Cuando nos separamos de un ser querido, aveces nos quedamos congelados porque no sabemos como superar una separación, ya sea porque nos pillo por sorpresa o porque simplemente pensamos que nunca sucedería… El comienzo de un Año Nuevo es una buena oportunidad para dejar atrás todo lo negativo que nos pasó durante el año anterior. Normalmente hacemos listas de resoluciones, hábitos que queremos cambiar, y nuevas metas que estamos dispuestas a alcanzar. Pero si durante el año pasado tuvimos que vivir una separación de pareja, hacer borrón y cuenta nueva es un proceso muy difícil, sobre todo si fue la otra persona quien decidió terminar la relación.

Tal vez nos sentimos frágiles, descartadas, o consumidas por la tristeza, rabia, impotencia, vergüenza o deshonra. Y es que duele mucho no ser elegidas por la persona que nosotras habíamos elegido, ser abandonadas por quien creímos nos protegería del dolor, ser traicionadas por quien conocía nuestro lado más vulnerable y no lo respetó.

Seguramente nuestras amigas nos insistan que es mejor así, que al menos ahora podremos encontrar una pareja que realmente nos quiera y nos aprecie. Pero eso es difícil de creer cuando las heridas son recientes, o cuando todavía sentimos dolor profundo por lo que nos ocurrió. Superar una relación de pareja requiere de mucha disciplina, mucho amor propio y mucha ayuda. Necesitamos espacio físico, mental y emocional para curar, así como el apoyo de nuestros seres queridos e incluso, a veces, de un profesional capacitado.

Enmendar un corazón roto lleva tanto o más tiempo que curar una fractura física: si no se hace con el debido tiempo y cuidado, el hueso no se recupera y la función del brazo o del pie se ve disminuida. Lo mismo ocurre con nuestra capacidad de amar: si no trabajamos los aspectos emocionales en torno a la ruptura, difícilmente podremos amar de manera plena otra vez, sin sentir miedo y disfrutando completamente de nuestra nueva pareja.

¿CÓMO COMENZAR EL NUEVO AÑO CON UN CORAZÓN ABIERTO?

Hoy te queremos dar algunos consejos para que puedas dejar atrás tu separación y comenzar el nuevo año con un corazón abierto, creyendo en ti misma y en tu poder personal.

1- Lo primero que tenemos que hacer es comprender que una separación no es sinónimo de fracaso personal.

Vivimos en una cultura que cree que si encontramos la persona ideal, entonces todo irá bien juntos y seremos felices para siempre. Pero ¿quién no conoce parejas que han estado juntas por muchos años y viven reprochándose, peleándose, engañándose, y no se separan por miedo a estar solos o temor al “qué dirán”?

Sin embargo, en nuestra sociedad creemos que cuanto más tiempo una pareja ha estado junta, más valor tiene su unión; sólo basta con comparar las “bodas de papel” con las “bodas de oro”, por ejemplo. También tenemos esa fantasía de que, como el amor verdadero dura para siempre, si hay un divorcio la relación no era “real” y tu pareja no era la adecuada para ti.

Pero una persona puede haber sido la adecuada para ti por el tiempo que duró la relación, hasta que alguno de ustedes comenzó un proceso de cambio interno. No hablamos de fracaso, solamente comprendemos que la relación cumplió su ciclo y que tú y tu pareja aprendieron de ella lo que tenían que aprender.

De la misma manera, una relación puede haber sido relativamente corta y sin embargo muy profunda, y los comentarios como “sólo estuviste con él / ella por dos años” pueden hacernos mucho daño y evitar que realicemos el debido proceso de duelo.

Es fundamental recordar que una pareja ideal es aquella que nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual, independientemente de su duración. Debemos evaluar nuestras relaciones de pareja a la luz de su calidad, del grado en el cual fuimos capaces (o no) de amar plenamente, del conocimiento emocional adquirido, de nuestra forma de ser tolerantes, vulnerables, y de admitir y corregir nuestros defectos.

2- Otro error que cometemos al evaluar nuestra relación, especialmente si hemos sido engañadas o abandonadas, es concentrarnos en todo lo que nuestro ex hizo mal.

Sí, seguramente nos mostró un lado oscuro de su personalidad y se portó de manera deplorable, pero pasarnos el día pensando en cómo nos hirió sólo refuerza nuestra creencia de que nosotras somos víctimas de las circunstancias, y nos quita nuestro poder personal para recomenzar nuestra vida.Cuando notes que estás acusando mentalmente a tu ex y caigas en un estado de depresión o rabia, recuerda que en cada separación existen dos personas, y cada una conlleva un mayor o menor grado de responsabilidad por la disolución de la pareja. Si tú sólo contribuiste un 2% a que esa relación se acabase, entonces debes concentrar tu energía en trabajar ese 2%. ¿Qué errores de la separación fueron tuyos, y qué creencias (de tu pareja, de la sociedad) interiorizaste que debes dejar ir? ¿Qué hábitos debes cambiar para no seguir acarreándolos a otra relación amorosa?

Aprender de nuestros errores, ser conscientes de nuestras necesidades y carencias es la mejor forma de cerrar ciclos y abrirnos a nuevas posibilidades en nuestra vida íntima, para que otra relación más feliz y saludable pueda nacer.

3- Tal vez ése sea uno de los puntos más duros de comprender: queremos ser amadas, tener una nueva relación de pareja, pero todavía estamos de duelo.

Y es que, por más que queramos apurar el proceso, no existe un período fijo para recuperarse de una separación, y cada proceso de duelo es personal y único. Una separación externa puede ser muy rápida, pero romper los lazos internos que nos atan a la ex pareja puede llevar mucho tiempo.

Esto es por dos motivos: primero, el duelo es un proceso y no un resultado. Es decir, si estás esperando que llegue el momento en el que tú comprendas todos los aspectos de tu separación y los aceptes plenamente, vas a esperar mucho rato. Porque cada duelo conlleva consigo un elemento de desconsuelo:

Siempre va a haber un aspecto no resuelto de tu pérdida, algo que no podrás explicar de la actitud de tu ex o de la situación, pero siempre habrán suficientes elementos que podrás trabajar y curar para superar la separación y culminar el proceso de duelo.

El segundo punto que debemos comprender es que no sólo estamos de duelo por la otra persona y por la relación, sino que también estamos de duelo por nosotras mismas. La tristeza al final de una relación es en parte porque nuestras necesidades de afecto, protección, cariño y compañía ya no están siendo cubiertas. Probablemente, al re evaluar la relación, nos demos cuenta que nuestro ex ya no estaba cubriendo esas necesidades por mucho tiempo, pero nosotras no nos dábamos cuenta porque estábamos ocupadas, desconectadas, o era más fácil ignorarlo.

Lo más importante de este punto es aceptar que, si bien es hermoso estar en una relación con alguien que nos complementa, la responsabilidad por nuestras necesidades emocionales es principalmente nuestra. Como adultas, debemos aprender a identificar qué es lo que nos hace felices, y cómo podemos nosotras mismas brindarnos ese afecto, protección y cariño sin depender de los demás. Es entonces que el proceso de duelo comienza a cerrarse, y que podemos conectarnos con otro adulto auténtico que sepa cubrir sus propias necesidades emocionales. Y comenzar una nueva relación desde un lugar de poder personal, con una base sólida.

4- Para terminar, quiero recordarte que esta ruptura que has vivido, por más dolorosa que sea ahora, puede transformarse en tu gran aliada si la sabes trabajar. Una relación que se disuelve es una oportunidad de identificar y transformar nuestros patrones negativos, de iniciar el camino de la recuperación con la intención de construir algo hermoso de esta situación triste, y de crear herramientas de auto conocimiento que nos duren de por vida.

Podemos dejar ir una relación con dignidad, sin ser marcadas o destrozadas para siempre por la experiencia, minimizando el dolor que nos causamos a nosotras mismas, a nuestro ex, y a nuestros seres queridos, creando una nueva estructura de vida que respete nuestras necesidades emocionales y nos permita seguir adelante con cariño y esperanza.

TU MANTRA DURANTE LA SEPARACIÓN

Si estás necesitando una frase que te guíe en tu proceso de separación, puedes repetir este mantra dos veces por día durante un mes, y observar cómo tus emociones van evolucionando.

“Me abro a recibir los regalos que esta relación me trajo. Sé que esta relación me enseñó algo sobre mi capacidad de amar. Amar a otro y amarme a mí misma. La llama del amor sigue viva en mí, a pesar de todos los desafíos que he encontrado.

Cuido, honro y atesoro mi capacidad de amar, y la recupero cada día con humildad y agradecimiento por todos los dones recibidos.”

Con cariño,

Elisa.