Qué es
La cefalea o dolor de cabeza representa una de las formas más comunes de dolor en la raza humana. Generalmente el dolor de cabeza se presenta de forma intermitente. Las formas más frecuentes corresponden a la migraña o jaqueca y a la cefalea de tensión.
Tanto las cefaleas crónicas como las recidivantes pueden provocar dolor y angustia, pero es infrecuente que reflejen un problema grave de salud. Sin embargo, cualquier cambio en el patrón o la naturaleza del dolor de cabeza podría ser el síntoma de un problema grave (por ejemplo, un dolor que era esporádico cambie a frecuente, o de leve a agudo), y por este motivo se debería solicitar la asistencia médica lo antes posible.
Causas
Estas son las causas más comunes:
Herencia: una gran mayoría de pacientes migrañosos tienen padres o hermanos con migraña. Aunque la forma de herencia no está totalmente establecida, en algunas formas especiales de migraña (migraña hemipléjica familiar) ya se ha identificado el gen que la transmite situado en el cromosoma 9.
Edad: existe migraña en la infancia; aunque es menos frecuente. A estas edades la migraña se presenta por igual en niños y niñas. A partir de la pubertad y debido a los cambios hormonales, se dispara la incidencia de migraña en las mujeres.
Estrés: Es independiente del tipo de estrés y de los factores que lo desencadenan.
Alimentos: chocolate, cacao, vainilla, plátano, frutos secos, cítricos, aditivos de comidas basura, salchichas, quesos fermentados, picantes (alimentos que contengan sustancias con tiramina, glutamato monosódico).
Alcohol: independientemente del tipo, sin embargo, los vinos tintos que contienen taninos suelen desencadenar migraña con mayor frecuencia.
Cambios hormonales: la incidencia de la migraña se dispara en las mujeres tras la aparición de menarquia. La migraña suele empeorar con la ovulación y la menstruación, así como con la toma de anticonceptivos orales. El embarazo suele mejorar transitoriamente la migraña y muchas mujeres mejoran extraordinariamente cuando desaparece la menstruación.
Cambios climáticos: no existe un patrón climatológico para la migraña.
Falta o exceso de sueño.
Fármacos (vasodilatadores, nitritos, etcétera).
Además de estas causas generales, hay otras específicas relacionadas con el tipo de cefalea que se padezca. Así, en el caso de la cefalea de tensión y según estudios recientes, las causas podrían encontrarse en la zona trigémino-cervical de la cabeza y, más concretamente, en la hiperactividad de los músculos que se encuentran en esta región. En el caso de la cefalea en racimos, el origen apunta posiblemente al hipotálamo como fuente del dolor.
Factores cronificadores
Existen algunas circunstancias que hacen que una cefalea persista más tiempo del habitual. Se dividen en dos grandes grupos.
Factores no modificables:
Son las circunstancias propias de una persona que no pueden ser modificadas:
Edad avanzada: las cefaleas son más frecuentes en adultos que en niños.
Ser mujer: las cefaleas son más frecuentes en las mujeres y, especialmente, en las que ya han tenido la menopausia.
Etnia caucásica.
Factores genéticos.
Estatus socioeconómico bajo: Generalmente, un bajo nivel socioeconómico supone tener una mayor fuente de problemas o situaciones estresantes que pueden producir cefalea.
Bajo nivel educativo: El no haber ejercitado la mente durante la etapa escolar puede dificultar la resolución de diferentes aspectos, lo que propicia un sobreesfuerzo que se puede manifestar en forma de cefalea.
Factores modificables:
Son aquellos aspectos que se pueden alterar:
Ansiedad, depresión o estrés: puede tratar de reducirse la ansiedad o el estrés mediante la actividad física o las técnicas de relajación.
Trastornos del ritmo del sueño como la apnea o la roncopatía: surgen a causa de un mal hábito de sueño, por lo que se recomienda dormir las horas necesarias.
Abuso de fármacos: según la Sociedad Internacional de Cefalea, se considera abusivo tomar más de 10 dosis al mes a lo largo de tres meses en el caso de medicamentos contra el dolor, o más de 15 dosis al mes a lo largo de tres meses en el caso de analgésicos simples.
Abuso de cafeína: en ocasiones, el café puede ayudar a evitar una migraña o ayudar a la absorción de los analgésicos. Por otro lado, el café puede ser perjudicial si se toma en exceso, ya que puede crear una dependencia o interferir en las horas de sueño.
Obesidad.
Elevada frecuencia de crisis: Si las crisis de cefalea van en aumento y no se toman las medidas adecuadas, estas continuarán ocurriendo incluso más a menudo. Por tanto, al tratar los síntomas que las provocan, estas deberían dejar de darse, al menos, con tanta frecuencia.
Síntomas
El dolor puede localizarse en una parte de la cabeza o puede afectar a toda la cabeza de forma más general. La intensidad del dolor suele ser moderada o severa, y con cierta frecuencia puede ser incapacitante para el paciente, obligándole a acostarse y suspender toda su actividad. La frecuencia de los episodios es variable, oscilando entre uno y cuatro o cinco al mes. La duración de una crisis de migraña generalmente no sobrepasa las 24 horas, aunque pueden ser muy breves (tres o cuatro horas) o muy largas (hasta tres días).
El tipo de dolor que podría indicar una cefalea se divide de la siguiente forma:
•Dolor eléctrico (calambre).
•Dolor opresivo (como un casco).
•Dolor pulsátil (como un latido).
•Dolor terebrante (como un taladro).
•Dolor explosivo.
De forma visible, se pueden detectar los siguientes síntomas:
•Edema palpebral: párpados más cerrados.
•Espasmos faciales.
•Párpados caídos.
•Anisocoria: diferencias entre la dilatación de las pupilas.
•Lagrimeo.
•Enrojecimiento de ojos.
•Vértigo.
•Náuseas y vómitos.
Existen ciertos síntomas que además requieren de una visita prácticamente inmediata al médico:
•Alteraciones en la visión: (manchas negras, luces brillantes, distorsión visual, visión doble, etcétera).
•Sensación de hormigueo en brazos y piernas.
•Erupciones cutáneas.
•Mareo e inestabilidad al ponerse en pie.
•Caída de párpados o cambios en el tamaño de la pupila.
•Rigidez en la nuca.
•Fiebre.
Prevención
Existen formas de evitar que una cefalea se desarrolle más allá de lo que debería; estas son algunas de las recomendaciones:
•Tratar de llevar una vida ordenada.
•Realizar ejercicio físico de manera habitual.
•Tener unos hábitos de alimentación saludables, tomando más frutas y verduras y evitando las grasas.
•Evitar el alcohol y el tabaco.
•Evitar abusos de medicación o cafeína.
•Solicitar ayuda ante síntomas depresivos, que pueden ser un desencadenante del dolor o de su agravamiento.
•Acudir al neurólogo frente a cualquier tipo de dolor inesperado.
Tipos
A grandes rasgos, se pueden dividir las cefaleas entre primarias y secundarias. Las cefaleas primarias, que representan el 90 por ciento del total de casos, son aquellas en las que el dolor de cabeza es el único síntoma, mientras que las cefaleas secundarias son aquellos dolores de cabeza que surgen a causa de una enfermedad concreta.
•Migrañas
La migraña o jaqueca es un trastorno constitucional con base hereditaria que se caracteriza por presentar episodios recurrentes de dolor de cabeza. Se localiza en una parte de la cabeza (hemicraneal) o en toda la cabeza, tiene carácter pulsátil con sensación de latido y se acompaña de náuseas y ocasionalmente vómitos, así como de un malestar exagerado por las luces (fotofobia) y por los ruidos (fonofobia). Habitualmente el dolor se desencadena en relación a diversos estímulos como estrés, menstruación, ciertos fármacos o alimentos, cambios climáticos o esfuerzo físico. Es un dolor que generalmente empeora con la actividad física y mejora con el reposo.
•Cefalea de tensión
Es un tipo de cefalea primaria. Se presenta en forma de dolor que se localiza en la región occipital de la cabeza o en la frente, alcanzando en ocasiones a la región cervical. El dolor es de moderada intensidad (menos que la jaqueca) y no suele acompañarse de náuseas, fotofobia o fonofobia. Tampoco suele empeorar con el ejercicio físico. Suele estar presente todo el día y generalmente no suele impedir a la persona desarrollar su actividad física habitual. Algunos pacientes con cefaleas episódicas comienzan a desarrollar dolor de cabeza con mayor frecuencia e intensidad, hasta el punto de presentarlas a diario o la mayor parte de los días. Esta situación generalmente se asocia a un consumo elevado de analgésicos y ergóticos, lo que se ve favorecido por el amplio y fácil acceso que presenta el consumo de estos fármacos, habitualmente tomados sin prescripción médica.
La cefalea de tensión es la más común de todas las cefaleas, agrupando el 78 por ciento de los casos según recoge la Sociedad Española de Neurología (SEN). La cefalea de tensión puede durar desde 30 minutos hasta siete días, aunque lo más frecuente es que dure de cuatro a 13 horas.
Las causas de una cefalea de tensión no están del todo claras: se suele usar el término de “tensión” ya que se deduce que puede estar provocada por una tensión muscular o mental, pero no se descartan otro tipo de factores:
Factores ambientales: El estrés, la ansiedad o la depresión suelen asociarse con la cefalea de tensión. Estos factores emocionales pueden causar tensión en los músculos pericraneales.
Factores genéticos: Si los padres o hermanos de una persona han tenido episodios frecuentes de cefalea de tensión, aumentan las posibilidades de que la persona los sufra también.
Mecanismos periféricos: El aumento de la sensibilidad muscular puede afectar a la tensión de los músculos pericraneales, debido a la sobreestimulación de los receptores nociceptivos (terminaciones nerviosas que transmiten la sensación dolorosa).
Mecanismos centrales: Cuando las neuronas del sistema nervioso central son más sensibles de lo habitual a estímulos siempre se interpretan como dolorosos.
•Cefalea crónica diaria
Es también un tipo de cefalea primaria. Representa un grupo de cefaleas caracterizadas por la frecuencia casi diaria del dolor de cabeza. Presentan dolor de cabeza más de 15 días al mes durante al menos 3 meses. En la mayoría de los casos se trata de pacientes que previamente habían presentado migraña o cefalea de tensión. Con frecuencia, se presentan asociadas a un elevado consumo de analgésicos y ergóticos, generalmente por automedicación.
Cefalea en racimos
Consiste en un dolor de cabeza que se presenta de forma agrupada durante varios días en determinadas épocas del año. Es un tipo de cefalea muy poco común que sólo afecta a una de cada 1.000 personas, y tres veces más frecuente en los hombres que en las mujeres.
Son dolores que se dan de forma diaria a la misma hora, de una duración entre 15 y 180 minutos, y que pueden llegar a durar unas pocas semanas o meses. Suelen afectar a un solo lado de la cabeza, en la región orbitaria cerca de los ojos o la sien. Como síntomas secundarios también presentan enrojecimiento en los ojos, lagrimeo, caída de los párpados y sensación de congestión nasal.
•Otras cefaleas primarias
Existen otras cefaleas que no se deben a una lesión cerebral, pese a que son muy poco frecuentes, con menos del uno por ciento de todos los dolores de cabeza.
Cefaleas asociadas al esfuerzo físico: Aparecen por un exceso de actividad física. Algunas de estas cefaleas son la tusígena primaria o benigna de la tos, por esfuerzo físico, asociada con la actividad sexual o la cefalea en trueno (mucha intensidad de dolor en muy poco tiempo, por esfuerzos o cambios de temperatura).
Cefaleas por estímulos físicos directos: Pueden provenir de un estímulo frío en contacto directo en la cabeza, que se ingiere o inhala; o por presión externa en las partes blandas pericraneales (al tirar del pelo, por ejemplo).
Cefaleas epicraneales: Se clasifican en cefalea punzante o “picahielos”, que registra dolor similar al de varias punzadas breves; o la cefalea numular o en forma de moneda, que registra dolor en una zona muy pequeña del cuero cabelludo, de unos 2 a 6 centímetros de diámetro.
Cefalea hípnica o despertador: Es un dolor de cabeza que sólo se produce durante el sueño, de forma que lo interrumpe.
Cefalea diaria persistente de novo: Es un dolor de cabeza que aparece repentinamente por causas desconocidas y persiste sin interrupción.
Diagnóstico
El médico debe realizar una cuidadosa historia clínica preguntando por:
•Las características del dolor (pulsátil).
•La localización (hemicraneal o frontal).
•El tiempo de evolución del dolor.
Los factores que lo desencadenan o agravan (menstruación, estrés, etcétera).
•Los factores que lo alivian.
•Los síntomas que se asocian al dolor (náuseas, vómitos, fotofobia, fonofobia) También se ha de preguntar si existe algún síntoma que preceda al dolor, como alteraciones de la visión (luces brillantes, manchas negras, defectos de visión, alteraciones de la sensibilidad, entre otros). Otra pregunta es por los antecedentes familiares, por si tiene algún familiar que padezca cefaleas similares a las suyas (generalmente existe algún antecedente). A continuación se realiza una exploración física y neurológica (se puede destacar la exploración de reflejos con un martillo, la auscultación craneal con un estetoscopio o la exploración el fondo de ojo, por ejemplo).
Tratamientos
En primer lugar, se debe saber qué tipo de cefalea es el que sufre el paciente. El tratamiento farmacológico cuando se da la crisis del dolor consiste en betabloqueantes y antidepresivos y analgésicos antiinflamatorios en la fase aguda de la dolencia. Estos medicamentos no deben tomarse durante más de dos días a la semana, pues de hacerlo pueden provocar una cronificación del dolor. Tampoco deben combinarse unos fármacos con otros.
Para aquellas personas cuyas cefaleas duren más de dos días a la semana se puede recurrir a un tratamiento preventivo basado en la toma de antidepresivos como la amitriptilina, con una duración de tres a seis meses, u otros fármacos preventivos de distintos grupos farmacológicos.
Las técnicas de relajación son otra de las alternativas para rebajar los dolores, al igual que llevar una dieta equilibrada. Otras opciones que no implican la toma de fármacos consisten en tratar de seguir unos hábitos de vida saludables: mantener un horario de sueño regular, hacer ejercicio o evitar el tabaco y el alcohol.
•Tratamiento de cefaleas en racimos
Los fármacos se emplearán para los casos en que las cefaleas se den de forma episódica. Para tratar los momentos de crisis de dolor se receta algún medicamento de la familia de triptanes, mientras que para los preventivos se recomiendan los corticoides.
El litio también es efectivo contra este tipo de cefalea, pero su uso debe ser muy cauteloso, ya que podría provocar problemas en la función renal, en la tiroides, causar diarrea o confusión mental.
Si las cefaleas no cesan con este tipo de tratamiento se pude recurrir a una intervención como la neuroestimulación.
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Después de sufrir dolor de cabeza desde niña, cuando dejé de tomar leche de vaca y sus derivados, desapareció por completo el dolor de csbeza, y así llevo ya 3 años