La muñeca es la articulación que une el antebrazo a la mano. Los traumatismos al nivel de la muñeca son frecuentes y peligrosos para una articulación tan sensible y compleja. Los problemas más comunes son:

DOLOR, ESGUINCE, FRACTURA y el TÚNEL CARPIANO BLOQUEADO.

Cualquier articulación representa la flexibilidad de la persona, por lo que un problema en la muñeca denota una falta de flexibilidad en su forma de decidir para qué deben servir sus manos. Esta persona no se concede el derecho a utilizarlas para hacer algo que le plazca por miedo a no estar a la altura o a equivocarse.

Por lo tanto, las utiliza para hacer otras cosas intentando probar su valor de este modo. Se exige demasiado y quizás piense que no se merece hacer un trabajo divertido; se siente culpable por ello. Suele ser una persona que trabaja con sus propios medios y haciendo grandes esfuerzos.

Tu muñeca te dice que tu forma de pensar es demasiado rígida.

Si crees que lo que quieres hacer es demasiado para ti, que no estás a la altura de esa tarea, tu cuerpo te dice que no es cierto. Y, al contrario, si crees que alguien abusa de ti por medio de lo que haces, tu cuerpo te dice que no es cierto.

Cualquier tarea debe ser hecha con amor y no con miedo, culpabilidad o expectativas.

Además, si la muñeca derecha es la afectada, ello se relaciona con tu capacidad de dar; si es el lado izquierdo, con tu capacidad de recibir.

El mensaje que recibes es que te sueltes y actúes con amor, aceptación y agradecimiento.

También puedes permitirte obtener ayuda u orientación.

Las muñecas son las articulaciones, los pivotes que permiten la movilidad y la flexibilidad de mis manos y que me vinculan a mis ante – brazos.

Una rigidez en las muñecas me impide pues tomar con armonía o elegir todo lo que la vida me presenta. Hay pues una obstrucción, un bloqueo o una negación frente a las acciones que debería hacer.

Las actividades que pedían habilidad están afectadas.

El dolor en las muñecas puede representar energía reprimida referente a algo que debe hacerse pero que retengo y no hago. La fractura o la torcedura me indican un profundo conflicto de expresión frente a la vida y cómo ésta se sirve de mí para hacer su obra. Debo inmovilizarme y no mover las manos.

Debo reflexionar sobre estos dolores de modo a tomar consciencia del hecho que necesito liberar estas energías con amor y confianza, porque su libre circulación me permitirá actuar de modo constructivo a través de estas acciones.