvédico, es que éstos últimos siempre emplean ingredientes procedentes de las plantas, hierbas, aceites vegetales puros, agua, ghee, miel, leche, frutas y verduras.
Y es que según el Ayurveda, la piel es un órgano vivo, por lo que para garantizar su correcto equilibrio es imprescindible utilizar cosméticos “vivos”, es decir de origen natural. En cambio los productos formulados con moléculas sintéticas, creadas en el laboratorio son inertes, de manera que “no tienen inteligencia”.
Además, según los expertos para que un ingrediente sea efectivo es preciso saber exactamente cuál es el mejor momento para su recolecta, qué método de extracción es el más adecuado y la proporción exacta en la que se debe mezclar con otras hierbas, ya que en un compuesto ayurvédico las plantas se equilibran y se complementan unas con otras.
Plantas con “alma”
…con ellas es posible equilibrar los doshas, nutrir la piel y mitigar enfermedades
Al igual que las personas, las plantas están compuestas por los cinco elementos universales:
Espacio, Aire, Fuego, Agua y Tierra.
Por lo que también se dice que tienen una composición dóshica única en la que predomina uno de los tres doshas:
Vata, Pitta o Kapha (aunque todas posean los tres en distintas proporciones).
Como todo ser vivo, las plantas tienen su esencia, Ojas o fuerza que las protege y les sostiene a la vida. Podría decirse que el Ojas es su esencia, y se hace evidente a través de su aroma y sabor. El aroma garantiza su buena salud porque combate las bacterias, previene las infecciones y la protege de sus enemigos. Podría decirse entonces que la esencia de la planta contiene todas y cada una de sus propiedades curativo-medicinales; considerándose así como el ingrediente activo.
Generalmente, los cosméticos tradicionales emplean dicho activo como la sustancia por excelencia para llevar a cabo su formulación. Sin embargo, en la elaboración de las hierbas ayurvédicas, no sólo se utiliza el activo, sino que se emplea la planta en su totalidad, porque se considera que los otros ingredientes que la componen son también imprescindibles, pues anulan los posibles efectos secundarios del activo.
El Ayurveda clasifica las plantas según su Rasa o sabor. Existen seis rasas o sabores básicos: dulce, ácido, salado, picante, amargo y astringente. En cada uno de ellos predominan dos de los elementos universales y éstos son los que le confieren a la planta una serie de cualidades o atributos. Quizás mediante el siguiente cuadro sea más fácil de entender:
SABOR
Dulce
Ácido
Salado
Picante
Amargo
Astringente
ELEMENTOS
Tierra + Agua
Tierra + Fuego
Agua + Fuego
Fuego + Aire
Aire + Espacio
Aire + Tierra
ATRIBUTOS
Frío, Untuoso, Pesado
Caliente, Pesado, Untuoso
Caliente, Untuoso, Pesado
Caliente, Ligero, Seco
Frío, Ligero, Seco
Frío
Equilibrar los doshas
En búsqueda de la belleza y la salud, el Ayurveda utiliza los sabores de las plantas para ayudar a equilibrar y curar los desequilibrios entre mente-cuerpo; pues se dice que las enfermedades y desequilibrios están directamente relacionados con alguna alteración de los tres doshas.
Contrarrestar estos desequilibrios es posible si se aporta al organismo las proporciones adecuadas de cada uno de estos seis sabores o rasas.
Dicho de otro modo, para compensar cualquier tipo de desequilibrio en alguno de los tres doshas, lo que se debe hacer es abastecer al cuerpo de aquellos sabores y atributos opuestos al dosha que se ha agravado, para así alcanzar la armonía.
TIPO DE PIEL
Vata (seca)
Pitta (sensible)
Kapha (grasa)
RASAS EQUILIBRANTES
Salado, Ácido, Dulce
Amargo, Dulce, Astringente
Picante, Amargo, Astringente
ATRIBUTOS
Caliente, Untuoso, Pesado
Frío, Pesado
Caliente, Ligero, Seco
Vata. Una persona Vata destaca por tener la piel seca, y los atributos que le corresponden son seco, ligero, móvil, frío, áspero y rápido. De manera que para equilibrarse precisará de las propiedades de caliente, untuoso y pesado, o lo que es lo mismo, de los sabores salado, ácido y dulce.
Pitta. Los elementos constitutivos de Pitta son el Fuego y el Agua y sus atributos: caliente, picante, ligero y untuoso. Por lo que para equilibrarse precisará de los sabores amargo, dulce y astringente, que son principalmente fríos, pesados y secos.
Kapha. El dosha Kapha se relaciona con las personas de piel grasa, y su equivalencia es frío, pesado y untuoso. De forma que precisará de los sabores picante, amargo y astringente, para encontrar su correcta armonía.
Cuidados ayurvédicos para una piel + bella
Podría decirse que los signos de la edad empiezan a hacerse evidentes a partir de los 30, justo cuando empiezan a aparecer las primeras arrugas. Después, sobrepasados los 40-50, la cosa empeora a marchas forzadas y muchas de las funciones cutáneas se vuelven significativamente más lentas y sus estructuras comienzan a deteriorarse.
Pero el culpable de muchas de estas imperfecciones no es sólo el paso del tiempo. Y es que como bien sabe la profesional, existen dos tipos de envejecimiento: el fotoenvejecimiento, provocado por la exposición de la piel al medio ambiente, rayos solares, clima, contaminación y agentes químicos.
Y por otro lado, el cronoenvejecimiento, que aparte del paso del tiempo, está directamente relacionado con el estilo de vida que llevamos, así como con los pensamientos negativos. Pues, aunque parezca extraño, éstos últimos influyen, y mucho, sobre el buen aspecto de la piel.
Por este motivo, si mejoramos nuestros hábitos alimentarios, y promovemos nuestros pensamientos y emociones positivas, es posible influir sobre nuestra neurofisiología, retardando así el proceso de envejecimiento y prolongando la belleza de la piel.
Como ya hemos comentado, los síntomas del deterioro cutáneo se deben a desequilibrios en el organismo. Por eso para volver a recuperar su estabilidad, los cosméticos ayurvédicos deben cumplir tres objetivos básicos:
Limpiar. Los deshechos que la propia piel elimina a través de la superficie cutánea, denominados en sánscrito Malas, atraen la suciedad y las bacterias. Por ello, es imprescindible una correcta limpieza. En el Ayurveda se utilizan hierbas pulverizadas, llamadas Ubtans, para limpiar y exfoliar la piel sin privarla de su propia humedad. Al mismo tiempo, la equilibran, nutren, suavizan, reparan, mejoran la circulación y le dan brillo.
Tras el Ubtan, se recomienda aplicar una mascarilla de arcilla y/o hierbas capaz de realizar una limpieza más profunda. La arcilla es la mejor base porque elimina cualquier riesgo de infección y absorbe todas las impurezas. No sólo evita la aparición de espinillas y acné, sino que además estimula las capas más profundas de la piel, favoreciendo la regeneración celular. Asimismo, es una rica fuente de minerales, por lo que es altamente nutritiva. Se recomienda utilizar estas mascarillas una o dos veces por semana.
Nutrir e hidratar. En el Ayurveda, los mejores productos para nutrir la piel son los aceites vegetales puros medicados con extractos de plantas. Y como cada piel es distinta y posee un dosha dominante concreto, lógicamente el tipo de planta a utilizar debe elegirse teniendo en cuenta el dosha.
Los aceites ayurvédicos no sólo mejoran la circulación y fortalecen el tejido conectivo, reduciendo las arrugas, sino que nutren, hidratan y dan fuerza a todos los tejidos del cuerpo o dathus.
Y como escribe el Dr. Robert Svoboda, “El aceite es alimento para tu piel, las cremas que contienen plantas medicinales rejuvenecedoras adecuadas para tu dosha pueden considerarse su bebida.”
Rasayanas: Hierbas rejuvenecedoras.
Los textos ayurvédicos denominan Rasayana a aquellas hierbas especiales que, o bien solas o bien combinadas, destacan por sus propiedades para corregir la pérdida de memoria de las células, por lo que son excelentes “rejuvenecedores celulares”. De hecho, la palabra Rasayana se podría traducir como “alimentación de la esencia de la vida”.
Tanto es así que los Rasayanas están íntimamente vinculados con la comida india, se incluyen en casi todos los tónicos medicinales, así como en muchos de los productos de belleza antiedad. Algunas de estas plantas que se pueden encontrar en la herboristería occidental son:
Gotu kola y ajo (ideal para el Vata dosha)
Aloe vera y azafrán (recomendado para el Pitta dosha)
Helenio y miel (que se aconsejan para el Kapha dosha)
Sin embargo, los rasayana más poderosos sólo tienen nombres indios.
Algunos de ellos, entre otros, son:
Amla o amalaki (emblica officinalis), Haritaki (terminalia chebula), guggul y ashwaghanda..
Gracias<3
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Gracias por sus magníficas publicaciones…