Relación emocional y Órganos: Cerebro

ACCIDENTE CEREBRO – VASCULAR

Este tipo de dolencia está vinculado con la circulación sanguínea y los vasos sanguíneos.

Puede manifestarse en varias situaciones que todas están vinculadas con el amor.

Este tipo de accidente es una reacción muy fuerte, un “no” categórico a una situación que me niego a vivir.

Vivo una resistencia o una amargura interior relacionada con el amor, el proceso de la vida, los cambios y los acontecimientos (incapacidad, vejez, fin de un ciclo…).

La primera manifestación de este tipo de dolencia es la alta presión causada por el encogimiento o el estrechamiento de mis arterias que expresan el amor.

La presión sube porque intento conservar las cosas como son.

La arteria afectada se sitúa al nivel del cerebro, sede de los principios fundamentales de mi existencia.

Esta arteria puede encoger, hacer rupturas y lastimar gravemente el tejido cerebral y la actividad general del cerebro.

Un achaque grave (o un coagulo sanguíneo) puede causar la fin de un ciclo o la parálisis. Me duele tanto interiormente que deseo dejar este universo!

Mis dolores interiores y las emociones disimuladas y reprimidas me impiden expresar todo mi potencial de amor.

Todos mis miedos se amplían (la pérdida de un ser querido, la entrada en una residencia de jubilados, la soledad y la ausencia de sostén afectivo, lejos de la gente a quien amo, menos atención y de cuidados, etc.) y mi vida ya no vale la pena ser vivida.

Ya no consigo adaptarme a los cambios futuros porque es demasiado duro para mí.

El amor es el principio fundamental de toda vida. Compruebo los síntomas posibles de un tal accidente y estoy a la escucha de mi voz interior.

Si necesito amor y atención, lo pido porque es importante para mí.

Acepto esta situación accidental o el achaque cardíaco potencial porque me indica que debo mantenerme abierto al amor divino y que este amor divino cuidará de colmar mis necesidades.

Bajo el efecto de un cuerpo extraño o de un coagulo en una arteria, o a causa de una pared interna más espesa de una arteria, ésta puede obstruirse, impidiendo que la sangre nutra una parte del cerebro.

Esto se llama un accidente cerebro – vascular isquémico o infarto cerebral.

Un miedo a perder mi autonomía asociado a un golpe emocional puede hacerme vivir esta situación.

La parte del cerebro afectada así como las funciones que se vinculan a ella (palabra, locomoción, equilibrio, etc.) me indican bajo cual aspecto se manifiesta este miedo a mi vida.

Puedo tener la sensación de coger los medios en lo que quiera vivir.

En el caso de accidentes cerebro – vasculares hemorrágicos, es una arteria que estalla, lo cual produce una pérdida de sangre en una parte del cerebro.

Puede que viva una tensión tan grande en mi medio familiar o de trabajo que la tensión acumulada se libera por este estallido de alegría de vivir (la sangre) que simboliza toda la pena que vivo en esta situación.

Según si el accidente se vive en la parte derecha del cerebro (lado intuitivo) o del lado izquierdo (lado racional), podré identificar más el mensaje que me da mi cuerpo, hacer la paz conmigo mismo y restablecerme más rápidamente.

Visualizo mi cerebro inmerso en un líquido hecho de luz blanca y dorada para permitir a todas mis células nerviosas regenerarse o repartir el trabajo de un nuevo modo para que pueda recobrar la salud más rápidamente.