Propiedades nutricionales de las Habas

Las Habas (Vicia faba) da nombre a la familia de las fabáceas, de la cual es la especie tipo.

Es una planta herbácea anual, trepadora, de unos 75cm de alto.

Las matas tienen un tallo grueso y erecto, con hojas compuestas, y un tosco follaje verde grisáceo.

Las flores son blancas (rojas en algunos cultivares) con una mancha central negruzca.

Se arraciman en las axilas foliares superiores y van seguidas por vainas vellosas, carnosas, de hasta 60 cm de largo, pero normalmente mucho más cortas.

La vaina, de color verde en estado inmaduro, se oscurece y se vuelve pubescente al secarse.

Dentro de esta vaina se ubican las semillas, de 2 a 9 por vaina y puestas en fila, que son tiernas cuando no han madurado, reniformes y de color blanco, verde, o rara vez, carmesí.

La raíz del haba crece en profundidad hasta alcanzar un largo similar al del tallo.

Como otras fabáceas, los nódulos de la misma tienen la propiedad de fijar nitrógeno en el suelo, por lo que el cultivo se emplea en sistemas de rotación para fortalecer suelos agotados.

Las tres variedades del haba se distinguen sobre todo por el tamaño de sus semillas.

Todas se cultivan indistintamente.

— En Vicia faba var. minor, las semillas son pequeñas, pesando entre 0,3 y 0,7 g cada una, y de forma elipsoidal. La vaina es cilíndrica y alcanza los 15 cm de largo.

— En Vicia faba var. equina, las semillas son de tamaño mediano y chatas, pesando entre 0,7 y 1,1 g. Las vainas son moderadamente dehiscentes.

— En Vicia faba var. major, la más usada para consumo fresco, las semillas pesan entre 1,2 y 1,8 g. La vaina es indehiscente y alcanza 35 cm de largo. El cultivar más extendido, el llamado aguadulce, pertenece a esta variedad.
Se cree que el haba fue una de las primeras plantas cultivadas, y se han encontrado semillas en excavaciones arqueológicas en Oriente Próximo que se remontan a miles de años.

Estacionalidad

Hoy en día, el haba se cultiva fácilmente en cualquier clima. Es un cultivo de invernal a primaveral, que necesita un clima templado.

Suelen sembrarse en otoño, en un suelo bien drenado, abonado con cal y estiércol, a poder ser siguiendo a un cultivo no leguminoso en la misma parcela.

En sitios con heladas muy rigurosas hay que retrasar la siembra hasta principios de primavera.

Las habas se cosechan cuando todavía están tiernas, normalmente dos o tres meses después de plantarlas.

Porción comestible

— Habas con vaina: 30 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.

— Habas desgranadas: 100 gramos por cada 100 gramos de producto fresco.

Fuente de nutrientes y sustancias no nutritivas Fibra, hierro, fósforo, vitamina C y folatos.

Habas

Valoración nutricional

Las habas frescas proporcionan proteínas e hidratos de carbono. Su importante aporte de fibra, procedente de la piel, facilita la movilidad intestinal y evita el estreñimiento; aunque también aumenta, junto a algunos  oligosacáridos (rafinosa, estaquiosa) la flatulencia, al ser fermentados por la flora intestinal.

Las habas frescas tienen mucha menos cantidad de hidratos de carbono complejos (almidón) que las secas, por lo que son menos calóricas, lo que resulta interesante en dietas de control de peso.

Respecto a su contenido de vitaminas destacan la vitamina C y los folatos, seguidos de la tiamina y la niacina.

En cuanto a su contenido mineral, cabe destacar la presencia de hierro y fósforo; y en menor cantidad, potasio y magnesio.