Hay personas sobre las que sin aparente motivo se cierne la sospecha de que mienten y a la inversa, ¿ por qué ocurre esto? ¿ por qué nos creen cuando mentimos o no lo hacen cuando decimos la verdad? En este post te lo contamos.

¿Te consideras una persona honesta o eres más del tipo mentirosa? No importa la respuesta, ya que tu cara podría contar algo diferente.

De acuerdo a un estudio reciente, no importa qué tan honesta digas o pienses ser, tu cara tiene más que ver con la forma en que los otros te perciben.

Así funciona: A los 33 milisegundos de conocer a alguien, la amígdala (que es básicamente el sistema de alarma del cerebro que percibe cualquier posible peligro) ya ha analizado la cara de la persona y juzgado su confiabilidad.

Es una de las muchas maneras en que el cerebro recoge las señales sociales. Y todo radica en la estructura ósea de una persona.

Un estudio, que analizó los rostros de delincuentes y cómo la gente honesta los percibe, mostró que los pómulos prominentes, las cejas altas y una cara redonda hace que alguien parezca más digno de confianza, incluso si el sujeto era un asesino y estaba mintiendo acerca de ser inocente.

Por otro lado, alguien con las cejas hacia abajo (también conocido como tener un «ceño fruncido») y las mejillas hundidas, se percibe como menos confiable y honesto. En el estudio, las personas eran más propensas a pensar que los sujetos con estas características habían cometido un crimen, incluso si eran inocentes.

Por lo tanto, si fuiste favorecido con las características de una persona «de confianza», probablemente las personas creen en ti constantemente aunque les mientas…

Entonces, si no podemos fiarnos de nuestra Amigdala ¿ cómo podemos saber si nos están mintiendo?

Mentirosos hay en todas partes, y muchos de ellos lo hacen tan bien que es difícil darse cuenta de que no dicen la verdad, pero hay signos más fiables que la foema de nuestros pómulos para determinar si una persona miente, aquí te mostramos algunos de ellos.

1.Su relato suele ser inconsistente

Para saber si alguien miente, busca errores en lo que está diciendo. Presta atención y fíjate si hay algo que no corresponde con lo que está hablando. Si por ejemplo, el potencial mentiroso te dice que un día estuvo en un lugar pero un tiempo después cambia su versión, es señal muy clara de que estás frente a una mentira.

2. No le cuenta a todos lo mismo

Otro de los rasgos que definen a un mentiroso es su capacidad de contar historias diferentes de acuerdo a quien las escuche. Si tienes dudas sobre algún conocido y tienen amigos en común, la solución es sencilla, pues bastará con preguntarle a dichos amigos sobre lo que esa persona te contó y comparar con las historias que ellos escucharon. Si son totalmente diferentes es señal de que las mentiras gobiernan su vida.

Pero ¿por qué hace esto? Pues bien, puede tener diferentes motivos para mentir tales como salir airoso de una discusión o de un problema e incluso enfrentar amigos o familiares para obtener provecho.

Puede ser también que trate de llamar la atención con historias inventadas que obliguen a quienes lo rodean a admirarlo y a prestar atención a sus logros ficticios.

3.No esperan actitudes sorpresivas

El mentiroso, sobre todo si es patológico, hace de sus mentiras una forma de vida, y las cuentan tan bien que se convierten en expertos en el tema. Sin embargo la cosa cambia cuando quien los escucha hace o dice algo inesperado que los descoloca.

4. Si sospechas de su relato se pone a la defensiva

Si siente que estás a punto de descubrir sus mentiras, se pondrá a la defensiva, se enojará y puede decir cualquier cosa para hacerte confundir, llevar la discusión para otro lado y evadir la situación. El nerviosismo y el enojo es una forma de cubrirse.

5.Presta atención a sus expresiones, al lenguaje corporal

El mentiroso se caracteriza por mostrar una sonrisa falsa todo el tiempo. Además tiene gestos que son distintivos como rascarse la nariz, tirar del lóbulo de su oreja o juguetear nerviosamente con su pelo. Inclusive algunos mentirosos no pueden mirar mucho tiempo a los ojos, pues desvían a los pocos minutos la mirada y no la fijan en ningún punto en particular, o guiñan un ojo como el presidente de un país de cuyo nombre no consigo acordarme…

Estos rasgos y actitudes que definen a un mentiroso, pueden resultarte un tanto dificultosos de detectar al principio, pero con el tiempo y la práctica, sabrás perfectamente quien te miente y quien te dice la verdad.