La batata, así como el boniato o camote, pertenece a la familia de las convolvulaceae. Es el tubérculo que se obtiene de la planta del mismo nombre y que se consume como hortaliza. Pesa entre 0,5 y 3 kg y presenta una forma alargada, aunque existen ejemplares casi esféricos. Existen más de 400 variedades de batata que se diferencian
tanto por el color de su piel y de la carne como por su textura, suave o áspera. Las variedades más destacables son: la batata acuática (Ipomoea aquatica), originaria de las zonas tropicales —donde se cultiva con exclusividad—, y el boniato, que se caracteriza por presentar una carne anaranjada y dulce.

Estacionalidad
La batata es una planta tropical y no soporta las bajas temperaturas. Las condiciones idóneas para su cultivo son: una temperatura media durante el periodo de crecimiento superior a los 21º C, un ambiente húmedo y buena luminosidad. La temperatura mínima de crecimiento es 12º C. La plantación —según la zona de cultivo— puede variar su época, pero en general se realiza durante los meses de abril y junio. En los climas más cálidos puede escogerse cualquier época, siempre durante la estación seca, aportando riegos abundantes. Cinco o seis meses después de la plantación se pueden empezar a recolectar las batatas, normalmente durante los meses de octubre y noviembre.

Porción comestible
79 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.
Fuente de nutrientes y sustancias no nutritivas Hidratos de carbono, vitaminas A,C y E, b-carotenos, potasio y fósforo.

Valoración nutricional
Las batatas son alimentos muy energéticos por su riqueza en hidratos de carbono. Presentan sabor dulce debido al elevado contenido en azúcares que, normalmente, resulta mayor cuanto más cerca del ecuador se halle la zona de cultivo. Por su contenido en azúcares e hidratos de carbono complejos (almidón), la batata es un alimento adecuado para niños, personas que realizan esfuerzos físicos importantes, o aquellas que se encuentran debilitadas o convalecientes. En general, sus características nutritivas, facilidad de cultivo y productividad, le convierten en un alimento muy eficaz en la lucha contra la desnutrición. Sin embargo, en caso de sobrepeso, obesidad o diabetes, se ha de moderar la cantidad y frecuencia de su consumo. En cuanto al contenido vitamínico cabe destacar el aporte de vitamina A, en especial en las variedades cuya carne es de color amarillo a naranja intenso. También destaca su alto contenido en b-carotenos. Una batata de pulpa anaranjada con un peso medio de 150 g aporta el 79% y 99% de las ingestas recomendadas de vitamina A para hombres y mujeres de 20 a 39 años respectivamente. Por ello, sólo el consumo de este alimento, es suficiente para reducir significativamente, o eliminar, la carencia de vitamina A. Recordar que la deficiencia de vitamina A debilita el sistema inmunológico —especialmente en los niños— y los hace vulnerables a enfermedades como el sarampión, la malaria, las diarreas e incluso la ceguera. Otras vitaminas que se encuentran en cantidades considerables son la vitamina C (si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción) y la E. En cantidades inferiores están presentes el ácido fólico y la vitamina
B6. En cuanto a su contenido en minerales, el potasio y el fósforo son los micronutrientes más destacados.

 

 

 

batata