Nombre: Viborera (Echium Flavum)

Aplicaciones: fortalece el corazón, gripes, catarros, fiebres leves, eccemas, pieles sensibles y enrojecidas, uñeros y forúnculos (pelos infectados).

Uso: en infusión por vía oral, o por vía cutánea a través de jugos y cataplasmas.

Dosis: En infusión (una cucharada por vaso), en jugo (doble de agua que de planta) y en cataplasma (la misma cantidad de agua que de planta).

Precauciones: no tomar personas con problemas de hígado o de sistema nervioso.

Parte útil: las flores y los tallos más exteriores.

Recolección: finales de la primavera o en verano.

En el campo: en todas partes, especialmente junto a caminos.

En ocasiones algunas hierbas tan comunes como la viborera pasan desapercibidas en nuestro entorno a pesar de contar con numerosas propiedades. De hecho uno de los nombres que se le ha dado en algunas regiones es el de “paquetequieromañosa” aludiendo al poco interés que se le ha otorgado a lo largo del tiempo. En cambio, el estudio de la viborera nos va deparando cada vez más sorpresas.

Esta planta herbácea, también conocida como Hierba Azul o Lengua de Vaca (Echium flavum), crece abundantemente en prados, laderas y sobre todo cerca de caminos, senderos y cortijos.

Cuenta con propiedades diversas como su capacidad para fortalecer el corazón, o por provocar sudoración siendo apta entonces para tratar síntomas de catarros, gripes e incluso fiebre leve. También se puede utilizar como emoliente en eccemas o en pieles delicadas o enrojecidas. Otra aplicación es para paliar los efectos de los uñeros en los dedos y forúnculos (pelos infectados).

Para el corazón y los catarros la parte útil de la planta son las flores, que tanto frescas como secas, se emplean en infusión (una cucharada sopera por vaso de infusión).

Para los eccemas y el tratamiento de pieles delicadas o enrojecidas, el método a utilizar es la aplicación del jugo de flores frescas y los tallos más exteriores. Se recolectan y se procede a cocerlos (el doble de agua que de planta) durante cinco minutos como máximo. Con el jugo resultante de la cocción, una vez colado, se aplica con un ligero masaje sobre la piel afectada.

Por último, para los uñeros y los pelos infectados, el tratamiento es a base de cataplasma de flores frescas. Se recolectan y se cuecen (misma cantidad de planta que de agua) hasta que estén blandas. Se cuela y se desecha el líquido. Con la planta se machaca un poco y se aplica sobre un trapo limpio o una gasa. A continuación se cubre con el trapo la zona a tratar, y se deja actuar al menos media hora.

La recolección debe hacerse cuando la planta está florida, esto es a finales de la primavera y en verano. Tiene una multitud de pequeños pinchos blancos por todo el tallo. Si se van a guardar las flores, se ha de proceder a secarlas al sol y almacenarlas en bolsitas que permitan su transpiración.

Al contener varios glucoalcaloides (equiína, cinoglosina), no es recomendable para personas con problemas de hígado o de sistema nervioso. Aunque bien es cierto que la cantidad que posee de estos componentes es muy pequeña. Al ser un remedio natural no produce efectos secundarios ni acumulativos, por lo que aunque funciona más lento puede usarse durante largas temporadas y su efecto dura más tiempo.