La aromacología es la ciencia que estudia el impacto psicológico que poseen los aromas (es decir, cómo afectan la mente, las emociones y la conducta humana), y cómo estos pueden emplearse para mejorar el placer general de los individuos y de la población.
AROMACOLOGÍA
En efecto, las fragancias pueden desencadenar auténticas imágenes cerebrales ( en forma de evocación o asociación de ideas) que de ser agradables, favorecerán el equilibrio del sistema nervioso, endocrino e inmune, y mejorarán el rendimiento que cada persona tiene en sus tareas cotidianas(trabajo, compras, estudio, sueño, etc.).

Esta “influencia psicológica” se materializa a través de la modificación del terreno aromático en el cual las personas se desenvuelven, mediante la inclusión de fragancias en productos de limpieza, aromatizantes de ambientes, cosméticos industriales, entre otros.

¿AROMACOLOGÍA O AROMATERAPIA?

Muchas veces hayamos productos que en su etiqueta dicen “aromaterapia” cuando en realidad deberían enunciar “aromacología”, o simplemente “aromáticos”. Este mal uso de términos por parte de la industria, sumado a la falta de información sobre el tema, han llevado a confundir dos disciplinas similares, pero diferentes.

Similares porque ambas se encuentran relacionadas con los aromas, estudian los efectos que estos tienen sobre las personas, y los usan para crear ambientes especiales. Y diferentes porque:

La AROMATERAPIA ha sido empleada desde tiempos inmemoriales por casi todas las culturas.

Consiste en la utilización de aceites esenciales para tratar o prevenir enfermedades físicas y emocionales. Es considerada una terapia complementaria, y como tal, debe ser practicada por terapeutas avezados en el tema, capacitados para diagnosticar y establecer el tratamiento adecuado a cada caso particular ( lo cual minimizará el riesgo de posibles respuestas alérgicas).

Los aceites esenciales son sustancias vitales, volátiles y altamente concentradas, obtenidas de las plantas a través de procesos específicos ( como por ejemplo, la destilación y la presión en frío). Debido a su complejidad, no se han podido lograr sintéticamente, por lo que se obtienen única y exclusivamente de la naturaleza.

En aromaterapia se utilizan sólo aceites esenciales puros, los cuales no pueden reemplazarse ni combinarse con esencias sintéticas.

La AROMACOLOGÍA, en cambio, surgió a inicios del siglo XX, con el aislamiento y la síntesis de los principios activos de las plantas. Al comienzo era una disciplina sin nombre, la cual fue bautizada recién en la década de 1970 por Annette Green, presidenta emérita de “The Fragance Foundation”.

En aromacología no se distingue entre aceite esenciales y fragancias (o esencias sintéticas), los cuales pueden utilizarse por separado o pueden combinarse para lograr un abanico de aromas.
En la actualidad, su uso es mayormente cosmético ( altamente explotado por las industrias de los perfumes) y ornamental ( aromatizantes de ropa, ambientes, etc.).

¿COMO DIFERENCIAR LOS PRODUCTOS?

Lo primero es mirar la lista de ingredientes: si se encuentra el término “fragancia” (o “esencia”) seguramente se trata de un producto aromacológico (con aromas sintéticos); si en cambio dice “aceite esencial de…” es muy probable que se trate de un producto aromaterapéutico.

Otra diferencia suele ser el costo: dado su complicado proceso de obtención, los aceites esenciales tienden a ser mas caros. Sin embargo esto no supone que todo producto costoso sea aromaterapéutico.