Los expertos dicen que todos tenemos al menos una fobia.

Existen alrededor de 248 fobias reconocidas y algunas de ellas fueron recogidas en 1942 por Henry Jay, semiólogo francés.

Reconoces alguna?

Agrafobia: Miedo al abuso sexual.

Anginofobia: Miedo a la estrechez.

Antlofobia: Miedo a las inundaciones.

Atazagorafobia: Miedo de no ser considerado, de ser olvidado.

Atefobia: Miedo de la ruina.

Atiquifobia: Miedo al fracaso.

Atomosofobia: Miedo de las explosiones nucleares.

Autofobia: Miedo a la soledad.

Autodisomofobia: Miedo a heder.

Balistofobia: Miedo a las armas, municiones, revólveres.

Bromidrosifobia: Miedo a desprender mal olor corporal.

Cardiofobia: Miedo a padecer enfermedades del corazón.

Cipridofobia: Miedo a las enfermedades venéreas.

Colerofobia: Miedo a contraer el cólera.

Cropostasofobia: Miedo al estreñimiento.

Demonofobia: Miedo a los demonios.

Dermatopatofobia: Miedo a las enfermedades de la piel.

Diabetofobia: Miedo a la diabetes.

Electrofobia: Miedo a la electricidad; a un choque eléctrico; a la electrocución.

Entomofobia: Miedo a los insectos.

Escoliodentosaurofobia: Miedo a los reptiles y lagartos en general.

Escotomafobia: Miedo a quedar ciego; a no poder ver parcialmente.

Esfecsofobia: Miedo a las avispas.

Espaciofobia: Miedo al espacio exterior extraterrestre (rel.: apeirofobia)

Falacrofobia: Miedo a quedar calvo, a la calvicie.

Fasmofobia: Miedo a los fantasmas.

Ftisiofobia: Miedo a la tuberculosis.

Gerascofobia: Miedo a la vejez

Hadefobia, estigiofobia: Miedo al infierno.

Helmintofobia: Miedo a los gusanos.

Iofobia: Miedo a los venenos.

Isopterofobia: Miedo a las termitas.

Nictohilofobia: Miedo a caminar por el bosque en la noche.

Nihilofobia: Miedo a la nada.

Nosocomefobia: Miedo a los hospitales.

Nosofobia: Miedo a las enfermedades.

Odontofobia: Miedo a la cirugía dental.

Ofidiofobia: Miedo a las serpientes.

Pediculofobia: Miedo a los piojos.

Pelagrafobia: Miedo a la pelagra, enfermedad caracterizada por la dermatitis, desórdenes gastrointestinales, síntomas nerviosos centrales y asociada a una dieta deficiente en niacina y proteína.

Ptisiofobia, tuberculofobia: Miedo a la tuberculosis.

Pneumatofobia: Miedo a los espíritus.

Pnigofobia, pnigerofobia: Miedo a ser estrangulado o a la sofocación.

Satanofobia: Miedo a Satán.

Sidafobia: Miedo pánico a contraer SIDA.

Sifilofobia: Miedo a la sífilis.

Spectrofobia: Miedo a espectros o fantasmas.

Tafefobia, tafiofobia: Miedo a ser enterrado vivo, a los cementerios.

Tapinofobia: Miedo a contagiar enfermedades o a ser contagioso.

Teratofobia: Miedo a los monstruos.

Teniofobia: Miedo a la tenia; a alojar la lombriz solitaria

Tiranofobia: Miedo a los tiranos.

Toxifobia, toxofobia, toxicofobia: Temor a ser envenenado, a las toxinas.

Traumatofobia: Miedo al daño, a lesionarse, a las heridas.

Tremofobia: Miedo a los temblores.

Triquinofobia: Miedo a la triquinosis y a la comida posiblemente envenenada
Venereofobia: Miedo a las enfermedades venéreas.

Vicafobia: Miedo a las brujas (rel.:Wiccafobia)

Virginitifobia: Miedo a la violación.

Xerofobia: Miedo a los lugares secos, especialmente desiertos.

No es extraño escuchar que alguien le tiene un miedo irracional, persistente y hasta paralizador a algún tipo de objeto, a un animal, a un sonido, a una actividad o a una situación, que ofrecen poco o ningún peligro real: se trata de las fobias. Estar expuesto al objeto que la causa, o incluso el sólo hecho de pensar en él, provoca una reacción de ansiedad que es desproporcionada con respecto a la amenaza concreta, y un verdadero sufrimiento para quien la padece.

El pánico es un episodio absolutamente espontáneo y no tiene nada que ver con el objeto que lo provoca. Yo puedo tener un ataque de pánico durmiendo, yendo al cine, en mi casa, es decir que no tiene ninguna relación con el objeto. Viene sin ningún tipo de previsión y se caracteriza a su vez porque se repite generalmente y, específicamente en la mujer, se produce la agorafobia que es miedo a tener otro ataque de pánico. En cambio la fobia especifica me pasa en relación directa con el objeto o situación, por ejemplo: veo el ascensor y me da fobia subirme.

Si haz sido sincero y haz aceptado que tienes algunas de estas fobias, te proporcionamos también como trabajar sobre ellas:

1) Identificarlo

lo primero que hay que hacer para superar un miedo es asumir que se tiene. Aunque pueda parecer algo obvio, a la hora de superar una fobia. El momento crucial llega con al exponerse directamente a las fobias, de forma gradual.

Eso puede ser más fácil de definir, por ejemplo, cuando a lo que se le tiene miedo es a las arañas, pero no así en casos como el de la agorafobia, el miedo a lugares públicos o espacios abiertos. Pero aún así se puede concretar y se puede partir de una causa fundamental como el miedo a las multitudes o a determinadas situaciones sociales.

También el reconocimiento de incidentes del pasado como posible causa del surgimiento de la fobia puede ayudar a entender que ya no hay nada que temer.

2. Entenderlo

Los psicólogos clínicos suelen utilizar la terapia cognitivo-conductual (TCC) para tratar las fobias. Se trata de un abordaje de doble enfoque: en primer lugar, hacer frente a los pensamientos y actitudes respecto a lo que le produce miedo; y, en segundo lugar, combatir la respuesta física a lo que se teme.

Uno de los procesos que se emplea es la restructración cognitiva, práctica según la cual es posible reparar un “pensamiento erróneo” discutiendo las ansiedades con un tercero o hablando solo.

De lo que se trata es de poner de manifiesto que si uno enfrenta lo que le causa pánico, no hay ninguna posibilidad de sufrir ningún daño.

3. Actuar

El segundo ramal de la TCC requiere tomar medidas contra las fobias. Ambos pasos del proceso son cruciales, pero es en este momento en el que hay que enfrentarse realmente a la fobia, cara a cara.

Una técnica común es conocida como el “modelado”, que consiste en observar o pasar tiempo con alguien que regularmente trata con aquello a lo que se tiene miedo. Por ejemplo, quien sufre de aracnofobia, lo ideal es observar cómo alguien manipula una de las más espeluznantes. Cuando eso se consigue hacer sin dificultad, lo siguiente será acercarse cada vez más, sin llegar a sobrepasar lo que se puede asumir en cada momento.

De esta forma, con una práctica regular, se puede desarrollar una “resistencia” a lo largo del tiempo.

4. Trabajar gradualmente

Aunque exponerse de a poco a la peor de las fobias puede ayudar a superarla, lanzarse de lleno a lo más profundo de ella puede empeorar las cosas. Andy Field, de la Universidad de Sussex, investiga en la adquisición del miedo. El investigador advierte que al enfrentarse directamente al miedo, puede llegar a agravarlo.

“Si tienes miedo de las arañas e intentas ver la película ‘Aracnofobia’, dejarás de verla a la mitad. Sólo conseguirás empeorar las cosas”, afirma Field.

“Al evitar la situación, sólo consigues reforzar la idea de que debes tener miedo. Lo mejor es la ‘exposición terapéutica‘: nunca tomar más de lo que se puede manejar”.