LOS CINCO VAYÚS PRÁNICOS
vayus

Los tratados indos hablan frecuentemente de los cinco principales vayús pránicos, cuya situación señala brevemente el samhita Gheranda, como sigue:

“El prana actúa siempre en el corazón; el apana en la esfera del ano; el samana en la región del ombligo; el udana en la garganta; y el viana penetra todo el cuerpo” .

Numerosos otros libros dan la misma descripción y nada más dicen acerca de sus funciones, aunque algunos añaden pocos más informes, como siguen:

“El aire llamado viana es la parte esencial de todos los nervios. El alimento, tan pronto como ingerido, queda descompuesto en dos por dicho aire. Al entrar cerca del ano separa las porciones sólidas de las líquidas.

Al colocar el agua sobre el fuego y lo sólido sobre el agua, el prana, que está debajo del fuego, lo inflama lentamente. El fuego, inflamado por el aire, separa la substancia de los desechos.

El aire viana difunde la esencia por todas partes, y los desechos se expulsan del cuerpo forzados por los
doce portales.

Los cinco aires así descritos concuerdan adecuadamente con las cinco modalidades de vitalidad que hemos observado.

En los tratados indos la palabra prana suele significar también aliento, acaso porque al respirar absorbemos asimismo glóbulos de vitalidad.

El principal objeto de la respiración es inhalar oxígeno del aire, que pasa a los pulmones, y expeler el nitrógeno con el cual está mezclado en la atmósfera.

El glóbulo de vitalidad es el principal constituyente del átomo de oxígeno.

El corpúsculo positivo es el glóbulo de vitalidad y de su virtud proviene la extraordinaria energía del oxígeno.

Al llegar el oxígeno a los pulmones en la función respiratoria desprende los glóbulos de vitalidad que se combinan con otras substancias para formar algunos de los principales constituyentes de la sangre.

Así es que mientras la vitalidad se difunde desde el bazo por todo el doble etéreo, la «esencia» mencionada en la cita del purana Garuda se distribuye por todo el cuerpo denso.

VITALIDAD Y SALUD

El flujo vital de estas diversas corrientes regula la salud de las partes del cuerpo por donde pasan. Si una persona sufre trastornos digestivos, se lo conocerá quien posea vista etérea, porque la corriente vital de color verde será lenta o escasa.

Si la corriente amarilla es intensa y copiosa producirá el vigor y regularidad del funcionamiento del corazón, al paso que al fluir en torno del chakra cardíaco interpenetrará la sangre impelida por el corazón y con ella se difundirá por todo el cuerpo.

Sin embargo, también va al cerebro parte de la corriente amarilla, y parece que el vigor de los pensamientos metafísicos y filosóficos depende en gran parte del volumen e intensidad de la corriente amarilla con el correspondiente despertamiento de la flor dodecapétala situada en el centro del chakra coronal.

Los altos pensamientos y nobles emociones de elevada espiritualidad parece que dependen mayormente del rayo violado, mientras que el vigor de los ordinarios pensamientos está estimulado por la acción del azul mezclado con parte del amarillo.

En algunas modalidades de idiotez hay completa inhibición de los flujos de vitalidad amarilla y azul-violada que debieran bañar el cerebro.

La extraordinaria actividad o mucho volumen del azul pálido que penetra por el chakra laríngeo mantiene la salud y vigor de los órganos de esta región del cuerpo.

Da fuerza y elasticidad a las cuerdas vocales, de modo que en los oradores y cantantes aparece dicha corriente como si estuviera dotada de mucha brillantez y actividad.

La debilidad o dolencia en cualquier parte del cuerpo va acompañada de la escasez o falta de flujo de vitalidad en aquella parte.