El resfriado es una afección que provoca tos y pérdidas nasales.

Da también agujetas, cansancio; la nariz se obstruye.

Es muy frecuente y contagiosa. Ya que un germen o un virus están afectando mi organismo, esto revela un fallo de mi sistema inmunitario.

Esto puede proceder de la confusión de mis pensamientos, del hecho que “ya no sé por dónde empezar”.

Entonces me pregunto cómo hacer.

El resfriado me aporta entonces un tiempo de respiro en el cual puedo “protegerme” de la gente durante cierto tiempo y “conservar mis distancias”.

Ya que hay liberación de secreciones, vivo probablemente una situación emocional particular que me afecta y frente a la cual vivo lleno de emociones que sólo quieren ser liberadas.

¿Hay algo sobre lo cual realmente quiero llorar sin admitirlo?

¿Ya que mi nariz está obstruida, hay una persona o una situación que “me huele mal” y que quiero evitar oler?

El resfriado puede afectar tanto el pecho (el cuerpo) como la cabeza (mente) y puede que haya un desequilibrio porque pongo toda mi atención en el uno ignorando el otro.

Necesito un tiempo de pausa para permitirme ver claro en mi vida. Necesito recuperar fuerzas.

Adopto nuevas actitudes y nuevos comportamientos.

Hago la limpieza en mi vida y dejo de dejarme influenciar por las creencias populares (“el resfriado golpea fuerte este invierno!” o “siempre tengo un resfriado cuando llega el mes de diciembre”).

La armonía así puede instalarse y me vuelvo dueño de mi vida.